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Presente y futuro del republicanismo |
III República - III República |
Escrito por José Luis Pitarch |
Sábado, 14 de Febrero de 2015 00:00 |
IV Febrero republicano. Sevilla, 11 Febrero 2015 Introducción:
I
Consentir, decimos, con lo injusto e inmerecido. Transigir con un enorme trágala, la monarquía impuesta por el caudillo fascista-militarista Franco, verdugo de la II República, y transigir con un Rey (y con su descendencia) nombrado a dedazo por dicho dictador y entronizado el 22 de noviembre de 1.975 por unas Cortes espurias antidemocráticas. Transigir, en fin, o tragar que en las Instituciones siguieran con cargo y mando una legión de destacados franquistas. O tragábamos/transigíamos con todo ello, o no habría Democracia. Éste fue el pacto forzado entre franquistas y demócratas. Lo dejó muy claro con sus palabras en aquel Acto del 22-11-75 , para que no cupieran dudas, el Presidente de aquellas Cortes fascistas, Rodríguez de Valcárcel, gritando: "Desde el recuerdo a Franco, ¡viva el Rey!". Previamente, el monarca de estreno había pronunciado: "Juro por Dios, y sobre los santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los Principios que informan el Movimiento Nacional"; o sea, a las Leyes y Principios fascistas. Ésa, la franquista, es, pues, la fuente de corrompida "legitimidad" que trajo a España de nuevo, ¡por cuarta vez, uf!, a los Borbones: el primero fue Felipe V, tras tres lustros de guerra civil entre Castilla y Aragón. La segunda vez, después del reinado de José Bonaparte, llegó el infame Fernando VII, asesino de Riego entre otras lindezas. Por tercera, y tras la I República, Alfonso XII, hijo de Isabel II, la destronada en la "Gloriosa" Revolución Septembrina del 68. Y a la cuarta vez Juan Carlos I, por obra y gracia del citado dedazo del césar marroquí militar-fascista. Cumple añadir que los Borbones conocen que por quinta vez no vuelven. Uno tiene la impresión de que Juan Carlos lo sabe perfectamente. Quizá por eso ha tenido buen cuidado de amasar millones.
II Permítanme ahora una frase algo rimbombante: "República es una cuestión de Democracia"; o, si prefieren, "de Dignidad Democrática". En otros términos: "El fin natural de una sociedad democrática es la República". Esto, a nivel mundial. En España, además, dada su Historia, República equivale a Regeneración o, si se quiere, a "Contrato de Ciudadanía y Regeneración", a "Rescatar siglos". Porque República se identifica con la esperanza de un país mejor y más justo, con mayores niveles de Dignidad Humana, personal y colectiva. Y, como señala Julio Anguita, la Dignidad Humana cabe resumirla en tres expresiones: Derechos Humanos, Democracia y República. Siendo el republicanismo la síntesis de todos los "yo". Veamos otra perspectiva o dimensión: en su conjunto, los conceptos a que nos estamos refiriendo, materiales e ideológicos, componen, plasman lo que podríamos llamar una "Cultura Republicana". Es decir, si definimos la Cultura como un Sistema de Referencias, Cultura Republicana significará ese conjunto de conceptos y objetivos que venimos reseñando, en que se ligan Pensamiento y Acción; a los que cabe añadir Lucha Ideológica y Comunicativa, Tradición Igualitaria, Liberación de Prejuicios Religiosos. Ése es el futuro al que apuntamos y por el que luchamos y lucharemos.
III
En España hemos tenido una "reconciliación del embudo", con numerosos políticos del franquismo, como ya hemos dicho, continuando en política activa en puestos de relieve y mando. Y con infinidad de calles rotuladas, y no sólo calles, con nombres de preclaros gerifaltes de la dictadura. Pero no busquen una calle en Valencia a nombre del preclaro valenciano y hombre de honor, sobresaliente militar y patriota, llamado Vicente Rojo Lluch, Jefe destacado del Ejército de la República. Sí encontrarán, verbigracia, un colegio público en Castellón con el nombre del "cuñadísimo" de Franco, Serrano Suñer.
IV
Y esta Devolución o Restitución vendrá por más que el PP luche contra ello. Ya ven a un alto cargo como Rafael Hernando, portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, profiriendo muestras de ignorancia supina y salvajismo verbal como decir que la República fue responsable de un millón de muertos en la guerra civil. ¡Cómo enseña la patita tardofranquista, o fascistilla a secas! ¡Ay PP que mantienes a ultranza, donde gobiernas, los símbolos y rótulos franquistas! ¡Como si no supiéramos que te cambiarás de chaqueta y admitirás la República cuando pienses que te conviene! ¡Y qué país el nuestro tan "different"!: Franco es un fascista en todos los libros de Historia de Europa.... menos aquí. Toca ir terminando. Por lo que trataremos de resumir y completar, algo telegráficamente, algunos puntos. República en vez de Monarquía es una cuestión de Democracia, decíamos antes. Porque, también, reclamamos el derecho a evaluar periódicamente al cargo más importante del Estado, y a cambiarlo cuando la sociedad española lo crea necesario. Pues la Jefatura del Estado ha de subordinarse a la voluntad popular democráticamente expresada. ¿Y hay mayor incoherencia que la de que el Pueblo pueda elegir, directa o indirectamente, a todos los cargos públicos menos al más alto de todos? En una perspectiva confluyente, cabe añadir que la monarquía hereditaria transgrede el fundamental Principio de Igualdad ante la Ley instituyendo un cargo al que no puede acceder todo ciudadano.
V
En el año 2.015, cuarenta después de la muerte física del dictador sangriento, queremos lo mismo que hubo en Italia y Alemania tras sus dictaduras fascistas. No aceptamos, por dignidad y coherencia democrática, un pacto entre demócratas y fascistas ni, por tanto, una Constitución hija de ese pacto. No aceptamos la monarquía del trágala, un rey por dedazo de aquel dictador. El referente más democrático y progresista en toda la Historia de España fue la II República, que sigue encarnando la legitimidad política y moral. Consecuentemente, creemos que la única salida plenamente democrática y jurídica es un Referéndum República/Monarquía. España está y estará en interinidad mientras no se dé este Referéndum. Y, para cerrar, gritamos, con el gran Pedro Garfias: "Por lo noble, por la paz, por la justicia, por la libre República del pueblo, ¡peleamos, peleamos!".
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