Derechos humanos para el pueblo español PDF Imprimir E-mail
Derechos y Libertades - Derechos Humanos
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Domingo, 17 de Abril de 2011 05:29

      A los vasallos del reino de España nos alegró mucho que el jefe del Gobierno supuestamente Socialista, el compañero Rodríguez, se marchase a China. Lo malo es que no ha sido para quedarse allí, y vuelve a ver si termina de hundir lo poco que ha dejado en pie del reino con su política esclava del capitalismo.


   Ha tenido dos intervenciones estelares, de las que no podemos sorprendernos los vasallos del reino, acostumbrados a sus salidas de tono habituales, pero son causa de cachondeo internacional. Una es pregonar que la China Investment Corporation iba a invertir 9.300 millones de euros en las desahuciadas cajas de Ahorros españolas. Hubo que desmentir la falsa noticia inmediatamente. Es que todo lo que toca este hombre se convierte en un desastre. Empezando por el reino.

   El otro disparate ha consistido en decir a sus anfitriones chinos que los gobiernos asiáticos deben respetar los derechos humanos. Estupendo, pero que empiece por hacerlos cumplir en el reino que presuntamente gobierna. Porque aquí se prohíben los partidos políticos que disgustan a los dos partidos alternantes en el poder, el suyo, supuestamente Socialista, y el descaradamente denominado Popular, dado que ambos comparten la ideología derechista extrema.

   Un ejemplo ocurrido mientras decía sus extravagancias en China: la Sala 61 del Tribunal Supremo acordó por unanimidad impedir la legalización del partido Sortu, aunque sus estatutos se ajustan perfectamente a los requisitos exigidos por la Ley Orgánica de Partidos Políticos acordada por los dos citados. El único requisito válido es la aprobación de los dos partidos mayoritarios. Los demás carecen de derechos.

   Al mismo tiempo se reunían en Madrid el ministro del Interior, el apodado Ratón Pérez por sus compañeros, y un miembro del partido presentado como oposición, Federicotrillofigueroaymartinezconde (los miembros de la secta Opus Dei escriben sus nombres juntos, para imitar a su inculto y embrutecido fundador). El motivo era convenir todos los argumentos comunes para impugnar las candidaturas presentadas a las inminentes elecciones por la coalición Bildu. En el reino de España los vasallos carecemos de derechos para unirnos libremente en agrupaciones o partidos políticos.
  Lo que sí hay en el reino es presos políticos. El más conocido es el nacionalista vasco Arnaldo Otegi, en prisión pese a que el Tribunal Europeo de los Derechos del Hombre, con sede en Estrasburgo, sentenció a su favor y contra la presunta Justicia española el pasado 15 de marzo. La extrema derecha nacional reclama para él la pena de muerte. Si en el reino se respetasen los derechos humanos Otegi estaría libre, y sus acusadores encarcelados.

   Mientras el compañero Rodríguez hacía el ridículo en China, salió de la cárcel Anton Troitiño, después de pasar 24 años en ella. Pues la extrema derecha piensa que es una condena escasa para un nacionalista vasco que no se siente español, y ha armado tanto escándalo que la Audiencia Nacional va a examinar su caso para que vuelva a la cárcel. Cosas de la llamada Justicia española, sometida a la opinión de los extremistas de derechas. En este reino hay derechas, pero no derechos.

   También sucedió durante la jira asiática del compañero Rodríguez que la Asamblea Vecinal La Playa de Lavapiés solicitó la pertinente autorización gubernativa para celebrar una procesión atea por las calles de ese barrio madrileño, el día conocido por  jueves santo entre los catolicorromanos. Inmediatamente la extremísima derecha alzó sus gritos hasta los cielos, y exigió que no se autorizase, porque resultaría ofensiva para sus creencias. La presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de la villa, ambos miembros del partido supuestamente Popular, calificaron la petición de provocativa contra las creencias de los catolicorromanos, y presionaron sobre la delegada del Gobierno presuntamente Socialista, Dolores Carrión, para que la prohibiese. Por supuesto, la delegada se achantó y la prohibió, basándose en que ese barrio madrileño está lleno de iglesias y parroquias, para las que resultaría ofensivo el paso de los ateos. Además, un Juzgado ha abierto diligencias contra los que solicitaron la autorización. Aquí no tienen derechos más que los catolicorromanos.

   Toda la llamada semana santa se celebran procesiones catolicorromanas por las calles españolas de cualquier localidad. No sólo autorizadas, sino con la presencia del Ejército, la Legión, la Policía Nacional y Municipal, y en algunos lugares de las autoridades civiles si pertenecen a la secta. Los que no compartimos esas ideas retrógradas y ridículas tenemos que aguantarnos, sin sentirnos ni ofendidos ni provocados, porque los izquierdistas del reino carecemos de derechos para protestar contra el dominio de la Iglesia catolicorromana, aplaudido por el partido que se dice Popular y tolerado por el Gobierno que presume de Socialista.
   En la monarquía del 18 de julio instaurada por el dictadorísimo genocida, según él mismo la denominó, es delito criticar, hacer burla o faltar el respeto debido a las personas del rey y toda su familia. Cuando la revista satírica El Jueves osó publicar una caricatura de los príncipes, un juez ordenó secuestrar la edición y condenó a multas a los autores del desacato, aunque fue tan benévolo que no los encarceló. La llamada familia real posee todos los derechos, mientras los vasallos sólo tenemos el de pagar impuestos para su sostenimiento.

   Precisamente por carecer de medios para expresar nuestra opinión, a menudo se aprovechan las aglomeraciones para silbar a los reyes o quemar sus fotografías, una manera de plebiscitar lo que está prohibido decir por ningún medio. La policía detiene a quienes estima conveniente, y los jueces los condenan a penas de cárcel y multas, acusándolos de desacato hacia la llamada familia real, que así demuestra ser la más irreal de todas las familias españolas.

   Una muestra de la desinformación propiciada por los medios de comunicación gubernamentales: la locutora de Televisión Española que presentó el telediario de las nueve de la noche el 14 de abril, anunció que se había celebrado en Madrid una manifestación republicana organizada por el Partido Comunista de España. De esa manera se reducía su importancia, como convocatoria de un partido minoritario. La verdad es que la manifestación por la III República estaba organizada por la Coordinadora Republicana de Madrid, integrada por una cuarentena de partidos políticos y organizaciones diversas. Los vasallos del reino no tenemos derecho a una información veraz.

   Y el presidente del Gobierno dice en China que los gobiernos asiáticos deben respetar los derechos humanos. El español, no. Padecimos una dictadura durante 36 años como consecuencia de una sublevación militar, en la que estuvieron prohibidos todos los derechos humanos, y la monarquía continuadora del régimen no siente ningún interés por restaurarlos. Mientras gobiernen esos dos partidos derechistas.

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Arturo del Villar es Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio