La financiación autonómica no es solo un problema técnico sino que constituye una pieza política que debe ser coherente con el contexto en el que se inserta. Por ello, muchas de sus contradicciones están provocadas por la propia configuración de la actual estructura territorial del Estado.
España no es un Estado federal. El sistema de las Comunidades Autónomas carece de articulación con el Estado central que goza de una “autonomía” incompatible con un modelo federal. Por ejemplo, la Agencia Estatal Tributaria (AET) funciona como un organismo típico de un Estado centralista, sin participación alguna de las CC.AA.