La monarquía es un cadáver que apesta PDF Imprimir E-mail
Monarquía - Casa irreal
Escrito por Amadeo Martínez Inglés /UCR   
Jueves, 19 de Julio de 2018 00:00

O la enterramos cuanto antes o acabará destruyendo la poca honorabilidad y credibilidad que todavía mantiene este país a nivel internacional

    Pues la verdad, amigos, es que estoy profundamente sorprendido, alertado, conmovido, estimulado, ilusionado… vamos, que me salgo por las costuras físico/biológicas de mi castigada e incrédula personalidad a cuenta de las “escandalosas” revelaciones de la famosa pseudo princesa Corinna su Zayn-Wittgenstein en relación con las andanzas presuntamente fraudulentas (lo de “presuntamente” lo pongo exclusivamente como un festivo brindis al sol y un obligado respeto por la democracia y el Estado de derecho) de su antiguo novio, el sinvergüenza Juan Carlos Borbón. Hechas, con micrófonos ocultos de por medio y con dos caraduras de testigos; uno, un espía del CESID/CNI al que siempre le gustó mucho navegar en las procelosas aguas de las alcantarillas del Estado (con resultado de cárcel ya veremos por cuanto tiempo), y otro, un empresario sin muchos escrúpulos de conciencia aunque con muy buenas relaciones estratégicas en el variopinto mundo de los poderes fáctico/económicos de este país.

    ¿Y por qué esta flagrante sorpresa y abultada perplejidad personal si yo ya estaba enterado desde hace años, dejando de lado por supuesto la rocambolesca puesta en escena del espía armado con micrófono y acompañado de empresario traductor, del 98% de lo revelado por la simpar musa camera del Borbón de marras?
    
Pues la razón no es otra, amable lector, que la inesperada reacción de la prensa española en general (salvo algunos recalcitrantes medios sistémicos), de las televisiones privadas, de los informativos radiofónicos de toda laya y de las consabidas tertulias de la afamada firma “la voz de su amo”, que en esta ocasión, en contra totalmente de lo que han venido haciendo a lo largo de los años en esta famélica democracia formal (y franquismo enmascarado) en la que nos desenvolvemos más mal que bien usted y yo, le han dado alas al asunto, recogiéndolo con marcados y falsos aspavientos en sus noticieros y  programas de actualidad. Y es que la cosa tiene su aquél: O sea que las revelaciones hechas nada menos que desde el año 2005 por el historiador/investigador que suscribe, y que fueron remitidas oficialmente en repetidas ocasiones al Gobierno de la nación, a las Cortes españolas y a la Fiscalía General del Estado, sobre los presuntos y repetidos delitos de todo tipo cometidos por el sinvergüenza que ha ocupado durante casi cuarenta años la jefatura del Estado español y que van desde el fratricidio premeditado a la alta traición pasando por el golpe de Estado del 23-F, la autorización tácita a los crímenes de Estado de los GAL, la prevaricación repetida, la malversación de fondos reservados para pagar sus devaneos sexuales (su aventura con una sola de sus amantes nos costó a los españoles 500 millones de las antiguas pesetas), sus comisiones ilegales, sus negocios con traficantes de armas, con las despreciables dictaduras del Golfo y con los sucesivos reyes de Marruecos… etc, etc, han sido sistemáticamente obviadas y ninguneadas por la casi totalidad de los medios informativos españoles (no así por prestigiosos medios internacionales) y ahora, recién comenzado el verano de 2018, por quien sabe que razones ocultas del destino (¿los poderes fácticos del régimen habrán decidido abandonar a su suerte a esta panda de impresentables borbónicos?) han entrado a saco en las revelaciones de la bella Corinna atacando con saña a la obsoleta institución monárquica española, más muerta que viva ya en estos momentos, pidiendo a bombo y platillo el consabido referéndum “monarquía vs república” e, incluso, la abdicación inmediata de Felipe VI.    

No seré yo obviamente el que proteste por tamaña reacción mediática. Todo lo contrario. Pero no por ello dejo de sorprenderme. Y para tratar de neutralizar tamaña sorpresa voy a recordarle al lector/a, si me lo permite, mi currículum profesional en relación con este asunto del Borbón delincuente aunque, modestia parte, estoy seguro que formará parte de la inmensa pléyade de ciudadanos/as que durante los últimos treinta han seguido mis libros y mis escritos.

Este historiador militar, desde el año 1994 en el que publicó su primer libro sobre el golferas que nos ocupa en estos momentos con el título “La transición vigilada” y en el que me permití verter mis primeras investigaciones sobre el famoso pseudo golpe militar del 23-F acusando sin ningún rubor o atisbo de miedo a Juan Carlos de Borbón de ser el máximo responsable de tan chapucera asonada… hasta el año 2017 en el que salió a las librerías (no a todas por la maldita censura de esta democracia franquista que todavía padecemos que me obligó a publicarlo en Portugal) el último titulado “ Juan Carlos. El rey de las cinco mil amantes”, ha escrito y publicado nada menos que seis libros (6) y más de un centenar de artículos con más de dos mil páginas en total, sacando a la luz pública española e internacional, después de trabajosos estudios y análisis, la enorme sarta de presuntos delitos cometidos por el ahora llamado rey emérito. Como la censura institucional y mediática resultó implacable y anquilosante me permití enviar mis estudios e informes, desde el año 2005 al 2017, a las más altas magistraturas españolas e, incluso, a la Fiscalía General del Estado portugués (para que investigara el presunto asesinato de Juan Carlos de Borbón en la persona de su hermano el infante Alfonso de Borbón).

Siempre, como digo, me tropecé con el silencio institucional y mediático. Y hasta con un proceso por injurias al jefe del Estado que me costó una multa de 6.400 euros por un artículo publicado en Canarias Semanal en el que hacía responsable a Juan Carlos de Borbón de la máxima jefatura del caso Nóos. Este sinvergüenza atrincherado en su poltrona de La Zarzuela era intocable, inviolable, divino, una joya democrática que el divino hacedor nos había enviado a todos los españoles/as para que fuéramos libres, demócratas y felices. Cuando miles y miles de españoles de cierto nivel: militares en puestos importantes con informaciones reservadas, políticos disfrutando de un bipartidismo feroz que se aprovechaba de un poder que dejaba pingües beneficios personales, periodistas de élite, empresarios del sistema con la corrupción metida en sus venas… estaban perfectamente enterados de la catadura moral, de los sucios negocios y de la depravada vida personal de un sujeto, que como ahora ha puesto en nuestros oídos su amante Corinna, nunca supo distinguir lo legal de lo ilegal y lo mora de inmoral.

Bueno y ahora que dice el Gobierno del señor Sánchez en relación con  esta crisis que le ha estallado a las puertas de su famoso Consejo de ministros, ministras, ex ministros y ex ministras. Pues nada o casi nada. Parece querer mirar para otro lado y esperar a que pase el temporal. Su ministra portavoz se ha limitado a decir que el Gobierno considera este tema como muy viejo y en consecuencia ha decidido ignorarlo. Lo tiene crudo el Ejecutivo del censurador Sánchez. Como si los ciudadanos españoles fuéramos tontos del culo y no estuviéramos hartos ya de las andanzas, delitos, trapicheos y devaneos sexuales del viejo Borbón y de casi toda su parentela, pagado todo ello con el dinero de todos.   

También dijo la señora portavoz del feminista Gobierno sanchista algo que es rotundamente falso. Dijo algo así como que “afortunadamente todo esto no afecta al actual rey Felipe VI”. Y un jamón. Claro que estas revelaciones van a afectar al actual inquilino de La Zarzuela. Y mucho. Este hombre es rey no porque lo haya elegido o votado ciudadano alguno español sino por pertenecer a la casa de Borbón como hijo y heredero del anterior monarca, que a su vez tampoco fue elegido por ningún votante sino designado jefe del Estado a título de rey por el dictador Franco. ¿Cómo no le van a afectar los presuntos delitos cometidos por su señor padre que, además, que yo sepa, sigue siendo jefe de la casa de Borbón a pesar de su abdicación?
La “monarquía bananera” española, amigos, está muerta, acabada. Lo estaba ya hace tiempo después de las amplias y constantes revelaciones de algunos historiadores que hemos dedicado años de nuestras vidas y mucho trabajo y riesgo personal a desenmascarar al sinvergüenza que Franco colocó en la más alta magistratura de la nación en el curso de la segunda restauración borbónica de la historia española. Las revelaciones de su amante Corinna no nos han enseñado nada nuevo a los que hemos seguido de cerca su depravada vida pero van a servir para que muchos ciudadanos españoles de buena fe se sumen al cambio que España necesita. ¡Enterremos cuanto antes esta monarquía bananera que el golpista Franco no obligó a aceptar! O ella acabará con nosotros.

                         Fdo: Amadeo Martínez Inglés
                         Coronel. Escritor. Historiador  
 

 

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