“Hasta mi último aliento en defensa de la República Española” |
Nuestra Memoria - El exilio republicano |
Escrito por Carlos de Urabá |
Sábado, 22 de Diciembre de 2018 00:00 |
El Brigadista Internacional Virgilio Fernández cumple 100 años El presidente mexicano Lázaro Cárdenas desde el mismo momento que estalló la sublevación fascista de los generales Mola, Sanjurjo y Franco se puso al lado del gobierno constitucional de la República. México fue de los pocos países latinoamericanos en brindarle ayuda militar y económica al gobierno republicano pues la mayoría simpatizaba con el nazismo o el fascismo italiano. Hasta tal punto llego su solidaridad que México puso a disposición de los refugiados españoles sus legaciones diplomáticas en Francia. Lázaro Cárdenas le ofreció asilo al presidente Manuel Azaña en la legación de Montauban pues estaba amenazado por el régimen de Vichy. Cuando Azaña murió en esa ciudad francesa el 3 de noviembre de 1940 fue enterrado con la bandera mexicana.
Virgilio Fernández nació exactamente hace 100 años en Larache (Marruecos) -aunque de familia andaluza (Cabra y Sevilla). Cursó sus estudios de enfermería en el hospital de la Macarena de Sevilla para más adelante especializarse en Cádiz como Auxiliar Médico. Cuando su familia se traslada a Madrid continúa sus estudios de enfermero en el Hospital la Princesa. Era un joven inquieto que formó su conciencia rebelde gracias a sus lecturas en temas relacionados con la revolución de Octubre y las conversaciones con el dirigente comunista Checa. Hasta tal punto llegó su compromiso con la causa que él y su hermano Carlos repartían el periódico de las Juventudes Comunistas por las calles de la capital. Virgilio conocía de primera mano el sufrimiento de ese lumpen marginal que en muchas ocasiones se presentaba en el hospital a rogar atención médica de caridad. La visión de esa España irredenta y empobrecida lo marcó para el resto de sus días. Especialmente esa miseria extrema y eterna a la que estaba condenado el mundo rural y que se traduce en el grito desgarrador de “¡Tierra y Libertad!” La dignidad humana pisoteada mientras los burgueses y aristócratas gozaban de incontables privilegios. En todo caso en España durante los meses previos el golpe de estado fascista del 18 de julio de 1936 experimentó un inusitado periodo de agitación política y social. Algo que tenía un antecedente directo en el “Bienio Negro” donde fueron abolidas todas las leyes que habían sido tomadas contra la iglesia y los propietarios de bienes raíces. La ley de Reforma Agraria fue abandonada en la mayor parte de las regiones. Los terratenientes se jactaban: “¿tenéis hambre? ¡Comeos la República!” . El partido socialista por medio de Largo Caballero llamó a la insurrección en pos de la victoria de la dictadura del proletariado. “Ya no habrá lucha de clases porque exterminaremos a la otra clase” Unos hechos que hacían presagiar el peor de los desenlaces. La revolución de Asturias –que fue reprimida con saña por el gobierno del radical cedista Alejandro Lerroux– conduciría más adelante la formación del Frente Popular.
Columna Mangada. Milicias Populares 1936.
Tras su bautizo de fuego Virgilio participa en la batalla de Brunete -donde estuvo a punto de morir ametrallado- Morata de Tajuña, Guadalajara o Belchite. Una tarde en un improvisado hospital de campaña en Morata de Tajuña conoce a Ernest Hemingway que se presentó como corresponsal de guerra de la North American Newspaper Alliance. El impacto de esos cuerpos desmembrados y malheridos la recogería en un artículo titulado “la humanidad no les perdonará” Antifascismo es la defensa de la dignidad humana, el primer valor en la vida y en la literatura de Hemingway. En la batalla de Guadalajara el Ejército Popular de la República y las Brigadas Internacionales le infringieron una severa derrota al Corpo Truppe Volontarie Italiano enviado por Mussolini para intentar penetrar por el flanco norte a Madrid. De la victoria no sacaron mayores réditos pues no pudieron seguir adelante a falta de equipos bélicos. Los fascistas reaccionaron con una masiva movilización de tropas que les obligó a replegarse cuando su intención era continuar hacia el País Vasco. La guerra -que duró tres penosos años- convirtió a España en un gigantesco campo de batalla donde dirimían sus disputas el fascismo y el comunismo. Lo cierto es que las democracias burguesas occidentales no iban a consentir que se instalara un régimen pro soviético o estalinista en España y por eso toleraron la intervención armada de Hitler y Mussolini en auxilio al ejército nacional. Se ha acuñado el término de “guerra civil” cuando en realidad se trató de una sublevación militar contra el orden constitucional que desató una de las catástrofes más espantosas del siglo XX. Los historiadores revisionistas intentan criminalizar a los defensores de la democracia y de la libertad, a los que acusan de fraude electoral en la elección de 1936 donde salió ganador el Frente Popular e igualmente del asesinato del líder del CEDA Calvo Sotelo. El mejor argumento para justificar el alzamiento de los generales fascistas. El ejército republicano en las primeras de cambio avanzó sin obstáculos ansioso por abrirse paso con dirección a Valencia. Pero a pesar del esfuerzo sobrehumano el frente se estancó en Gandesa donde tuvieron que cavar trincheras en la denominada guerra de desgaste. Según confiesa el mismo Virgilio había jornadas en que les llegaban hasta 1000 heridos que debían atender en las propias trincheras ante la imposibilidad de evacuarlos a la retaguardia. Apenas contaban con una ambulancia donada por Suiza que tenía un quirófano completo y una mesa de operaciones. En circunstancias tan extremas se vieron obligados a realizar amputaciones y cirugías de urgencia. El Comité de No Intervención auspiciado por Francia, Inglaterra y EEUU obligó a que se cumpliera la desmovilización de los países extranjeros involucrados en la contienda -que no fueron acatados en su totalidad por Italia, Alemania y Portugal- mientras Las Brigadas Internacionales inician su retirada en septiembre de 1938. Antes de que terminara la ofensiva del Ebro a los Internacionales los trasladaron a Villafranca del Penedés (Cataluña). Agotados, sin tropas de refresco y ante la falta de armamento y munición el día 16 de noviembre de 1938 el estado mayor central del ejército republicano dio la orden del repliegue definitivo. Ahora solo les quedaba escapar a Cataluña con el propósito de salvar los restos del naufragio. La República agonizaba y solo un milagro podría salvarla. Hasta que el día 26 de enero de 1939 el ejército franquista sobrepasa las últimas defensas situadas en el río Llobregat y entra en Barcelona. Las tropas del general Yagüe, jefe del cuerpo del ejército marroquí, marcharon altivas por el paseo de Gràcia y en una vibrante ceremonia izaron la bandera rojigualda en la plaza de Cataluña. “España es una unidad de destino en lo universal” “todos los cesares fueron generales invictos” y por “el imperio hacia Dios” señalan el rumbo de los nuevos tiempos. ¡Arriba España! ¡Arriba Franco! En esos instantes Virgilio se encontraba de servicio en el hospital de Sant Pau atendiendo a los heridos provocados por los bombardeos de la aviación italiana. Cuando se dio cuenta que los fascistas le estaban pisando los talones no le quedó más remedio -junto a otros dos camaradas- que robar a mano armada una ambulancia de la Cruz Roja para escapar con dirección a la frontera francesa. El ejército republicano desmoralizado comenzó la retirada a la que se unió un éxodo masivo de población civil temerosa de las represalias. Nada más cruzar la aduana francesa los gendarmes condujeron a Virgilio y sus compañeros al campo de concentración de Sant Cyprien en el que rodeados de alambres de púas se hacinaban miles de combatientes republicanos. Al drama del exilio se unía la humillación de ser tratados como peligrosos criminales constantemente vigilados por guardianes coloniales marroquíes o senegaleses. Bajo condiciones extremas; sin comida, sin agua, sufriendo el frío, la lluvia y la mala alimentación hizo que muchos murieran de hambre o enfermedades. El 23 de Agosto de 1939 se firma el Pacto de No Agresión entre Alemania y la URSS que debemos considerar a todas luces el acta de defunción de la República. El propio presidente francés Edouard Daladier el 25 de febrero de 1939 reconoció al régimen fascista del general Franco. No es de extrañar una actitud tan perversa pues él fue uno de los firmantes el 30 de septiembre de 1938 de los Acuerdos de Munich en el que los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia, Italia y Alemania dieron carta blanca a la anexión de los Sudetes– abriendo el camino a la invasión de Polonia que desencadenó el inicio a la Segunda Guerra Mundial. Daladier socialista radical en esa ocasión tuvo un amable encuentro con el führer como puede observarse en las fotos de la época. La República Española de antemano estaba condenada a muerte porque las potencias aliadas prefirieron el nazismo al comunismo. El 1 de abril finaliza la guerra de España con el último parte de guerra emitido desde el Cuartel General de Burgos: “en el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Firmado: Generalísimo Franco”. Al terminar la II Guerra Mundial los republicanos españoles que habían engrosado las filas de la resistencia francesa en la lucha contra el nazismo esperaban a cambio que los aliados apoyaran sus planes de derrocar al régimen franquista. El Partido Comunista organizó en octubre de 1944 con unos 7.000 voluntarios de la AGE (Agrupación de Guerrilleros Españoles) la Operación Reconquista de España que comenzaría con la invasión del valle de Arán. Al mando estaba el coronel López Tovar cuyo cometido era el de instalar un gobierno provisional en Viella y alentar la insurrección popular que derribara al caudillo. Pero ante la superioridad del ejército Nacional movilizado para hacerles frente se vieron obligados -por orden de Santiago Carrillo- a regresar al otro lado de la frontera. Franco aprovechó la derrota de la invasión roja para erigirse en el “adalid de la libertad” En febrero del 1945 se reúne la Conferencia de Yalta con la presencia de Stalin, Roosevelt y Churchill, líderes de los países ganadores de la Segunda Guerra mundial. La geopolítica del mundo cambia por completo pues a partir de entonces comienza la guerra fría entre el comunismo y el capitalismo. Un hecho que convierte a Franco en una ficha imprescindible para los aliados por su feroz anticomunismo. Virgilio Fernández y su esposa Estela Cordero- Caspe. Foto Carlos de Urabá.
Virgilio reside desde hace décadas en Marfil, un pueblecito pintoresco situado en las colinas de Guanajuato, donde construyó su casa al estilo andaluz como reminiscencia de su tierra natal. A pesar del derrumbe del bloque socialista siempre ha mantenido intactos sus principios ideológicos ligados con el comunismo libertario. Desde México contempla el panorama político español -vía Internet- anonadado y perplejo al constatar el auge de la extrema derecha. “siempre ha estado allí pero ahora parece que se han caído todas las máscaras” Los dos últimos Brigadistas Internacionales Virgilio Fernández y Josep Almudéver. Caspe.Foto Carlos de Urabá.
Los representantes políticos de los diferentes partidos, sean de izquierda o de derecha, se negaron a hacer una ruptura con el régimen franquista Presionados por ese poder en la sombra que siempre ha ejercido la iglesia, los militares, banqueros y empresarios, aceptaron la restauración monárquica. Por último en 1955 España ingresa en la ONU legalizando así el criminal el régimen franquista. Los exiliados republicanos en México ingenuamente pensaban que Franco tenía los días contados y que pronto regresarían a su patria. Luego, en 1959 la visita de Eisenhower a Madrid pone fin a su aislamiento internacional refrendado con la instalación de las bases yanquis de Zaragoza, Torrejón, Morón y Rota. Desde el advenimiento de la democracia borbónica el nacionalismo español ha cedido soberanía al integrarse en la OTAN y al CEE que son las instituciones más representativas del mundo libre capitalista. El reino de España ineluctablemente asume el despreciable papel de peón del imperialismo norteamericano. Virgilio Fernández en su época de Brigadista Internacional.
Don Alfredo fue el menor de trece hijos nacido en el seno de una familia de humildes campesinos de Castell de Cabra en Teruel. Desde muy temprana edad se dedicó a las labores de pastoreo. Era un niño muy inquieto al que le gustaban los libros y por este motivo a los catorce años se marchó a Barcelona a estudiar la escuela primaria junto con su hermana. La única salida para redimirse de la ignorancia y la pobreza. Gracias a su espíritu de superación logró sacar el título de profesor de magisterio. Dominaba perfectamente el catalán que adopto como su segunda lengua. Nadie podía creer que el hijo de un gañan hubiera conseguido alcanzar tan altas metas. Al producirse el golpe de estado del 18 de julio de 1936 inmediatamente se enrola en el servicio de alfabetización las milicias populares del bando republicano. En esa época casi el 70% de la población española era analfabeta. Participó en la batalla de Teruel y en la del Ebro aunque sin empuñar las armas porque se dedicaba a las labores educativas con los soldados. En todo caso siempre estaba listo para hacer guardia, cavar trincheras o transportar municiones. Colaboró estrechamente con el poeta Miguel Hernández y editó numerosos folletos educativos como el “Burro ilustrado”. De los tres mil milicianos que contaba su brigada al final tan solo sobrevivieron 30. Siempre se avergonzó de este hecho que lo hacía sentir un cobarde. Tras la derrota del ejército republicano como tantos otros miles de españoles se dirigen hacia la frontera francesa donde al cruzarla es detenido y trasladado al campo de concentración de Saint Cyprien. En ese infierno apenas estuvo un par de semanas pues sus familiares vinieron a reclamarlo para conducirlo hasta el puerto de Le Havre desde donde embarca con destino a New York, luego a la Habana y por último el puerto Veracruz. El gobierno mexicano le concede asilo político y comienza su largo exilio en “el plus ultra legendario de la libertad”– según sus propias palabras. Este humanista y maestro de escuela se integró perfectamente en una sociedad que le abrió los brazos como si se tratara de un hijo prodigo. En principio residió en el puerto de Tampico para posteriormente trasladarse a Monterrey donde se dedicó a la labor educativa, promoción de la lectura y de las artes plásticas en una ciudad industrial donde la cultura estaba relegada a un segundo plano. Fue profesor emérito en la Facultad de Ciencias de la Comunicación FCC impartiendo la materia de Apreciación de Estética. También abrió una sucursal de la librería de Cosmos y una sala de exposiciones que era el punto de encuentro de la intelectualidad regiomontana. Por allí pasaron Luis Buñuel o Max Aub y los poetas Pedro Garfias y León Felipe. Gracias a ese vínculo de unión entre la España republicana y los intelectuales mexicanos se inicia un renacimiento cultural sin precedentes que perdura hasta nuestros días. En esos años también conoce al brigadista Virgilio Fernández del Real con quien organiza la dirección del Partido Comunista Español en México. Definitivamente son vidas paralelas que por arte de magia confluyen en un idéntico camino. Estuve disfrutando durante varias semanas de su amable compañía y hospitalidad, y, sobre todo, de sus charlas que me revelaron por vez primera las historias del inmenso sacrificio que supuso para los milicianos de la República Española empuñar las armas en defensa de la democracia y la libertad. En sus conversaciones siempre tenía en mente a su pueblo natal y la importancia de proteger la cultura popular como parte intrínseca de la identidad. Este era uno de los principales propósitos del gobierno republicano que se vio truncado con el alzamiento nacional. Alfredo Gracia Vicente muere en el año de 1996 dejando una honda huella en Monterrey tanto es así que la biblioteca de la Universidad Autónoma de Nuevo León lleva su nombre. ¡Salud y República! Virgilio Fernández.Guanajuato (México).
Caspe era la sede del autoproclamado Consejo de Aragón -mayoritariamente anarquista- que ejercía su poder sobre la mitad oriental del bajo Ebro aragonés. El general Vicente Rojo concentró la 45 división y las XI XII XIV XV de las Brigadas Internacionales pero a pesar de la heroica resistencia fueron incapaces de contener la violenta ofensiva fascista. Caspe se rindió el día 17 de marzo de 1938 mientras las tropas republicanas retiraban con dirección a Mequinenza, Fayón y Gandesa. En la finca la Rosaleda se instaló el cuartel general de Yagüe y el estado mayor del ejército marroquí que meses después intervendrían en la batalla del Ebro. No estamos hablado del pasado con nostalgia o romanticismo porque es necesario reivindicar la memoria histórica hoy más cuestionada que nunca por la derecha monárquica (PP, Cs, Vox) que pregonan el olvido en aras de la reconciliación – Al cumplirse los 80 años del estallido de la conflagración bélica –según los herederos del antiguo régimen- es mejor pasar la página para no exacerbar los ánimos. Los crímenes de lesa humanidad cometidos por el franquismo, los fusilamientos, las torturas, las fosas comunes, los desaparecidos, encarcelados o exiliados hacen parte de los “daños colaterales típicos de todas las guerras”. Son las siete de la mañana y como es tradicional en México llegan a la casa de Virgilio un grupo de mariachis a cantarle las mañanitas. Su patria de adopción le rinde su merecido homenaje a un hijo ilustre que supo valientemente enfrentar a pecho descubierto al monstruo del fascismo.
_________ Fuente: Diario 16 |