Amigos, conciudadanos españoles:

España se encuentra en estos momentos al borde de la autodestrucción pura y dura. Como nunca lo estuvo a lo largo de su ya dilatada historia.

Arruinada, desprestigiada, despreciada, envilecida, socialmente deprimida, sin rumbo fijo, en el ojo del huracán de una crisis que amenaza su propia supervivencia como Estado moderno, desarrollado, demócrata y europeo y a punto de padecer una explosión política interna que acabará sin duda con su existencia, se debate a día de hoy, dentro de un régimen caduco y corrupto que no sabe o no puede sacarla del atolladero, entre la obsoleta monarquía de raíces franquistas que todavía ocupa la Jefatura del Estado representada por un rey indigno y corrupto.

El Gobierno mantiene que enarbolar la bandera constitucional de la república española puede incitar a la violencia, algo tan inaudito lo defienden a capa y espada, se permiten la osadía de decir que ondear una bandera que representa la libertad es un acto de provocación contra los aficionados españoles, ¿? Es conocido lo ocurrido a un aficionado de balonmano al cual se acabó abriendo expediente de sanción en virtud de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, sin embargo retratarse un ministro con la portada por elementos de extrema derecha con aguilucho incluido es algo sin importancia, está claro quiénes son los intolerantes y los provocadores. La bandera constitucional de la República Española molesta y mucho al régimen monárquico.