Juicio al franquismo, no a Garzón. |
Nuestra Memoria - La ley de la memoria |
Escrito por Ramón Pedregal Casanova / UCR |
Domingo, 13 de Marzo de 2011 06:25 |
Entre las personas del mundo del trabajo cultural que han acompañado a los trabajadores en lucha en España se encuentra Elisa Serna, cantante represaliada durante el franquismo, discos y conciertos prohibidos, detenciones en la Dirección General de Seguridad (D. G. S.), cárcel, y siempre entre quienes han luchado por la libertad y la República. Después de tantos años, su presencia los jueves en la concentración que se lleva a cabo de 7 a 8 de la tarde en la Puerta del Sol de Madrid, exigiendo que los crímenes franquistas no queden impunes, son crímenes de lesa humanidad y por tanto no prescriben, y exigiendo VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN a las víctimas del genocidio franquista, e invitando al conjunto de la población trabajadora a sumarse para defender la Memoria Histórica, es una prueba de su entereza como mujer luchadora.
Elisa Serna no ha sido cualquier cantante y tampoco lo es hoy, la policía escribió en su ficha policial que lo que cantaba, y cómo lo cantaba "vuelve loco al auditorio", y no lo decía como un elogio sino como una mujer peligrosa; su voz sigue siendo reclamada por ser una voz de esperanza, de ánimo y de combate político. Les invito a ver, antes de la lectura de la entrevista, un vídeo de youtube en el que defendía a los trabajadores de Sintel, trabajadores que dieron un magnífico ejemplo defendiendo sus puestos de trabajo, ejemplo a recordar y del que aprender. Elisa Serna ¿cómo ves la situación de la Memoria Histórica en España? E.S.: La ocultación durante mas de setenta años del genocidio fundacional de la dictadura franquista y los crímenes de lesa humanidad de ese periodo y los treinta y cuatro años de ocultación histórica que siguen, demuestran que el terrorismo de Estado franquista obstruye, aún hoy, en el Tribunal Supremo, nuestros derechos a la verdad, la justicia y la reparación plenas. Pero esta batalla la vamos a ganar porque la batalla de la historiografía científica la han ganado ya Mirta Diez Balart con "La Gran Represión", el catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense, D. Julio Aróstegui, y su extensa obra que por el momento acaba con "Generaciones", o los trabajos y ediciones del catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julio Casanova, o el historiador Santiago Vega Sombría, con su "De la Esperanza a la Persecución", que hay que animar a leer y estudiar. E.S.: Sí, lo es, aunque el primer impacto de la verdad conocida nos suma en un periodo de duelo interno que a veces nos enmudece, si nobleza obliga, la casta contestataria se enriquece y provoca borbotones de argumentos veraces sobre el "vano ayer" ese periodo de mas de setenta años de un pacto de silencio, pesado como el tungsteno, que había bloqueado el conocimiento de nosotros mismos. E.S: El otro día, cuando di testimonio en el auditorio de CCOO (se refiere al acto celebrado por la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo) en alguna medida fue muy terapéutico para mi, denuncié en público la represión, el terror, la miseria de los franquistas que ha afectado a toda mi familia durante cinco generaciones, de abuelos a biznietos, como a la mayor parte de los trabajadores, el terror franquista, fue y es – no hay arrepentidos – un terror al servicio del Capital que ha existido durante 40 años y luego a partir de 1977, amnesia y engaño, son las estrategias psicológicas de los herederos del franquismo y su transformismo católico en el Congreso, el PP, antes Alianza Popular, antes Gobierno de Franco. Buff! Que losa mas gorda nos pusieron a la espalda! . ¿Prescriben los crímenes de lesa humanidad del franquismo? E.S.: Creo que no se puede dilatar más la celebración del juicio al franquismo, en base, para empezar, por la Vista de los Autos del buen juez Baltasar Garzón. Se echa a faltar un Tribunal Supremo renovado, verdaderamente democrático, defensor sin ambages ni excusas de los DD.HH, de la Ley de Memoria Histórica al menos, de que se juzgue la criminalidad franquista, para erradicarla de nuestras vidas y para siempre. Como han hecho los países de nuestro entorno ¿Es la judicatura española homologable a la alemana, a la argentina, a la chilena, por ejemplo? E.S.: No, aun nos queda mucho para llegar a esos niveles democráticos. En Alemania juzgaron a sus nazis en el año 1946, Proceso de Nuremberg, aunque muchos alemanes se quejan porque no fueron juzgados todos los criminales que existieron en el país, pero por lo menos dio pie a que se hiciera una refundación ética de Occidente, la Declaración de Derechos Humanos. Respecto a las Judicaturas de Argentina o Chile, siento la más sana de las envidias. Son un ejemplo para los abogados, fiscales y victimas de Franco. Aquí padecimos el "II Reich". Franco, sus leales en el Ejercito de la II República, los africanistas, un 24%, del total de oficiales dio el golpe militar en 1936 y simultáneamente, los militares africanistas, fascistas, llevaron a cabo muchos asesinatos en aquel feroz Agosto de 1936, en todos los pueblos, por instrucción fulminante del General Mola contra trabajadores o ilustrados, que no habían hecho nada más que votar partidos legales republicanos, entre ellos a los cinco de Sepúlveda: ediles, maestros, entre ellos el alcalde republicano que era pariente lejano de mi familia...No sé, Ramón, enterarte a los setenta años de todo esto, te parte el alma y te transmuta en revolucionaria de nuevo. Es como nacer otra vez, o como nacer a tu verdadera identidad, esa que los franquistas nos niegan hasta el día de hoy. La democracia española tiene una deuda importante con los defensores de la democracia republicana, porque fue el sistema democrático previo, al periodo post-Transición que hoy vivimos. E.S.: Es muy duro lo que nos está pasando. Mientras los franquistas sigan encriptados en las Instituciones democráticas españolas, mientras no se renueve en base a otra carta de Inmunidad a parlamentarios, diputados y magistrados españoles, seguirán actuando de oficio contra los supervivientes, familiares y victimas del terror franquista. Pero las movilizaciones no cesan de gritar: Hay que juzgar al franquismo criminal! Y cada vez somos más, Ramón. Brindemos por eso! E.S.: Supongo que consideran incompatible con la democracia, la existencia de más de mil cunetas sin exhumar, donde yacen esperando que hagamos Justicia, centenares de miles aun de personas "liquidadas con tiros en la nuca" que nunca fueron juzgadas, que no tuvieron abogados, juicio, ni defensa; republicanos a los que hoy, sus familiares y amigos, no cejaremos hasta que se les haga Justicia. Durante más de 70 años no han tenido ni posibilidad de denunciar, silencio total, ya digo, pacto de silencio. De silencio y sangre entre Franco y el Cardenal Gomá, el Vaticano, en los años cuarenta del siglo pasado. ¿Que tácticas y estrategias has observado en las derechas españolas, contra el Juicio al Franquismo? E.S.: Pues, miedo, mucho miedo a ser descubiertos, a descubrir que tal vez algún familiar suyo estuvo implicado no solo en el Exterminio republicano de post-guerra, sino en la represión a muerte durante la Dictadura, que en forma atenuada llega hoy y pervive aún en el Tribunal Supremo. Psicológicamente van pasando del pavor a ser descubiertos, a un silencio que se transmuta en férreo encubrimiento, como dictan desde los confesionarios. Del encubrimiento a la judicialización, el obstruccionismo a la Vista de los Autos del buen juez Baltasar Garzón, hay un salto cuantitativo, cómplice ya con los crímenes de lesa humanidad - que no prescriben - y han de ser juzgados por el III poder del Estado democrático. Cada vez que el partido católico, el PP, pierde un debate y una votación en el Congreso o el Senado, busca jueces afines a sus creencias y presenta querellas contra las victimas del franquismo, en realidad, al "empapelar" al Juez Garzón. E.S.: Estos jueces, entre otros, formaron parte del Tribunal de Orden Público que desarrolló una represión criminal, con ayuda de la Brigada de Investigación Social, "la secreta" la llamábamos nosotros entonces, en los años setenta. Victimas destacadas de ese tiempo fueron Julián Grimau, el estudiante Enrique Ruano, el albañil Pedro Patiño, Yolanda González, o los asesinados en la Iglesia de Vitoria donde Manuel Fraga Iribarne, hoy senador aún, metió las tanquetas de los grises, la Policía Armada. Crímenes que siguen en la impunidad, que se deben juzgar. Elisa Serna, muchas gracias por tus palabras. ----------------------- |