Rebelión en el Rif PDF Imprimir E-mail
Imperio - Sahara Occidental / Marruecos
Escrito por Willy Meyer e Iñigo Martínez   
Domingo, 29 de Octubre de 2017 00:00

Lo que realmente teme el régimen feudal de Marruecos es que la rebelión del Rif pueda suponer un cuestionamiento de los pilares mismos de la monarquía al evidenciarse la marginación y pobreza del pueblo rifeño.

El rey marroquí es el primer banquero, asegurador, exportador y agricultor de su país, en el que más de 5 millones de habitantes viven con poco más de 1 euro al día».

El Rif, la región mediterránea del norte de Marruecos, que abarca desde la región de Yebala hasta Nador en la frontera con Argelia, conocida por su historia heroica de luchas contra el colonialismo español y francés y posteriormente por su disputa permanente con los gobiernos de Marruecos en relación a las condiciones de vida de sus habitantes, vuelve a rebelarse de forma masiva sufriendo una durísima represión por parte del Gobierno marroquí.

La chispa que desató la rebelión fue la muerte de un vendedor de pescado, Mouhcine Fikri, triturado en un camión de basura cuando quería impedir que le confiscaran la mercancía. Un parado de Alhucemas, Nasser Zafzafi, se convirtió en el líder de la rebelión, que exigía reivindicaciones sociales, económicas y culturales, para acabar con la marginación, discriminación y vulneración sistemática de los derechos humanos, como que la mujer rifeña crezca y viva en igualdad de género, acabar con la masificación de las aulas y para abolir el decreto de 1958 por el que se considera Alhucemas zona militarizada.

Desde el mes de marzo, decenas de miles de manifestantes (la mayoría jóvenes parados), muchos de ellos del «Movimiento 20 de Febrero» (aparecido en febrero de 2011 para acabar con el régimen marroquí y que se moviliza desde hace un año en todo Marruecos), ocuparon en manifestaciones pacíficas las calles de las ciudades de Ait Bouayach, Imzouren o Alhucemas, en una verdadera rebelión popular en defensa del empleo, contra la carestía de la vida y contra las abultadas facturas de la luz eléctrica. Aparecía así «Hirak chaabi» o Movimiento Popular, como expresión social de la indignación del pueblo rifeño.

La rotundidad de la rebelión y que ésta recuperara la figura de Abdelkrim como símbolo de la lucha del pueblo rifeño contra el colonialismo español (declaró la República del Rif durante la guerra contra la ocupación española entre 1921 y 1926), puso en marcha la maquinaria represora del régimen feudal de Mohamed VI. Utilizó a los imanes de las mezquitas para desprestigiar al movimiento de protestas, desplegó una enorme presencia policial, procedió a detener a los activistas y declaró a Nasser en busca y captura. La amplitud de la protesta llegó a acallar también a los clérigos que, en una actitud de sumisión al régimen, acusaba a los activistas desde los púlpitos de ser un movimiento al servicio de intereses extranjeros. Nasser salía al paso de esa acusación: «Si seguimos el razonamiento del Makjzén (el poder del Palacio Real) que nos acusa de recibir fondos del extranjero, todos los rifeños deberían estar entre rejas. El Rif sobrevive gracias a las transferencias de dinero de los emigrantes».

El propio Nasser interrumpió al imán de la mezquita de su barrio cuando les acusaba de crear un cisma en Marruecos. Tras pasar varios días en busca y captura, finalmente Nasser era detenido a finales de mayo junto a centenares de activistas en un intento del régimen de apagar la rebelión rifeña, de liquidar al movimiento popular.

Lejos de acallar la rebelión, se multiplican los actos para exigir la libertad de los detenidos y el fin de la militarización de Alhucemas.

Lo que realmente teme el régimen feudal de Marruecos es que la rebelión del Rif pueda suponer un cuestionamiento de los pilares mismos de la monarquía al evidenciarse la marginación y pobreza del pueblo rifeño en contraste con las cifras escandalosas que rodean a Mohamed VI, rey de Marruecos. En 2009 el rey de Marruecos hizo una sorprendente aparición en el séptimo puesto de los patrimonios de las monarquías, con una fortuna evaluada en 2.500 millones de dólares. El sueldo de Mohamed VI duplica al del presidente de EEUU pese a que el país ocupa el puesto 126º del desarrollo humano. La monarquía marroquí cuesta al presupuesto del Estado 60 veces más que la presidencia de la República Francesa. En uno de los informes sobre desarrollo humano elaborado por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo, Marruecos está en el puesto 126º (sobre 177 estados). El índice de pobreza del país alcanza el 18,1%. Peor aún, más de cinco millones de marroquíes viven con 10 dírhams al día, es decir, un poco menos de un euro, y el sueldo mínimo legal no rebasa los 55 dírhams (5 euros) al día. El rey es, desde hace algún tiempo, el primer banquero, asegurador, exportador y agricultor de su país. Controla también el sector agroalimentario, la gran distribución comercial y la energía.

El «Hirak chaabi» o movimiento popular ha conseguido devolver, de forma pacífica, la esperanza al pueblo rifeño en su afán por terminar con la explotación y abandono del Palacio Real. El carácter universal y laico de sus reivindicaciones a buen seguro que levantará una ola de simpatía entre las personas trabajadoras en toda Europa y en el mundo, como las que levantó en 1909 en España, cuando los trabajadores de Barcelona impidieron el embarque de los soldados para aplastar la justa rebelión rifeña contra la explotación colonial de sus recursos por la Compañía Española de Minas del Rif controlada por el conde de Romanones.

Y será una obligación de toda la izquierda exigir la pronta liberación de todos los detenidos y la satisfacción de todas sus reivindicaciones.

 

En la imagen superior, Nasser Zefzafi, lider de la revuelta rjfeña

 

Willy Meyer e Iñigo Martínez son responsables de Internacional y de Solidaridad Internacional de Izquierda Unida
 
 
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Fuente: Gara