Lo habrán notado, si es un terrorista y Obama le dice que tenga cuidado con manchar es que es un nazi-sionista. No solo le dice que no manche, sino que le como debe matar para que no manche. Pero el sionista como sabe interpretar las palabras de Obama, capta su mensaje, sigue con sus asesinatos con un plus, mancha mucho más. Si bombardeaba viviendas hospitales y colegios, después ha añadido a su lista geriátricos, centros de asistencia hospitalaria, almacenes de alimentos, la organización de las Naciones Unidas, … el asesino sionista sigue el mensaje subliminal de Obama: no te pares, tienes que manchar los ojos del mundo, que el mundo pierda de vista los Derechos Humanos.

Lo único que el mundo ve es que no hace nada por parar a su asesino. La mejor prueba. Además de darle las armas también le presta sus propios asesinos: ya ha muerto algún estadounidense del ejército entre los asaltantes de Gaza. Es tanta la imbricación entre gobierno de EEUU y el terrorista nazi-sionista que su alianza ha materializado la fórmula que el gobierno inglés, después de la 2ª guerra mundial, había empezado a poner en práctica: la entrega de territorio palestino a las organizaciones sionistas.

Obama y el terrorismo nazi-sionista vienen dando la esencia de su carácter en Palestina, esencia terrorista que comercializan en organismos internacionales, gobiernos y mercados de consumo. Ese disparo, esa bomba, ese acto terrorista ha atravesado el cuerpo de la Carta de Derechos Humanos, la ONU, el Derecho Internacional, los Tribunales Internacionales, … ; Gaza, bombardeada en su conjunto, sin víveres, ni agua, ni luz, ni medicinas, sin medios de vida, con los muertos en brazos, aún saca fuerzas para alzar su voz al mundo, que parece sordo al terrorismo nazi-sionista, y nos pide que recuperemos la sensibilidad auditiva, que recuperemos la vista, que recuperemos la palabra y la acción política humanitaria y nos volvamos contra quienes derrumban día a día los Derechos con los que nos debemos proteger todos los pueblos y cada persona.

Con su acción destructiva de los Derechos los sionistas se han dado un territorio sin límite, no declaran en su legislación dónde empieza y donde termina Israel; disponen de una bandera creada por los sionistas que ya aspiraban en 1891 a ocupar la tierra de Palestina, bandera en la que tan solo se representan a ellos mismos, con lo que no reconocen a los habitantes naturales de Palestina; y se han puesto un nombre mesiánico, como marca optima para justificar el terror sobre el pueblo palestino: Israel.

Los terroristas se ponen como subtitulo: “el pueblo elegido”. Si no fuera por los crímenes de Lesa Humanidad que cometen se diría que suena a burla o a película de Holliwood. Hay que ser soberbio. ¿El pueblo elegido por quién?: hace solo unos días en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se votó una resolución contra la violencia de Israel en Gaza. Nadie más que el gobierno de EEUU con Obama a la cabeza eligió la violencia de Israel contra el pueblo de Gaza, fue el único que votó a su favor. Las abstenciones correspondieron a los gobiernos europeos. Los representantes de los demás gobiernos del mundo, quienes son el mundo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, votaron contra de Israel. Los asesinos no se inmutan cuando se les denuncia como asesinos.

El gobierno de EEUU, en tanto en cuanto se mira en el sionista, indica el sentido de sus palabras aplaudiendo públicamente el terrorismo: antes le ha dado las armas, como los gobiernos al servicio de EEUU, español, inglés, francés, … ahora el gobierno de Obama le da su voto en la ONU. Hay mucha crueldad en ese gobierno, en todos y cada uno de sus miembros: El personal médico de Gaza acaba de gritarnos que los terroristas sionistas han asesinado, desde el día 8 de julio, que comenzaron el asalto a la población, hasta 29 de julio, a más de 1.200 personas, y han sobrepasado la cifra de los 6.000 los heridos.

Quienes deseamos hacer valer los Derechos Humanos, tenemos que recordar las palabras de Bertolt Brecht: “Primero fueron a por los …, ahora vienen a por nosotros.”

Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, lo encuentras en Libros libres, de rebelion.org; y es autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.