Hay sonrisas que en ciertas bocas no son sonrisas son atentados a la dignidad de las personas de bien, son vómitos de rabia de mentes malignas, las que se alegran del mal ajeno, del dolor infinito de los pueblos, de la masacre, de que familias enteras en España no tengan dinero suficiente para llegar a fin de mes, de que en cuatro años más de 20.000 personas se hayan suicidado en el país de la Gürtel, la Púnica y las Tarjetas Blacks por no poder más, por no aguantar tantos desahucios, despidos, presiones mafiosas de la corrupta banca, del mafioso poder financiero.
Las risas de Rajoy y su amigo el periodista cortesano, Herrera, en la COPE, definen a la podrida marca España, al abismo inmenso al que nos han conducido desde los gobiernos del franquista régimen borbónico, el sistema de la corrupción política generalizada, de la represión, del hambre infantil, de la miseria, de las muertes masivas de personas dependientes por robarles las ayudas para pagar vicios de ladrones.
Detrás de esas risas asquerosas había un niño muerto, ahogado en el Mediterráneo tras las huída con su familia de la guerra en Siria, una guerra financiada por este tipo de personajes que ríen, por su partido, por el otro partido del régimen que pagó esa invasión, el presidente Zapatero, sus ministras Carme Chacón y Trinidad Jiménez, que mancharon sus manos de sangre inocente en Libia, que colaboraron con la estrategia siniestra del ex presidente Aznar, el siniestro miembro del trío de Las Azores que montó junto a sus fascistas amigos Bush y Blair, la invasión criminal de Irak, el genocidio del pueblo iraquí, actualmente con casi medio millón de personas asesinadas por la codicia de esta gentuza.
Se llamaba Aylan, murió ahogado junto a su madre Rihan, su hermanito de cinco años Galip, todos huyendo de esa maldita guerra que comenzó cuando mentes criminales de occidente decidieron intentar derrocar el gobierno sirio, quedarse con su recursos naturales como ya hicieron antes en Irak, Afganistán, Libia, masacrar a su pueblo, convertir un país en paz en un infierno cuya única salida para sus habitantes es escapar como sea, evitar ser capturados por ISIS, el ejército islámico organizado y financiado por los Estados Unidos y la Unión Europea.
Cada refugiado, cada refugiada, de Siria o Libia, saben que si se quedan y acaban en las manos de esta organización terrorista montada por occidente, supondría el degollamiento instantáneo de los hombres, la violación múltiple de la mujeres, el asesinato masivo.
¿De eso se ríen el ínclito Herrera, el patético presidente Rajoy?
¿Se ríen del sufrimiento, de la muerte de personas inocentes, víctimas de holocaustos financiados por occidente?
Ambos dan vergüenza, mucho asco, sus caras lo dicen todo, ojos, miradas sin compasión, sonrisas sin escrúpulos, los dos son conscientes de las personas que están muriendo en su España de toros y sangre, lo saben todo y se ríen, les importa una mierda el hambre de millones de niños/as, la gente que se quita la vida masivamente, las familias sin ingresos, las personas sin trabajo, sin esperanza, la juventud que abandona su patria para poder sobrevivir.
¿De eso se ríen, de la sangre inocente, de la vida truncada de un niño, del drama de millones de seres humanos en todo el planeta?
La basura tiene esta vez nombre propio, nos inundan de infortunio y tristeza, de hipocresía, de premeditados genocidios de lesa humanidad.
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Fuente: Viajando entre la tormenta |