Las fotos que yo quemo |
Monarquía - Casa irreal |
Escrito por Cristina Fallarás |
Miércoles, 14 de Marzo de 2018 00:00 |
“Tras la sentencia del TEDH sobre la libertad de expresión, ¿a la altura de qué bota quedan ahora la Audiencia Nacional, el Tribunal Constitucional y la Justicia española?”. Pues voy a salir a quemar una foto de los reyes de España. Y una de Franco, de paso, que seguro que molesta a más gente que le dé candela al dictador que al rey. Y quizás me acerque hasta el Valle de los Caídos a quemarlas, sí, ¿por qué no? Voy a quemar esa en la que salen Juan Carlos I, Felipe VI de niño y el dictador Franco, y así me ahorro en impresiones, que no está la cosa para grandes gastos. Oye, y además voy a quemar esa en la que salen Juan Carlos I y Sofía con el dictador Rafael Videla, qué bonita amistad esa que existió entre el monarca y el criminal de los vuelos de la muerte y las desapariciones.
A propósito, y alargándome con la impresora, ¿cómo quemar la foto de los reyes con Videla y no aquella que salen con el sangriento Pinochet de las UNO. Me ampara el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que ha decretado por unanimidad que quemar una foto de los reyes de España es libertad de expresión, y no delito de odio, injurias a la Corona ni demás zarandajas. El TEDH responde así a una condena que la Audiencia Nacional impuso a dos catalanes, hace 10 años, por quemar una foto de los reyes Juan Carlos I y Sofía. Dicha condena fue ratificada por el Tribunal Constitucional. Dice ahora el TEDH: “La puesta en escena orquestada, aunque dio lugar a la quema de imagen de los monarcas, es una forma de expresión de una opinión en el contexto de un debate sobre una cuestión de interés público, a saber, la institución de la monarquía”. DOS. Conste que no estoy llamando a que otros lo hagan, conste que ustedes no me han visto hacerlo y conste que esta publicación no tiene nada que ver con mi decisión, y si publico esta nota es porque también respeta la libertad de expresión. En cuanto al detalle de “la puesta en escena orquestada”, nadie tema. Lo será. Ahora, tomada ya mi decisión y encendida la impresora, una mínima reflexión: ¿A la altura de qué bota quedan ahora la Audiencia Nacional, el Tribunal Constitucional y, en general, la Justicia española? ¿Quién nos ampara en nuestro propio país? __________ Fuente: La marea |