“Otra Iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la guerra civil” |
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Escrito por Miguel Alonso Ibarra |
Viernes, 21 de Abril de 2017 05:48 |
En ello, las nuevas metodologías que se vayan generando, o las existentes que se vayan perfeccionando tendrán que desempeñar el papel fundamental. Pero difícilmente nos veremos sorprendidos con la aparición de algo radicalmente nuevo o desconocido que, por otro lado, tenga un peso específico significativo a la hora de ayudarnos a comprender más y mejor la guerra civil. Sin embargo, podemos hacer una excepción relevante en nuestra previsión en lo que respecta al libro que hoy queremos reseñar, Otra Iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la guerra civil.
Esta obra colectiva, coordinada por Feliciano Montero, Antonio Moreno, Marisa Tezanos y con contribuciones de José Ramón Rodríguez, Enrique Orsi, Luisa Marco, Encarnación Barranquero, Miguel Ángel Dionisio y Luis Gutiérrez aborda un tema que resulta ciertamente novedoso, a la par que significativo y sugerente, como es el de los curas disidentes a la jerarquía eclesiástica. Es decir, aquellos sacerdotes que no apoyaron al bando sublevado durante la guerra civil y que no sancionaron el carácter religioso, de cruzada, que los rebeldes dieron a la contienda, sino que por el contrario decidieron apoyar a los republicanos. Unos sacerdotes que, de igual forma, tampoco habían mantenido una actitud similar a la de la mayoría de sus colegas durante los años del gobierno republicano, en la medida en que actuaron y desempeñaron su función de forma bien diferenciada a como lo hacía el grueso de la Iglesia Católica española, y a los parámetros de relación con el Estado y con la sociedad que esta seguía. En definitiva, unos individuos que en buena medida ocuparon y acabaron en un terreno de nadie: reprimidos y repudiados por la jerarquía eclesiástica y, por otro lado y pese a su causa común, vistos por los propios republicanos como algo ajeno, algo extraño y fuera de lugar con lo que no terminaban de comulgar. La problemática que pretende estudiar la obra y el modo en que se plantea este análisis nos conducen invariablemente a dos consideraciones metodológicas de gran interés las cuales, a nuestro juicio, definen en buena medida el enfoque del libro. Por un lado, nos encontramos con una apuesta decidida por la complejización de los procesos y las realidades históricas. Esto, así planteado, puede resultar algo obvio pero dada la naturaleza del tema no lo es en absoluto. Las guerras, y especialmente aquellas que tienen una naturaleza interna, generan bandos radicalmente opuestos al tiempo que, y esto es lo más importante aquí, percepciones uniformes de ambos contendientes y de todo lo que con ellos se relaciona [1]. Así, el hecho de que la Iglesia apoyase a los rebeldes y se volcase en una labor de construcción de un discurso legitimador en clave religiosa del levantamiento, de la guerra, y de la violencia –de salvación nacional, de redención, de martirio y expiación del pecado colectivo de una sociedad enferma– ha edificado la imagen, casi unánime, de un clero volcado con la causa sublevada. Salvo, eso sí, algunas excepciones mencionadas de pasada y del caso de los sacerdotes de tendencia nacionalista –vascos y catalanes–, algo que precisamente mencionan los autores de Otra Iglesia [2]. Por tanto, abordar una cuestión que tan uniformemente se ha erigido de forma monolítica con el objetivo de desgranarla y cuestionar dicha visión monocolor constituye una apuesta decidida por la necesaria complejización de las dinámicas históricas. El objetivo está muy claro y ya queda patente en la propia naturaleza del libro: era posible ser católico y republicano, al igual que lo era ser sacerdote y demócrata. Y creo que es importante que de nuevo insistamos en pasar por encima de la obviedad de tal afirmación, pues por obvia se suele dar por sobreentendida y queda al margen, alejada de cualquier análisis que la ponga en contexto y la dote de pleno sentido. Claro que existían sectores católicos que apoyaron a la república, y por supuesto que, aunque en menor medida y muchos menos conocidos –he aquí el quid de la cuestión– hubo sacerdotes que no se plegaron a la formulación de guerra de religión que recibió la contienda española por parte de la jerarquía eclesiástica, pero es importante ahondar no ya en un conocimiento más profundo de estas realidades –fundamentalmente de la segunda–, sino también en sus motivaciones y actitudes, en por qué decidieron ir a contracorriente de lo que la mayoría de sus colegas pensaban. Y es en este punto en el que este libro cobra pleno sentido y hace su aportación crucial.
Una tarea de tal envergadura siempre es un reto que ha de implicar el desarrollo de una metodología especialmente funcional y extremadamente precisa. Pero esto es aún más necesario si cabe en el caso abordado por Otra Iglesia, pues como bien plantea Feliciano Montero en la introducción la cuestión de los curas disidentes carece, por un lado, de una base de estudios previos y, por otro, de unas fuentes accesibles, de fácil acceso y numerosas[3] a partir de las cuales construir una interpretación significativa, al menos que no requiera de un trabajo especialmente arduo. Por todo ello, una de las pocas vías de profundización restantes es la que aborda la dimensión individual de la cuestión. La, por el momento, escasez de casos –ya lo plantea el título de la propia introducción: “Clero republicano, disidente, heterodoxo. ¿Una minoría representativa?– conduce a la biografía como elemento de abordaje de la problemática planteada. La reconstrucción de las trayectorias vitales de diversos ejemplos de curas disidentes, diez para ser más concretos[4]–, permite un acercamiento más preciso a la cuestión, tanto en lo que refiere a las decisiones que estos individuos tomaron como a las motivaciones que los condujeron a ello. Lo que, y aquí situamos el segundo de los grandes planteamientos metodológicos de Otra Iglesia, nos lleva a la intención de los autores de operar una vuelta al sujeto como protagonista de los procesos históricos, al tiempos que como eje central sobre el que articular los análisis y construir las interpretaciones. Así podemos aproximarnos a la cuestión crucial de las motivaciones y de las actitudes que se escondían detrás de las decisiones que estos sacerdotes tomaron. La clave no está solo en lo que hicieron, sino también y quizá más fundamentalmente en por qué lo hicieron. Algo que se explica, a juicio de los autores del libro, como respuesta a una crisis, tanto interna como global, en lo que, en parte, a la estructura de las relaciones Iglesia-Estado-sociedad. La voluntad de estos curas de una aproximación mucho más social a los individuos, a sus problemas y a sus realidades cotidianas, alejada de los grandilocuentes e irreales discursos de la jerarquía eclesiástica; de un contacto más real y tangible con la naturaleza de una sociedad sumida en plena crisis de la modernidad; de plantear, quizá, un modelo alternativo que respondiese a los nuevos retos planteados por dicha modernidad, fueron elementos clave que llevaron a estos curas a creer que el proyecto republicano era el que les ofrecía las respuestas que buscaban y los mecanismos para crear esas nuevas formas de relación con la gente. Y, sobre todo, a creer que el modelo defendido por la jerarquía eclesiástica no era, ni mucho menos, el que necesitaba la sociedad española del momento. Por tanto, vemos que el libro aborda una problemática muy interesante para ayudar a complejizar aún más las múltiples realidades del momento, como es la de las diferentes percepciones dentro del seno de la Iglesia –por minoritarias que estas fueran–, que llegaron a conducir a rupturas del calado de la que se produjo en la guerra civil. La apuesta metodológica en este sentido, a lo que se une un descenso hasta el nivel de los individuos concretos como sujetos del proceso histórico, dota a la obra de una profundidad que ciertamente le permite erigirse como muestra de estudio válida, aunque como bien apuntan sus autores es todavía el primer esbozo de una línea de investigación aún por recorrer. Al mismo tiempo, la obra ha sabido –algo que no siempre es fácil– construir una interpretación global desde el plano de lo individual, a través de un capítulo de conclusiones que sintetiza las líneas maestras que conectaron las trayectorias vitales y, fundamentalmente, las disidencias de todos estos individuos. En definitiva, la tesis que plantea es muy sugerente y tiene un potencial aún por explorar: no hubo una posición única y monolítica dentro de la Iglesia Católica durante el periodo republicano y, especialmente, durante la guerra civil. La vida de estos sacerdotes que apoyaron a la República lo deja bien claro. Doblemente represaliados, por el régimen y por la jerarquía eclesiástica, y en buena medida situados en tierra de nadie, repudiados por los sublevados y vistos como un rara avis por los republicanos, la recuperación de la vida y de las trayectorias de estos curas disidentes aportará, sin duda, una pieza de significativo interés en la conformación del complejo y gigantesco puzle que compusieron los convulsos años 30 del siglo XX español. DATOS BÁSICOS SOBRE LA OBRA: Año: 2014 Editorial: Ediciones Trea Número de páginas: 304 Precio: 25 euros Enlace a la obra en la página de la editorial: http://www.trea.es/ficha.php?idLibro=00001322 NOTAS: [1] Una descripción general de este tipo de procesos en el seno de guerras civiles en el clásico de Stathis N. KALYVAS: La lógica de la violencia en la guerra civil, Madrid, Akal, 2010 [2006]. [2] Feliciano MONTERO, Antonio C. MORENO, Marisa TEZANOS (coords.): Otra Iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la guerra civil, Madrid, Trea, p. 13. [3] Ibid., p. 15. [4] Se abordan los casos de Luis López-Dóriga (1885-1962), Jerónimo García Gallego (1893-1961), Tomás Gómez Piñán (1896-1957), Juan García Morales (1883-1946), Matías Usero Torrente (1875-1936), Leocadio Lobo (1887-1949), Joan Vilar i Costa (1889-1962), Cándido Nogueras (1899-1976), Francisco González Fernández (1897-1938) y Régulo Martínez Sánchez (1895-1986). |