El 15 de junio es una fecha histórica pata la monarquía del 18 de julio: llegó a Madrid Anders Rasmussen, secretario general de la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN), y fue recibido marcialmente por el presidente del Gobierno repudiado en las recientes elecciones municipales, el compañero Rodríguez, secretario generalísimo del partido Pseudo Socialista Obrero Español (PSOE). 

   Al mismo tiempo, una decena de congresistas gringos presentaba en Washington una demanda contra el emperador Obama I y su secretario de Defensa, Robert Gates. El motivo es no haber solicitado la pertinente autorización del Congreso para organizar operaciones militares contra Libia, por lo que aducen que esa guerra es anticonstitucional, y reprochan al presidente haberla iniciado.

   Uno de los demandantes, el congresista republicano Tim Johnson, manifestó a los informadores que "esta guerra es clara y absolutamente ilegal", y su colega Walter Jones se preguntó: "¿Qué diablos hacemos nosotros en Libia?" Es muy raro que lo ignore: servir los intereses de las compañías petrolíferas, porque el petróleo libio es de excelente calidad. Por eso la OTAN no interviene en los conflictos de otros países vecinos que carecen del llamado oro negro, por mucha sangre derramada en ellos.

La OTAN en el Senado

   El terrorista número 1 del mundo, Rasmussen, ha venido a Madrid para participar en el Seminario OTAN y Mediterráneo, inaugurado el día 16 en el Senado, con asistencia de la generalísima Chacón, conocida como La Niña de la OTAN. Pero en realidad lo que quiere es que el Gobierno repudiado del PSOE se implique más todavía en la Organización Terrorista. El reino de España hace el número siete entre los máximos contribuyentes al presupuesto de la Organización, mientras hay cinco millones de parados pidiendo limosna por las calles.

   La OTAN pasa apuros económicos, según su secretario general, por culpa de los gobiernos europeos. En declaraciones al diario londinense The Guardian dijo el día 13 que "si los europeos no se rascan el bolsillo", la disparidad de los gastos en comparación con la aportación gringa "dará lugar a una Alianza de dos niveles".

   Explicó que los Estados Unidos contribuyen con el 75 por ciento del presupuesto de la Organización. Y añadió que el Ejército gringo aporta unos equipos militares muy perfeccionados, de los que no disponen los europeos. Por eso anunció que "podría hacerse difícil la cooperación, pese a la voluntad política de mantenerla".

Un gasto intolerable

   Pese a ello, el dirigente de esta organización terrorista al servicio del imperialismo gringo aseguró: "La OTAN está dispuesta a continuar todo el tiempo que haga falta, hasta completar su misión en Libia." Esa misión consiste en bombardear a la población civil, con lo que se obliga a quienes pueden hacerlo a intentar exiliarse en países vecinos, especialmente Italia, lo que crea otro problema a la Unión Europea.

Sin embargo, el anuncio de que la cruzada contra Libia va a durar mucho tiempo alarmó a los países europeos, excepto al Gobierno español. Noruega comunicó el día 10 que retira sus aviones. Otros países estudian imitar su ejemplo, por el alto coste económico que supone mantener a las tropas militares en un país extranjero.

   Según los cálculos de Amadeo Martínez Inglés, coronel de Estado Mayor, el mantenimiento de las fuerzas (más bien anoréxicas) armadas (poco y mal) españolas (compuestas por inmigrantes) en misiones al servicio de la Organización Terrorista nos cuesta cuatro millones y medio de euros diarios. En un reino con cinco millones de parados, y con advertencias de los analistas económicos sobre que la situación económica va a empeorar, ese derroche es un disparate. Pero como el partido alternante en el poder, el presuntamente Popular, anunciado ya como relevo inmediato del actual, es belicista y partidario de la integración del reino en la Organización Terrorista, la situación no cambiará. Qué falta hace un partido de izquierdas para oponerse a esos dos ultraderechistas.

Al Imperio le conviene mantener la guerra en Libia ilimitadamente, porque es el principal proveedor de armas y municiones a los ejércitos europeos. Por eso Robert Gates no deja de inventar conflictos bélicos, en los que mueren muchos soldados afroamericanos o iberoamericanos enrolados en el Ejército gringo. Más que el señor de la guerra es el comerciante de la guerra. La cruzada es un negocio imperial.

El papel del reino de España

   Mientras se rascan o no el bolsillo los gobiernos europeos, dóciles ante los deseos del emperador, pero inquietos ante el desastre de su economía, Rasmussen ha decidido reorganizar la Organización Terrorista. Entre los cuarteles eliminados está el Mando Terrestre de Retamares (Madrid), a pesar de los intentos de La Niña de la OTAN por mantenerlo. Al no ser posible, pretende que se instale en Torrejón de Ardoz (Madrid) un Centro de Operaciones Aéreas. La propuesta parece haber disgustado a los altos mandos militares del reino, porque aducen que ya existe ese Centro, en el que habrá que invertir treinta millones de euros para renovarlo. Es seguro que el compañero Rodríguez habrá dicho que sí a todas las propuestas de Rasmussen, para tener contento a su emperador.

   En la mañana del 16 de junio quedó inaugurado el Seminario OTAN y Mediterráneo. En su discurso Rasmussen advirtió: "Hay que mantener la presión militar para crear el terreno necesario para una solución pacífica en Libia." La solución pacífica consiste en bombardear a los civiles, matando a unos, incluidos niños, y empujando a otros al exilio. Pues le aplaudieron sumisamente.

   Por supuesto, agradeció a la generalísima Chacón que haya pedido al Congreso de los Diputados "una prórroga indefinida de la participación española en la misión de la OTAN en Libia". La misión de contribuir al genocidio del pueblo libio.

   ¿Dónde estaban los indignados del Movimiento 15 de Mayo, que no se manifestaron ante las puertas del Senado contra la presencia en Madrid del terrorista número 1 del mundo? ¿Por qué no protestan contra el derroche de servir al imperialismo, cuando ellos carecen de trabajo y de perspectivas de encontrarlo? ¿Cómo no se les ocurre renovar el eslogan que lanzaban los compañeros Felipe González, el hermano de Juan Guerra, Javier Solana, y el resto de los que decían ser socialistas en los años setenta? Ese eslogan era "OTAN no, bases fuera", y lo olvidaron al tomar el poder, así como el compañero Rodríguez olvidó au desplante a la bandera gringa en un desfile de la Victoria. Y los vasallos, a recibir palos de la Policía monárquica, y a rascarnos el bolsillo para sostener unas guerras coloniales.