Matar al mensajero, "lesa majestad". La Audiencia Nacional procesa al coronel Martínez Inglés por un artículo sobre el rey Imprimir
Monarquía - Casa irreal
Escrito por Paco Arenas / UCR   
Lunes, 05 de Noviembre de 2012 00:00
Cuando uno escucha la palabra “Lesa majestad” o delito de injurias a la corona, piensa en episodios del antiguo régimen, de países anclados en el pasado más oscuro de la historia, posiblemente no hay nada más anacrónico dentro de la institución, ya de por si anacrónica, que el delito de “Lesa Majestad” o injurias a la corona. Uno piensa, en España, en mi país esto no puede suceder este ridículo anacronismo, luego se da cuenta que está equivocado que la realidad es otra muy distinta, que aunque esto no es Tailandia, sí puede ir una persona hasta nueve años a prisión por criticar a su católica majestad, por quemar unos simples papeles con una fotografía, por sacar trapos sucios o por hacer una caricatura en la portada de una revista satírica, el último caso conocido es el del coronel Martínez Ingles, para el cual la Audiencia Nacional, sucesora directa del Tribunal de Orden Público franquista, procesa al coronel Martínez Inglés por un artículo sobre el rey.

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John Bull tirándose un pedo sobre un poster

de Jorge III

La ley brinda todo tipo de crítica, fundada o no, veraz o no sobre su católica majestad, en estos tiempos que corren la inviolabilidad constitucional, de cualquier ciudadano español debería ser algo del pasado, pero está ocurriendo en pleno siglo XIX, perdón quería decir XXI, aunque en este caso como en otros el orden no altera el producto, las leyes de protección de la monarquía son anteriores al siglo XIX. La verdad es que la Casa Real cada día que pasa nos lo pone más difícil a los ciudadanos con pensamiento propio, no abducidos por los medios de manipulación de masas, para no caer en el delito de “lesa majestad” o injurias a la corona, son los miembros de la propia Casa Real, quienes ofenden a la corona, quienes ofenden a la patria con sus actos, quien simplemente los da a conocer no debe ser juzgado por ello, siempre se ha dicho que “la mujer del Cesar no solo debe ser decente, sino parecerlo”, aunque en el mi opinión “la monarquía o las Casas Reales, no solo deben aparentar ser decentes, sino serlo”.

Según Wikipedia:

Como podemos ver el delito de lesa majestad se mantiene en las monarquías de África y Asia, en países de dudosa legalidad democrática, Marruecos, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y demás, países seudo-democráticos o dictatoriales.

Un repaso por las distintas monarquías europeas nos permite comprobar que como dije anteriormente, lo más anacrónico de la institución más anacrónica que existe en determinado países, que es la monarquía, es el delito penado hasta con cárcel denominado “Lesa Majestad”, o injurias a la Corona, delito que solo se presenta en países donde la democracia es una quimera, como los países musulmanes, asiáticos y …., sí, y en España, la monarquía más anacrónica de la vieja Europa, a pesar de ser la última en reinstaurarse, o no, es la continuidad de la monarquía dictatorial que instauro un criminal general, al cual su católica majestad ha dicho en muchas ocasiones admirad, la única que blinda a la Casa Real contra toda lógica democrática, es por tanto un Régimen ilegal, surgido de acciones llevadas a cabo a base de crímenes contra la humanidad, que no han sido ni serán juzgados, porque aquí se mata al mensajero, sea periodista, coronel o juez.

Las monarquías europeas, más allá de los Pirineos, no son ni más castas, ni más decentes que las de países donde se mantiene el delito de injurias a la corona, son como diría un viejo republicano amigo mío, auténticos “putiferios” , nidos de corrupción y negocios sucios de toda índole, implicados en todo tipo de chantajes y tráficos. Suelen actuar de manera parecida y en un acto de masoquismo social sus ciudadanos a pesar de recibir todo tipo de información sobre las actividades reales de sus miembros, los mantienen. Es la diferencia entre la cultura republicana y democrática de ciudadanos libres y la cultura monárquica del vasallaje y de la condición de súbditos de la Corona.

Debo decir, que ni me han interesado, ni me interesan los asuntos llamados del corazón o de las vísceras, ni de las Casas Reales ni de las “Belenes Esteban” que pululan por los medios de papel satinado o televisiones varias, pero aquí voy a poner la ejemplaridad de tres de las principales y “modélicas” monarquías europeas, de todos sus actos se ha dado cumplida información al mínimo detalle en sus propios países:

Carlos de Inglaterra yCamila Parker
Reino Unido de la Gran Bretaña:
Sacar a la luz los deseos de Carlos de Inglaterra de convertirse en tampón para absorber los flujos menstruales de Camilla Parker, hubiese sido considerado delito de “lesa majestad”. En los mencionados países sin tradición democrática o ausencia de la misma. Criticar las horripilantes pamelas de la reina de Isabel de Inglaterra, imposible, llamar al nazi de su nieto fascista, ni se sabe. Los escándalos sexuales del príncipe consorte Felipe de Edimburgo contados por la prensa británica con pelos y señales, los cuernos del príncipe Andrés, o adulterios en doble dirección de diversos miembros de la Casa Real Británica, han estado a la orden del día, día sí y día también, sin que se procesase por ello a ningún periodista.


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Juliana de Holanda y Bernardo de Lippe-Biesterfelds

Holanda
Algo parecido ocurre en Holanda, comenzando con un príncipe consorte metido en negocios sucios, el marido de la reina Juliana nunca fue juzgado por el escándalo” Lockheed”, los holandeses supieron al día de lo corrupta de la monarquía de los tulipanes, la reina estuvo a punto de abdicar y él dejo de poder vestir el uniforme de general de la fuerza aérea, una tontería, lo lógico es que hubiese ido a prisión y los holandeses hubiesen mandado a tomar por donde amargan los pepinos a la monarquía, pero bueno se les dijo de todo y no pasó nada de nada. Este espécimen de la realeza diez años más tarde dono una cantidad millonaria a un grupo paramilitar que traficaba con marfil, no sé qué obsesión tienen los reyes con matar elefantes.

Bélgica
El príncipe Laurent de Bélgica, desvió la partida destinada a la armada para construir su palacio particular, que los marineros no cobrasen era secundario, lo principal, construir su palacio de soltero, la cantidad robada no se puede cuantificar debido a la opacidad de las monarquías, el rey de los Belgas hubo de salir a pedir perdón en nombre de su hijo, le prohibió la entrada en actos oficiales al Palacio Real, pero continuo dándole la asignación de 300.000 euros anuales, en lugar de mandarlo a la cárcel. Como las Casas Reales lo que más les importa es las apariencias, ese mismo rey amenazaba a otro de sus hijos, de nombre Felipe, con retirarle de la línea de sucesión si seguía manteniendo relaciones íntimas con otro hombre, por lo que le busco una mujer con la que presuntamente tuvo cuatro hijos, que fuesen suyos o no eso es otra historia. 

La prensa también en Bélgica no se ha callado nada ni ha omitido detalles, y no ha pasado nada, ningún periodista ha ido a la cárcel. De todos modos, ni todas las monarquías ni todos los reyes son iguales, a pesar de no dejar de ser un auténtico impresentable el rey de los belgas, trago sapos y culebras y reconoció la paternidad de una hija bastarda habida de una relación con una baronesa y en discurso navideño de 1999 reconoció su relación adúltera y la paternidad de su hija bastarda, otros no lo hacen, cuando lo más sagrado debería ser el derecho de todo hijo a ser reconocido como tal, no hacerlo en Bélgica o cualquier país democrático es una inmoralidad.

El príncipe Laurent de Bélgica
El resto de las monarquías europeas andan por caminos bastantes similares, tanto en el tema de camas equivocadas, como negocios ilícitos y sobre todos de hijos no reconocidos, las familias reales no dejan de ser familias normales con la vida regalada, instituciones tan inútiles e innecesarias como costosas y prescindibles, que no tiene sentido a estas alturas de la historia su existencia.
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Artículo también publicado en la web del autor: Pinarejo Republica independiente