¿Para qué sirve la Corte Penal Internacional? Para encubrir crímenes imperialistas. PDF Imprimir E-mail
Imperio - Desinformación y Propaganda
Escrito por Diana Johnstone / Tlaxcala   
Miércoles, 22 de Junio de 2011 04:08

El 16 de mayo pasado, Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, solicitó oficialmente una orden de detención contra el líder libio Muammar al-Gadafi por "crímenes contra la humanidad". También acusó al hijo del líder, Seif al-Islam Gadafi, y al jefe de los servicios de inteligencia libios, Abdullah Senussi.

El jurista estadounidense David Scheffer dijo a la agencia France Presse: "Sin duda la OTAN agradecerá la investigación y el enjuiciamiento por la CPI de los máximos líderes libios, incluido Gadafi".

Así es; y nadie está en mejor posición que David Scheffer para saber lo que aprecia la OTAN.
 
El día anterior, Trípoli había hecho otro ofrecimiento de tregua, pidiendo poner fin a los bombardeos de la OTAN y comenzar negociaciones de paz con los rebeldes armados establecidos en Bengasi.La respuesta de la OTAN fue la acusación de la CPI. Cuando la OTAN bombardea a un país para derrocar a un líder, el líder atacado debe ser tratado como un delincuente común.Su lugar no puede estar en la mesa de negociaciones, sino tras las rejas. Una acusación internacional cómodamente transforma la agresión militar de la OTAN en una acción policial para detener a "un criminal de guerra procesado", una expresión que desecha la presunción de que todo inculpado es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad.
La historia de siempre 

El 24 de marzo de 1999, la OTAN comenzó a bombardear Yugoslavia para apoyar a los rebeldes armados albaneses en Kosovo. Dos meses más tarde, a mediados de mayo, mientras se intensificaba el bombardeo contra la infraestructura serbia, el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) en La Haya, Louise Arbour, presentó una acusación contra el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic por crímenes contra la humanidad.Todos menos uno de los supuestos "crímenes contra la humanidad" tuvieron lugar en Kosovo durante el caos causado precisamente por los bombardeos de la OTAN.
 
El 31 de marzo de 2011, la OTAN comenzó a bombardear Libia, y esta vez la Corte Penal Internacional fue aún más rápida.Y los cargos fueron incluso menos sustanciales. Ocampo dijo que había pruebas de que Gadafi había ordenado personalmente los ataques contra "civiles libios inocentes".
 
En Libia, igual que en la guerra de Kosovo, las acusaciones las hacen los rebeldes armados apoyados por la OTAN, sin ningún vestigio perceptible de investigación neutral e independiente.
 
En la primavera de 1999, David Scheffer, quien entonces era Embajador Itinerante para Crímenes de Guerra de Madeleine Albright, la Secretaria de Estado de Estados Unidos, visitó a Louise Arbour y le entregó informes de la OTAN en los que podía basar sus acusaciones.En efecto, Scheffer había ayudado antes a establecer el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) según instrucciones de la Sra. Albright.
 
Las acusaciones de mayo de 1999 cumplieron su propósito principal inmediato: bloquear las negociaciones y justificar el continuo bombardeo de la OTAN.Como lo dijo Madeleine Albright: "No estamos negociando con Milosevic... Las acusaciones, creo, aclaran la situación porque realmente demuestran que estamos haciendo lo correcto en términos de responder al tipo de crímenes contra la humanidad que ha cometido Milosevic". (Véase Michael Mandel, How America Gets Away With Murder (Cómo Estados Unidos se sale con la suya con sus asesinatos), PlutoPress, 2004, pp.141-145.)
 
En resumen, en ambos casos un "tribunal penal internacional" interviene en medio de un bombardeo de la OTAN para acusar al líder del país bombardeado por  crímenes contra la humanidad, basándose en evidencias endebles proporcionadas por la OTAN o por los rebeldes a su servicio.
 
De esta manera, la Corte Penal Internacional resulta ser una continuación del TPIY, es decir, no un instrumento de la justicia internacional, sino el brazo judicial de la intervención de las potencias occidentales en países más débiles.
 
Puede decirse que la función de la CPI es encubrir los crímenes imperialistas.
 
Sin duda no se merece su título oficial, ya que ignora deliberadamente verdaderos crímenes internacionales, como las agresiones de Estados Unidos y la OTAN o las masacres de civiles que causan.Por el contrario, de los presuntos delitos que hasta ahora se ha comprometido a procesar, todos han sido resultado de conflictos internos que han tenido lugar en países del continente africano.En resumen, hasta ahora la CPI actúa principalmente como medio para ejercer presión política o justificar acciones militares contra gobiernos débiles que las potencias occidentales quieren reemplazar con líderes de su elección.
 
En cuanto a la acusación contra Gadafi, Scheffer, citado por AFP, dice que la medida podría incrementar la presión sobre Gadafi para que considere buscar refugio en un país que no reconozca la jurisdicción de la CPI.Este es un comentario sin sentido, ya que la propia Libia no ha reconocido la jurisdicción de la CPI, como tampoco lo ha hecho Sudán, lo que no ha impedido que la CPI persiga a su presidente, Omar Al Bashir, a pesar de que se supone que la CPI se aplica sólo a los países que han reconocido su jurisdicción.Sin embargo, se ha demostrado que el no reconocimiento de la jurisdicción de la CPI no es ninguna protección para los países débiles.
 
Así como la OTAN y la CPI seguirán persiguiendo a Gadafi con el pretexto de que está "matando a su propio pueblo", en Afganistán las fuerzas armadas de la OTAN continúan matando a personas que no son su pueblo con total impunidad.
 
La CPI se ha convertido en uno de los ejemplos más flagrantes de doble rasero. Estados Unidos manipula a la CPI sin reconocer su competencia, y al protegerse aún más mediante acuerdos bilaterales con numerosos países que garantizan inmunidad para ciudadanos de Estados Unidos, así como por leyes del Congreso de Estados Unidos para proteger a los ciudadanos de este país de la Corte Penal Internacional.
 
Otros países de la OTAN han reconocido la jurisdicción de la CPI, pero no hay ninguna señal de que alguna vez tendrán que preocuparse por ese tribunal internacional.
 
El domingo pasado, dos notables abogados franceses inconformistas, Jacques Vergès y el ex ministro de relaciones exteriores Roland Dumas, anunciaron su intención de presentar una acusación contra el presidente Nicolás Sarkozy por "crímenes contra la humanidad" en Libia.En una conferencia de prensa en Trípoli, Dumas lamentó que la misión de la OTAN para proteger a los civiles los estaba matando, y dijo que estaba dispuesto a defender Gadafi en la Corte Penal Internacional. Mientras tanto, los dos abogados pretenden representar a las familias de las víctimas de los bombardeos de la OTAN en un litigio contra Sarkozy en los tribunales franceses."Vamos a romper el muro de silencio", anunció Vergès.
 
Hay más pruebas sólidas de las víctimas civiles de los bombardeos de la OTAN, incluidos los tres nietecitos de Muammar Gadafi, que de los "crímenes contra la humanidad" atribuidos por Ocampo al líder libio. Pero el público francés ha sido hipnotizado por la propaganda que retrata Gadafi como un ogro sanguinario cuyo único deseo es "matar a su propio pueblo", y ya que la mayoría de la gente en Occidente no sabe absolutamente nada sobre Libia, todo vale.
 
El lunes, mientras Francia y Gran Bretaña se preparaban para enviar helicópteros de combate para apoyar a los rebeldes armados y dar caza a Gadafi, el Secretario General de OTAN, Anders Fogh Rasmussen, anunció que el "reino de terror de Gadafi está llegando a su fin". El verdadero "reino del terror" es la lluvia de bombas de la OTAN que cae sobre la indefensa Trípoli, con la clara intención de aterrorizar a su población para que se rinda a los rebeldes respaldados por la OTAN. Y no hay ninguna señal de que alguna vez llegue a su fin.

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Fuente: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=5149

Traducido por  Manuel Cedeño Berrueta