Oviedo: Las Marchas de la Dignidad concentran a miles de personas contra los Premios Príncipe de Asturias PDF Imprimir E-mail
III República - III República
Escrito por o Poder / Público   
Sábado, 25 de Octubre de 2014 05:24

Cuartopoder. Miles de personas convocadas por las Marchas de la Dignidad 22M –más de 6.000, según los organizadores– se han concentrado esta tarde en la Plaza de la Escandalera y el Paseo de los Álamos de la capital ovetense para protestar contra los Premios Príncipe de Asturias y señalar a los responsables de la crisis, desde la Monarquía a los políticos corruptos pasando por los banqueros que, según una nota hecha pública por los organizadores. “están provocando una situación de emergencia social”.

 

Los manifestantes, que han llegado hasta Oviedo desde distintas localidades de la comunidad asturiana, la mayoría de ellos a pie, en varias columnas, se han encontrado con un espectacular despliegue policial que les ha impedido ocupar toda la plaza. Pese a ello, los concentrados se han dejado notar a la llegada de los reyes y de los invitado al acto, a quienes han abucheado insistentemente. Antes de la ceremonia, el joven Pablo Trabadelo, ha entregado a los monarcas una chapa con el lema 22-M. Ponte en Marcha, durante la audiencia que estos han ofrecido a los estudiantes galardonados con los Premios Fin de Carrera 2013 a los mejores expedientes académicos de la Universidad de Oviedo.

 

Información en Público

 

La manifestación no consiguió hacerse oír porque la ocultaron los tiros de cámara de las televisiones y la silenciaron los sones de los grupos folclóricos, puestos todo a lo largo del recorrido para que los gritos republicanos no aguaran la fiesta de los reyes. Pero en ella participaron miles de personas.

 

En la capital asturiana se sumaron veteranos militantes de izquierda, jóvenes cercanos al 15M y desplazados por las Marchas de la Dignidad para poner negro sobre blanco ante el Borbón reinante muchos de los problemas de la gente de a pie de su país.

 

"Puxarra", gritaba la gente al paso de los coches oficiales, con una palabra asturiana difícil de traducir, pero que significa residuo en el sentido más peyorativo. Al tiempo, el Oviedo más conservador se mostraba ofendido con los gritos de la izquierda, lo que no es mal viraje para una ciudad orgullosa de su pasado franquista que se ha convertido en símbolo de la monarquía menos ñoña de Europa.