La Institución (que fue) Libre de Enseñanza PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - Cultura de la Memoria
Escrito por CC. OO. Enseñanza   
Domingo, 06 de Marzo de 2011 05:38

Fachada principal del proyecto de edificio para la Entrevista con María Teresa Jiménez-Landi

    No es difícil advertir, cuando pasamos por Martínez Campos 14 (Madrid) las obras de considerable importancia que se están llevando a cabo, allí donde se encontraba la Institución Libre de Enseñanza (Pº del Obelisco nº 8, o Pº de Francisco Giner de los Ríos nº 14, durante la República).

 Con este motivo entrevistamos a Teresa Jiménez-Landi, autora de la monografía "Dos pabellones emblemáticos de la Institución Libre de Enseñanza".

 

Teresa Jiménez-Landi, fiel valedora de los principios institucionistas, su vinculación al Centro, se remonta a los tiempos de su bisabuelo Eulogio Jiménez, fundador accionista del mismo. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, fue contratada por la Fundación Francisco Giner de los Ríos, heredera de los bienes de la Institución, donde  trabajó durante más de veinte para dicha Entidad y para la Corporación de Antiguos Alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, con sede en los mismos locales. Fue Secretaria de redacción del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza; documentalista del Archivo Documental y Gráfico institucional; colaboradora en las actividades culturales, exposiciones, etc., y participó en proyectos de investigación I+D. Fue elegida por la Asamblea de antiguos alumnos, vocal de su Junta Directiva. 

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 Ambición en la Fundación Francisco Giner de los Ríos

 

  ¿Qué está pasando en la antigua sede de la ILE?

   Las excavadoras siguen su macabra tarea de borrar las huellas del tiempo, comenzada en julio de 2008, destruyendo el patrimonio histórico arquitectónico de la prestigiosa Institución Libre de Enseñanza. Obedecen al "Plan de Rehabilitación integral y Ampliación de la Fundación Francisco Giner de los Ríos", propietaria de los locales, impulsado por su Secretario José García Velasco. Aunque en realidad, esta supuesta "rehabilitación" esconde el "derribo integral" de la sede institucionista; y terminar con la memoria viva de todo un símbolo de nuestra cultura que fue capaz de transformar el panorama intelectual y social en España. 

   Es lamentable comprobar, que entre aquellos victoriosos falangistas del 39, que quemaron los archivos y talaron los árboles del jardín institucionista, y la obscenidad de la prepotencia actual del "todo se puede" con semejantes métodos ―talando el único árbol centenario que quedaba en pie desde entonces y derribando pabellones que fueron construidos ad hoc por arquitectos escolares pioneros―, los españoles hayamos perdido el legado histórico de nuestro pasado más digno y honroso, del que debíamos estar orgullosos.

 

 ¿Qué patrimonio se ha perdido?

   El conjunto arquitectónico de la Institución Libre de Enseñanza estaba formado por un Edificio principal de mitad del s. xix –aún en pie-- con fachada gris, portalón verde y cinco balcones al paseo, que fue desde 1884 casa y lugar donde Francisco Giner de los Ríos y Manuel B. Cossío desarrollaron su labor docente e intelectual; y un hermoso jardín trasero, que incluía fundamentalmente el frontón (sufragado por Juan Madinaveitia, 1900) y tres pabellones, construidos por arquitectos de la Institución, para desarrollar en ellos la nueva pedagogía racionalista, integral e intuitiva: el Pabellón Macpherson, proyectado por Joaquín Kramer (1909), el Pabellón de Párvulos de Bernardo Giner de los Ríos (1917) y el Aulario, que aunque construido por Adolfo L. Durán en 1942, conservaba el estilo y la planta del antiguo edificio, destruido por una bomba en la guerra civil.

   Al valor arquitectónico innovador de estos tres pabellones interiores de principios del siglo xx, fruto de una profunda investigación entre el pedagogo y el arquitecto, donde cada pormenor había sido pensado científicamente para ajustarse a su función pedagógica, hay que añadir otros históricos y culturales que convertían el recinto en todo un símbolo del institucionismo, de un lugar, de unos hechos históricos, y de unas circunstancias concretas ya irrepetibles. Valores que ya no podremos recrear in situ, sino tan sólo recurrir a algunos testimonios escritos por José Pijoán, Alberto Jiménez Fraud, Juan Ramón Jiménez, Rafael Altamira, Luis de Zulueta, Luis Calandre, Antonio Machado, Natalia Cossío, Antonio Jiménez-Landi, Luis de Azcárate, o Carmina de Michelena, pues el recinto ajardinado ha sido ya mancillado, talados árboles, demolidos pabellones y su frontón; las tapias colindantes han sido sustituidas por profundas zanjas cimentadas y el resto del espacio será horadado en breve, para construir dos plantas sótano.

 Con la destrucción del Parvulario y su entorno, no sólo han hecho desaparecer el rincón más emblemático de la pedagogía moderna y el paradigma de "escuela de párvulos" para don Francisco Giner ―concebida por su sobrino Bernardo conforme a las pautas del novedoso higienismo americano―, también nos privan de un testimonio de considerable valor intrínseco, en el que se percibía el espíritu incipiente de uno de nuestros mejores arquitectos escolares y un fiel ejemplo de la aplicación de las "Normas para construcción de Escuelas" en 1917. Normas que habían sido investigadas y difundidas por la Institución, para después establecerse y  alcanzar su máximo apogeo durante los años de la segunda República.

 

 ¿En qué consiste el nuevo proyecto de la Fundación?

   Según el proyecto consultado en Gerencia de Urbanismo [Expediente 711/2007/14369], el objetivo será "construir una evocación del espíritu de la Institución sin alusión directa ni conservación del pasado".  Una frase tan tremenda como contradictoria en sí misma, cuya voluntad de "evocar" algo, a lo que en realidad no se desea aludir por no querer conservar el pasado, nos lo dice todo. Se llama sin más: reinventar la Historia.

   Ambición ―vocablo enormemente significativo―  es el título que define su propuesta de aprovechar al máximo el recinto para ampliar su sede "partiendo de la voluntad de construir un interior, de hacer un cofre, una funda con una joya en su interior (...). Un centro de sosiego, misterioso, encerrado en sí mismo". Dicha ampliación consiste ni más ni menos, que en "triplicar" los metros cuadrados de edificabilidad en el recinto, que de 1.990m2  actuales, pasarán a ser 5.889 m2.  A esto es a lo que se llama: especular con el terreno.

    La Memoria es explícita: "proponen una limpieza integral del solar, una readecuación de los edificios existentes (...) sometiendo a un proceso de actualización al edificio principal (Casa de Giner y Cossío) y al Pabellón Macpherson, de modo que sus respectivas estructuras, quedarán absolutamente alteradas; mientras que el resto de los pabellones serán sustituidos." Esto es, explica a continuación: "Se propone eliminar el pabellón de párvulos y carpintería, el aulario y los pabellones menores." En definitiva: los edificios que no sean sustituidos, o eliminados, como la casa de Giner y el pabellón Macpherson, serán "absolutamente alterados" en estructura, tamaño, y distribución. Es decir quedarán desvirtuados por completo.

   Está demasiado claro. El plan tiene la ambición ―quizá promovida por una Obra secreta― de no dejar nada como estaba y de crear una gran casa de sosiego y misterio. Será de ejercicios espirituales, pues la Ciencia y la investigación nunca tuvieron reposo ni misterio, y se fundamentan en la razón. 

 ¿Qué forma tendrá el Centro de sosiego?   

  El Centro lo formarán "Un anillo de nuevos pabellones (...) de posiciones y tamaños diferentes" Y con la justificación de la que se atreve a llamar "estética radical propia de la Institución", propone un cerramiento que unifica las diferentes fachadas mediante Un sistema de pliegues verticales de escaso tamaño combinados de chapa y vidrio que permite resolver las partes opacas y las distintas orientaciones. O sea, la funda, con una joya en su interior de la que hablaba antes. Para entendernos, una reja o celosía para poder aislar al centro del exterior y de la vida real, tan prodigada por los institucionistas. Entonces, también será un centro de clausura? con joya y todo! Tendrá alguna reliquia de santo o será el manoseado y moderno Macpherson enjaulado y con ascensor?

  Ahora nos explicamos el por qué de la limpieza integral; no sólo se quiere eliminar pabellones históricos, también el ambiente laico y científico de la Institución.  No hubiera sido más digno tirarlo todo, sin falacias ni disimulos?

  La propuesta arquitectónica de la Institución fue otra muy distinta. Volvía a la esencia de la arquitectura, "preocupándose de buscar el juego armónico entre volúmenes, superficies macizas, vanos y molduras, en soluciones sencillas a la par que bellas. Lo tradicional se revela en el espíritu que inspira la obra y lo moderno en su realización material", escribió Antonio Jiménez-Landi, alumno e historiador de la Institución Libre de Enseñanza. Edificios rectilíneos con fachada sincera acorde a su estructura, grandes ventanas abiertas al aire y a la luz, materiales austeros de la zona (ladrillo, piedra y madera) y un estilo artístico de tradición española, el neomudéjar de inspiración popular (mientras imperaba el modernismo de Gaudí o Cadafalch, de formas externas curvas y cierto carácter de superficialidad). La arquitectura institucionista, sencilla, funcional y modesta, era reflejo del espíritu abierto e innovador que la inspiraba, aportando en su hechura lo más novedoso de las principales autoridades en la material, arquitectos, higienistas y pedagogos, internacionales. Allí donde se practicaba la educación neutral, imparcial y sin dogmas atendiendo a la formación racional e integral del individuo que forjaba el carácter y educaba el gusto.

  El nuevo complejo urbanístico será todo lo contrario. Convertido en un holding de empresas, al que llaman "Vivero de fundaciones", lo formarán edificios irregulares, con muchas curvas y recovecos, pasillos y zonas opacas; aunque aparentemente uniformados por rejas onduladas de metales y vidrio que fomentarán los brillos y enturbiarán las miradas. En definitiva, apariencia, alarde de mal gusto, cursilería, además de derroche de dinero. Tampoco aporta novedad científica reseñable.  Pero, eso sí, tendrá muchas puertas, para que no pueda repetirse la frase de Giner: "cuando S.M. nos haga el favor de llamar a una de ellas, yo saldré por la otra" (no era de extrañar porque había sido destituido, deportado y encarcelado por reales órdenes de dos reyes).

 

¿Como ha sido posible llegar a esto?

  Así como el cuco nunca descansa y lleva a cabo su trabajo inexorable allí donde encuentra confianza y buena fe, la Institución siempre tuvo detractores sibilinos que esperaban introducirse en ella para manipular sus principios a conveniencia propia y si fuera posible, aniquilarla. La confianza y la buena fe de los antiguos alumnos de la Institución que aún viven, no fueron armas suficientes para combatir la desmemoria voluntaria, la deslealtad, el abuso de poder y la especulación económica de los gestores del plan. Pues, a pesar de que antaño fueron mayoría en el Patronato de la Fundación Giner y hoy solo socios de la Corporación de Antiguos Alumnos de la ILE, como tales tienen su sede social en estos locales y reconocido derecho como supuestos usufructuarios morales a disfrutar de esa Casa.

  Sin embargo, de espaldas a este colectivo, los promotores del proyecto de la Fundación con tan digno nombre, supieron conseguir el apoyo institucional necesario del Gobierno y de las Administraciones públicas y sin ningún pudor, comprometer en el proceso la independencia política y económica que siempre la caracterizó. Pues, no nos engañemos, los grandes ingresos económicos recibidos del erario público a través de los Presupuestos Generales del Estado y  de Organismos públicos y privados (ministerios y banca), suelen ir acompañadas de otras contrapartidas y prestaciones.

   Si bien no se puede exigir a los representantes de una Entidad que sientan y vivan los principios institucionales, como gestores de su patrimonio, si deben cumplir con la legislación vigente y en primer lugar con los Estatutos que la rigen. Uno de cuyos objetivos principales, desde su creación en 1916, es "la tutela del patrimonio material e intelectual de la Institución Libre de Enseñanza"; y la tutela implica protección, administración, dirección, nunca destrucción. En segundo lugar, la relativa a las fundaciones sin ánimo de lucro, ¿o no?, quizá habría que investigarlo.

   A punto de convertirse en un vivero de oficinas de alquiler para entidades-hermanas, la Fundación Giner actúa como una más, entre otros centros culturales, muy alejada de los principios de la Institución Libre, ajena a todo espíritu filosófico, religioso, político y económico. Los hombres de la Institución, sumamente respetuosos, dotados de gran sensibilidad para todas las artes plásticas –arquitectura, pintura, música, artes decorativas, etc-  mantuvieron una constante preocupación por la conservación y restauración de edificios históricos, teniendo muy presente el ambiente y las características del entorno, y por supuesto nunca hubieran sido capaces de semejante destrozo!

 

    ¿Cuando surge la protesta pública y por qué no ha tenido mayor repercusión en la prensa?

   El movimiento ciudadano surgió a raíz de la publicación del "Plan de rehabilitación y ampliación de la Fundación Giner" en la revista El Croquis (nº doble 136-137, págs. 416-427, mayo 2007). Fue promovido por intelectuales y miembros de familias institucionistas, ante la imposibilidad de ser escuchados por los gestores de dicha Fundación. Con el fin de pedir al Patronato que rectificara su proyecto, publicaron un "Manifiesto en defensa de los pabellones históricos de la Institución Libre de Enseñanza"en la página web www.salvarlaile.com con el propósito, además de informar verazmente de los hechos que se ocultaban, y recoger firmas de apoyo. La página sigue abierta para quienes quieran documentarse.   

   En cuanto a la escasa repercusión en la prensa, recientemente algunos profesores reconocían que: "...hombres y mujeres de la ciencia, parte sustancial del sujeto que denominamos los "intelectuales", nos hemos instalado en una "neutra" eficiencia profesional olvidando, muchas veces, nuestra ineludible responsabilidad social." Responsabilidad cuyo deber sería difundir su actividad investigadora, asentada en un sistema científico firme y objetivo, por encima de intereses privados y políticos, aportando conciencia crítica a los procesos sociales y políticos, venciendo al miedo con la palabra. Pues esta independencia es la única que otorga el verdadero "respeto intelectual" en una democracia, y son muy pocos autores en nuestro país los que disfrutan de este gran privilegio.

 La Memoria histórica no olvida. "Tan imposible como vencer la congoja, el ultraje retrospectivo que no mitigan los años, es eludir la obscenidad de los símbolos. En el lugar donde tan poco tiempo atrás resplandeció brevemente lo mejor de la vida y de la inteligencia española se celebra con toda solemnidad el aquelarre del Viva la Muerte" (Muñoz Molina).

 

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Recogido de T. E. Exterior de , número 317, noviembre de 2010, páginas 6 a 9