El mapa que devuelve a Madrid su identidad de ciudad bombardeada PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - La Guerra Civil
Escrito por Pablo Rivas   
Domingo, 17 de Marzo de 2019 00:00

El imaginario franquista habla de Madrid como la urbe victoriosa, gloriosa capital que se convertiría en núcleo y centro del reino que había vivido una cruzada, por Dios y por la patria. En 40 años de dictadura, el régimen casi consiguió borrar otra imagen. Una concepción de ciudad resistente que sí ha acompañado históricamente a otras que fueron duramente bombardeadas, como Berlín, Londres, Dresde, Coventry o, más recientemente, Sarajevo y Homs. Siempre posteriormente a la historia que nos ocupa, porque Madrid, con un millón de habitantes en 1936, es la primera gran ciudad de la historia castigada desde el aire por un ejército moderno e industrial. Unas fuerzas, las nacionales, con ayuda de material de guerra y tropas nazis y fascistas italianas, que probaron esa maquinaria de muerte en las urbes españolas, modernos ingenios bélicos que se usarían en la II Guerra Mundial. Un ejército que se establecería, y dispararía, en sus mismas lindes durante dos años y medio.

 “Al régimen de Franco no le interesa identificar Madrid como una ciudad resistente que ha sobrevivido a un bombardeo”, explica Enrique Bordes. No solo eso, “se intentan borrar, deliberadamente, todas las huellas de esas destrucción. Se quiere tapar”, añade Luis de Sobrón. Ambos, profesores de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), son los responsables —con el permiso y la ayuda de Juan Miguel Redondo, un oficial del Cuerpo de Bomberos de Madrid con un conocimiento y un interés muy particulares— del primer mapa que recoge dónde cayeron las bombas lanzadas por el ejército franquista y sus aliados nazis e italianos sobre la entonces capital de la República española.

Nebulosa histórica

Los autores de la investigación realizaron un coloquio sobre la misma este jueves en el salón de actos de la cuarta planta del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde y encargado de abrir el acto, resaltaba la importancia de “dar a conocer una parte de nuestra historia que tiene una especie de nebulosa”. Una niebla que, en 80 años, ha impedido la creación de un registro de los daños sufridos por la ciudad durante la guerra.

“Se habla de Gernika como el gran bombardeo de la Guerra Civil”, explica Bordes, “y el bombardeo de Madrid acabó desapareciendo de la memoria colectiva”. Su compañero de investigación señala que, a día de hoy, “mucha gente se sorprende y se ha olvidado de que Madrid fue una ciudad duramente bombardeada”. Por eso, como señala De Sobrón, el principal motivo para crear el mapa Madrid bombardeado 1936-39 es “intentar que esa conciencia de ciudad bombardeada no sea ya solo de los ciudadanos de Madrid, sino también de sus visitantes, que sepan lo que están viendo”.

Madrid bombardeado

Un momento de la presenación del mapa en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Madrid. Álvaro Minguito

El resultado, que pronto estará disponible en formato digital y abierto en forma de página web, es un inventario con 1.600 edificios dañados —ya sea parcialmente o totalmente destruidos— por las potentes bombas de la aviación nacional, la Legión Cóndor nazi y la Aviazione Legionaria de Mussolini, así como por los obuses disparados por el ejército fascista desde sus posiciones al oeste de la ciudad desde su llegada en noviembre de 1936, principalmente desde la Casa de Campo y sus posiciones del Cerro Garabitas. La cantidad de puntos negros y manchas rojas en el noroeste del mapa —el barrio de Argüelles— lo atestigua.

El Cuerpo de Bomberos, clave

Se trata del primer inventario de este tipo, ceñido al término municipal de la urbe en 1936, que no hubiese sido posible sin el Archivo Histórico del Cuerpo de Bomberos, un registro que documentó concienzudamente sus actuaciones durante aquellos años. Juan Miguel Redondo es el mayor conocedor de este archivo. No solo lo ha estudiado, también lo ha cuidado, completado y fotografiado en sus años en activo como bombero. “Caí ahí de casualidad. Me encargaron una charla sobre la historia del Cuerpo y me fui aficionando”. Se convirtió en un “friki”, como relata entre risas a los asistentes, de la historia del Cuerpo de Bomberos, especialmente la relacionada la Guerra Civil. “Los bomberos eran como hormiguitas, reflejaban todas las actuaciones que hacían”. Los libros contienen direcciones y anotaciones de las causas de los siniestros, datos que han permitido a los investigadores tener un registro de las salidas de estos profesionales, que desde noviembre de 1936 cambiaron bruscamente de “fuego de hollín” e “incendios de infiernillos” a “bombardeo por aviación” o “por obús”.

La semana del 6 al 23 de noviembre, cuando se produce la Batalla de Madrid en la que Franco pretende tomar la ciudad por asalto desde la Casa de Campo, Carabanchel y el Manzanares, la hoja de registros cambia radicalmente. “Algunos días está todo el servicio en la calle”, cuenta Redondo. “Fue terrible, eran unos 400 bomberos con coches marca Benz, descapotables, abiertos a cualquier ataque que pudiera abatirlos, para hacer lo que pudieran: sacaban y rescataban personas, pero no mucho más”.

Es un archivo que recoge testimonios sobrecogedores. “En los libros hay comunicaciones como en la que se dice a un capataz, que no pueden salir de Alberto Aguilera porque les están ametrallando; se te ponen los pelos de punta”, continúa el oficial de bomberos. Ocho de ellos murieron en servicio durante la contienda en labores de rescate. 

Mapa Madrid bombardeado
Uno de los asistentes al acto de presentación del mapa en el Ayuntamiento de Madrid. Álvaro Minguito
 

Solo en 1937 el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid, un organismo creado para coordinar la actuaciones de auxilio y socorro de de los siniestros causados por los ataques franquistas, así como para desescombrar la ciudad, recoge 6.036 incidentes atendidos por los bomberos madrileños. Es otra de las fuentes a las que han acudido los dos investigadores para crear el mapa.

“Estos arquitectos documentaron la destrucción de edificios”. explica De Sobrón. También los archivos fotográficos, como el fondo de la Biblioteca Nacional o el antiguo Archivo de la Delegación de Propaganda de Madrid, hoy en el Archivo General de la Administración, han sido clave. “En ellos hemos podido documentar hasta 500 edificios”, explica el investigador, quien resalta la dificultad de identificar muchos de esos inmuebles por falta de referencia visuales actuales en las imágenes: “Hay una cantidad importante de fotografías, en torno a un 10%, que no hemos podido identificar todavía”.

Tarea incompleta

Una cosa que los responsables dejan clara es que el mapa está incompleto y, como apunta De Sobrón, “no existe un listado total con todos los edificios afectados”. Solo señala los impactos que han podido ser constatados a través de unas u otras fuentes. Fueron muchas más las bombas que cayeron sobre Madrid

Es una tarea a completar que, como esperan sus responsables, continuará con la publicación del mapa en internet. En cualquier caso, 80 años después del fin de la guerra, sirve para recordar a la ciudad que, durante tres años, fue duramente castigada por el ejército franquista. Como dijo Luis Cernuda en 1936, una cita que De Sobres utiliza para finalizar el acto, “recuérdalo tú y recuérdalo a otros”.

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Fuente: El Salto Diario