Es muy difícil encontrar un saquito de tila en Madrid. Al parecer, la llamada casa real ha agotado todas las existencias. No es para menos. Primero fue la publicación del libro de Isidre Cunill titulado Letizia Ortiz, una republicana en la corte del rey Juan Carlos I, que alcanzó tres ediciones en setiembre y tiene en camino la cuarta. Sin reponerse del soponcio, Telecinco proyectó la serie La noche de Felipe y Letizia, escrita por un discípulo de Valle-Inclán, fiel seguidor de la Farsa y licencia de la reina castiza y de los esperpentos. Así que la llamada familia real en pleno ha enfermado de los nervios. Pobres.

  0 O 0

   La verdad es que el libro de Cunill carece de interés, aparte de estar lleno de erratas que delatan su incorrección. No nos importan las historias nada ejemplares de los familiares de su alteza real, ni el que sea divorciada, que su primer marido esté desaparecido, que tuviera amantes, que posara desnuda para un pintor mexicano, que aprovechara su estancia en México para abortar, que consumiera drogas, y los demás chismes narrados por el periodista y ensayista barcelonés. A pesar de ello, algunos libreros se han negado a vender el libro, por reverencia a la llamada familia real. Un libro que no ha sido secuestrado por orden judicial, como lo fue la revista satírica El Jueves debido al terrible delito de publicar una caricatura de sus altezas reales, significa que no dice nada capaz de cuestionar el respeto debido a la llamada familia real. ¿Quién no tiene algo que ocultar de un pasado oscuro? Empezando por los miembros –y las miembras, que diría la Bibiana--  de la llamada real familia.

0 O 0

   Mucho más importante que los escarceos juveniles de la princesa de Asturias resulta el cálculo hecho por la revista Qué Me Dices, según el cual su alteza real gasta –es decir, nos hace gastar a los vasallos de su suegro— veinte mil euros mensuales en vestidos, zapatos y joyas. Lo malo es que como siga aumentando el número de parados, ahora ya más de cuatro millones y medio, no va a haber quien pague impuestos en este reino, y entonces la princesa se pondrá más triste que la de Rubén Darío, que ya es decir, por no poder continuar cambiando de modelitos.

0 O 0

   Los Presupuestos Generales del Estado para 2011 reducen la asignación de la llamada casa del rey en un nueve por ciento. Pero no es que le vayan a dar menos dinero a su majestad católica, es que se rebaja el sueldo a los funcionarios a su servicio. La llamada familia real se aprieta el cinturón de sus servidores. De modo que Letizia podrá seguir coleccionando trapitos. Por el momento.

0 O 0

   También los monárquicos, que los hay, aunque parezca imposible en este país, buscan tila desesperadamente. Dicen que esto no puede ser, lo mismito que los republicanos. Es el colmo, que no haya diferencias de opinión entre monárquicos y republicanos en este reino. ¡Adónde hemos llegado! Cuentan quienes lo saben que cuando los monárquicos hablan de su alteza real la princesa de Asturias no la llaman Letizia, mala copia en plan analfabeto de la palabra latina laetitia, traducible al castellano por alegría, sino letalis, equivalente a mortal en román paladino. También dicen que su majestad católica ni mira siquiera a los príncipes cuando tiene que aparecer junto a ellos. Las infantas no se hablan con su alteza real la princesa, pero ya se sabe que las cuñadas constituyen el peor defecto del matrimonio. El caso es que los monárquicos están muy preocupados. No les faltan motivos.

0 O 0

   Es vergonzoso que junto al féretro que contenía el cadáver de Marcelino Camacho destacase una corona de flores con cintas azules, en las que unas letras doradas mencionaban a los príncipes de Asturias. Es un insulto a la figura del gran luchador republicano y comunista, fundador de las Comisiones Obreras en plena dictadura. Durante años en este país hubo dos sindicatos: la Organización Nacional, que era el legal, y las Comisiones Obreras, el ilegal. Colocar junto a la cabecera del féretro la corona enviada por sus altezas reales fue una injuria real.

0 O 0

   El diario de extremísima derecha La Gaceta de los Negocios publica en su número del 31 de octubre una entrevista con Laureano Molins, el cirujano que operó a su majestad católica de un cáncer de pulmón. Asegura que “El rey está más gordito porque ha dejado de fumar”, y con ello el periódico pretende acallar los comentarios populares sobre la salud real. Aunque hace muy pocas apariciones públicas desde la operación, todo el mundo ha visto que su majestad católica ha engordado y envejecido. El envejecimiento puede deberse a los disgustos, pero la gordura no, puesto que los disgustos precisamente hacen adelgazar. Luego es otra la causa. Pero ya la conocemos: no es por la medicación, según comentaba el rumor popular, sino por haber dejado de fumar. ¿Y por qué le han prohibido fumar, si era el único vicio que le quedaba? Pobre hombre, ser rey para eso. Va a tener que ponerse a trabajar, para entretener el aburrimiento.

0 O 0

   A causa de la gordura su majestad católica ha debido renovar todo su vestuario, trajes y uniformes. Un pastón, como dicen los castizos. Menos mal que lo pagamos los vasallos, porque de no ser así se llevaría otro disgusto, y ya tiene bastantes.

0 O 0

   Es un error repetir en las manifestaciones que “España, mañana, será republicana”, porque ya lo es ahora, lo somos los actuales vasallos de su majestad católica que lo gritamos, y los que se quedan en casa por desconfiar de la utilidad de esos gestos callejeros. Lo que será España mañana es una República, lo mismo que la mayoría inmensa de las naciones civilizadas.

---------------------------

Arturo del Villar es Presidente del Colectivo republicano Tercer Milenio