Comentario de Vicenç Navarro a los hechos vergonzosos de la entrevista de Manel Fuentes en Catalunya Radio Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Vicenç Navarro en su blog   
Sábado, 10 de Septiembre de 2011 05:18

manel Fuentes y Vicenç NavarroEstos comentarios muestran claramente el problema que representa el sesgo neoliberal del programa El Matí de Catalunya Ràdio de Manel Fuentes. Detalla varios hechos que ocurrieron en la entrevista que tal señor le hizo el día 7 de septiembre.

Existe un sesgo neoliberal (frecuentemente presentado como liberal) en gran parte de los medios públicos de la Generalitat de Catalunya (con notables excepciones) acompañada de un nacionalismo conservador, próximo al nuevo gobierno de la Generalitat, que limita enormemente la exposición de puntos de vista desfavorecidos por tales instituciones. Su discriminación a las izquierdas es de la más marcada entre los países en donde he vivido durante mi largo exilo. Un ejemplo de ello es el programa de “El matí de Catalunya Ràdio, amb Manel Fuentes”.

 

Predeciblemente tal sesgo aparece en la selección de los tertulianos (la mayoría, con escasas excepciones, pertenecientes a aquellas sensibilidades), en los temas tratados, y en la manera como el moderador del programa, el Sr. Manel Fuentes, dirige la tertulia. El Sr. Fuentes tiene sus propias creencias y opiniones que facilitan la expansión de unos argumentos versus otros. Naturalmente que es lógico y de esperar que un moderador tenga y exponga sus puntos de vista, pero es poco común que éstos aparezcan con la contundencia con que se muestran en tal programa.

Un ejemplo de ello es la discusión sobre los enormes recortes de gasto público social en Catalunya que se están realizando por parte del nuevo gobierno de la Generalitat a pesar de las promesas electorales que hizo la coalición gobernante CiU de que no habría tales recortes en caso de ser elegida. Estos recortes se han hecho argumentando la necesidad de reducir el déficit público de la Generalitat. En realidad, el gobierno catalán ha basado su estrategia de reducción del déficit única y exclusivamente en la reducción del gasto público (incluyendo el social), contrastando con otros gobiernos que intentaron alcanzar la reducción del déficit público a base, no sólo de reducir el gasto público, sino también aumentar los impuestos. Incluso el gobierno conservador-liberal, presidido por David Cameron, en Gran Bretaña, que ha hecho también grandes recortes en el gasto público social (a pesar, también, de que había prometido no hacerlos durante su campaña electoral), ha tratado de llevar a cabo otras medidas además de los recortes, como el incremento de los impuestos (incluyendo de las rentas superiores) para cubrir el déficit social (un 20% del déficit). No así el gobierno de la Generalitat. (Ver mi artículo “Alternatives a les Retallades”. Ara. 15.07.11)

En la mayoría de tertulias sobre la reducción del déficit público de la Generalitat en este programa de Catalunya Ràdio, (desde que CiU gobernó hasta la llegada del verano) toda la discusión se ha centrado en tales recortes, presentándolos como  inevitables y necesarios para reducir el déficit público. Jamás en estas tertulias ha aparecido el punto de vista de que hay otra manera de reducir el déficit, aumentando los impuestos, no del ciudadano normal y corriente al que se le paga en nómina (y que ya paga lo que sus homólogos en la Eurozona pagan), sino de las grandes fortunas y de las grandes empresas (que facturan más de 140 millones de euros al año) y de la banca que, si pagaran como hacen sus homólogos en el promedio de la UE-15, significarían unos ingresos –según el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda de la Agencia Tributaria del gobierno español- de 44.000 millones de euros, una cantidad mucho mayor que la que se intenta ahorrar con los recortes sanitarios y/o con la congelación de las pensiones. Indignado por el sesgo neoliberal tan marcado, escribí una carta de protesta al programa a principios de Julio, carta que adjunto, que no fue contestada.

Carta a El Matí de Catalunya Ràdio

Hace unos días recibí una llamada y una carta en la que el director de tal programa me indicó que, a propuesta de muchos oyentes, me invitaba a participar en la tertulia de temas económicos. En la carta no se citaba mi anterior protesta.

Mi respuesta a tal invitación fue que el problema del sesgo del programa no se resolvía invitándome a mí, puesto que el problema era mucho mayor: era el gran sesgo conservador neoliberal de la gran mayoría de los tertulianos en la gran mayoría de tertulias en donde la izquierda en general (con notables excepciones) ni está ni se la espera. El hecho de que de vez en cuando aparezcan algunas voces de izquierda no resuelve el problema. Corregir tal sesgo requiere cambios más profundos que invitarme a mí. Y así se lo indiqué al director del programa, acentuando que deberían equilibrar las tertulias y tertulianos para dar una mayor intervención a las izquierdas. En un programa en el que, por ejemplo, todos los tertulianos fueran hombres, la corrección no se resuelve invitando sólo a una mujer. Se deben equilibrar y alcanzar mitad y mitad. Pues lo mismo en cuanto a diversidad ideológica. En realidad, las encuestas muestran que la mayoría de la población catalana y del resto de España está a la izquierda y centro izquierda, lo cual no ocurre en el espectro de los tertulianos de la mayoría de medios, incluido este programa. ¿Hay alguien que dude que si a la ciudadanía se le preguntara: ¿qué preferiría usted más, que se redujeran los fondos para la sanidad pública y se congelaran las pensiones, o que aumentaran los impuestos de las rentas superiores, de las grandes familias, de las grandes empresas y de la banca, sin afectar los impuestos de la gran mayoría de la población?, la respuesta sería a favor de lo último. Y si a la ciudadanía se le informara de que estos grupos se han beneficiado enormemente de los recortes de impuestos de los gobiernos Aznar y Zapatero con el apoyo de CiU, la mayoría a favor de esta alternativa sería abrumadora (Ver mi artículo “La necesaria reforma fiscal. Alternativas a los recortes innecesarios y contraproducentes” Sistema Digital. 09.09.11

Los sucesos de la mañana del 7 septiembre

El día 6 de septiembre los sindicatos y movimientos sociales catalanes tuvieron la amabilidad de invitarme a leer el manifiesto final de la concentración en protesta por la reforma, y en petición de un referéndum

Manifesto contra la reforma de la Constitución

Media hora después de acabar la manifestación recibí una llamada del programa El matí de Catalunya Ràdio, invitándome para una entrevista a la mañana siguiente a las ocho y cuarto, llamándome a mi teléfono móvil. Les dije con toda franqueza que no era favorable a aceptar su invitación, pues –conociendo su práctica radiofónica- mi intervención sería seguida por los tertulianos –la gran mayoría de sensibilidad conservadora y neoliberal- que atacarían mis argumentos. Insistieron que ello no sería así, pues habían cambiado la composición de los tertulianos.

Puesto que la izquierda tiene tan poco espacio, decidí aceptar, con cierto recelo, temiendo que sería una emboscada, como en realidad ocurrió. La entrevista comenzó con el Sr. Manuel Fuentes haciendo preguntas orientadas a desacreditar la marcha del día anterior promovida por los sindicatos y movimientos sociales, puesto que sus preguntas se centraban en el tamaño de la manifestación, lo cual consideré irrelevante al tema pactado de discusión, que era la reforma de la Constitución. Tras aclarar que a mí me parecía un tamaño más que respetable, le pedí que por favor me hiciera otro tipo de preguntas.

La entrevista continuó con el tema del referéndum (tema con el cual el Sr. Fuentes parece simpatizar, así como sectores de CiU). De ahí que se me permitió argumentar el porqué apoyaba el referéndum, sin interrupciones. La segunda parte, sin embargo, se centró en un tema con el que el Sr. Fuentes simpatiza (como simpatiza también el gobierno CiU) de la necesidad de reducir el déficit y alcanzar un equilibrio presupuestario. En esta parte es donde tuve considerables dificultades en poder presentar mi respuesta. Continuó interrumpiéndome constantemente, con un tono, al final, de clara hostilidad, insistiendo en que no estaba respondiendo a su pregunta, dificultando a su vez que pudiera responderle.

Si me lo hubiera permitido le habría indicado: 1) que no estaba a favor del equilibrio presupuestario (pues el Estado, como las familias, tiene que poder endeudarse para mejorar el futuro); 2) que estaba a favor de reducir el déficit, pero no como se está haciendo con recortes de gasto público social, sino a base de revertir los recortes en los impuestos que los sucesivos gobiernos Aznar y Zapatero (con el apoyo de CiU) han hecho, subfinanciando primordialmente a las rentas superiores (las personas que ingresan 300.000 euros al año vieron reducidos sus impuestos un 37% mientras que para la mayoría, tal reducción fue menos de un 1%); 3) que el mayor problema para la economía española no era ni el déficit ni la deuda pública, sino la falta de demanda, que los recortes de gasto público social estaba incluso empeorando, y 4) que el centro del cambio debía ser, como he dicho antes, una reforma fiscal que aumentara los impuestos de las grandes familias, las grandes empresas (que facturan más de 150 millones de euros al año) y la banca, exigiendo que pagaran los mismos niveles efectivos que pagan sus homólogos en la UE-15 y que según los inspectores de la Agencia Tributaria del gobierno español alcanza el nivel de 44.000 millones al año, una cantidad muy superior a la que el Estado (incluyendo la Generalitat) está intentando ahorrar con estos recortes de gasto público social (que ya es el más bajo de la UE-15), y congelación de pensiones (también las más bajas de la UE-15). Éstas y otras medidas, como la eliminación del fraude fiscal (que se calcula por los mismos inspectores de la Agencia Tributaria, alcanza 60.000 millones de euros), se podría, no sólo reducir el déficit sino, lo que es más importante, corregir el enorme déficit de gasto de los servicios públicos del Estado del Bienestar (como sanidad, servicios a las personas con dependencia, o educación), creando empleo y estimulando la economía.

Por último, me hubiera gustado terminar indicando que, conociendo la distribución de poder en nuestro país, tanto en Catalunya como en el resto de España, en que los primeros –los grandes grupos económicos y financieros- tienen mucho más poder político y mediático que los segundos –las clases populares, que son las que se benefician más del Estado del Bienestar-, era escéptico  de que la reducción del déficit público en España se haría, como se hizo en Suecia, a base de aumentar los ingresos al estado gravando a los ricos y súper ricos. En España, la reducción del déficit siempre se ha hecho a base de aumentar el déficit social de España. El caso más claro fue en los años noventa, cuando España también tuvo que reducir su déficit público para ingresar en el euro. El déficit social aumentó considerablemente. En realidad, el euro se construyó en España a costa del Estado del Bienestar, tal como muestro en mi libro El subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias. Anagrama. 2006.

Por desgracia, muy poco de esto pude decir. Su insistencia machacona en si estaba a favor o en contra de la reducción del déficit, exigiendo un “si” o un “no”, e interrumpiéndome, obstaculizando que hablara, alcanzó su nivel de tensión creado innecesariamente por el Sr. Fuentes, que al final decidió interrumpir bruscamente la entrevista con una crudeza e insultos que en mis cincuenta años de vida académica y de exposición mediática nunca me había encontrado con tal incomodidad y hostilidad. Ni siquiera en la Fox News, en EEUU, había encontrado tal comportamiento.

Se adjunta el audio para que el lector pueda juzgar por si mismo.

Entrevista a Vicenç Navarro en El matí de Catalunya Ràdio

Como era de esperar, varios miembros de la tertulia que siguió lo que no se merece llamarse entrevista, intentaron rebatir mis argumentos y uno de los tertulianos, el eterno tertuliano de TV3 y Catalunya Ràdio, el señor Culla indicó que no entendía porque la población no aceptaba que se tenían que hacer recortes como estaba ocurriendo en todas las partes del mundo. Y otro tertuliano añadió que subir los impuestos era la puerta de entrada de subir los impuestos generales a toda la población, tal como había indicado el portavoz del nuevo gobierno de la Generalitat, el señor Homs, en una sesión anterior en el mismo programa.

El tratamiento recibido por mí, contrastó más tarde con la entrevista hecha al Sr. Anglada, ex fascista que fue militante de la Falange, fundador de un partido de ultraderecha que ha hecho de su centro programático la expulsión de los inmigrantes. Tal señor pudo realizar las respuestas sin mayores interrupciones, con una nota en la que el Sr. Fuentes señaló que tales puntos de vista como los del Sr. Anglada también deben ser oídos.

La movilización popular y su impacto

Hubo inmediatamente una enorme protesta espontánea, de la cual yo era ajeno, que invadió el Facebook de Catalunya Ràdio, creándose también otra Facebook paralela, que en pocos momentos consiguió 600 firmas pidiendo la dimisión del Sr. Fuentes. Ello forzó a Catalunya Ràdio a sacar una nota pidiendo disculpas a los oyentes, pero no a mí, y a que el Sr. Fuentes me llamara indicando que estaba muy insatisfecho con la entrevista, y que me invitaba a que el día siguiente o cuando yo quisiera, fuera a su programa para poder realizar la entrevista con mayor relajación. A ello respondí que la disculpa, si es que así se debía interpretar su llamada, debía hacerse públicamente, pues la nota de Catalunya Ràdio indicaba su disculpa a los oyentes, pero no a mí.

Al día siguiente inició su programa disculpándose frente a los oyentes por haber sido un mal moderador, pues según él, un buen periodista debe saber como controlarse frente a las provocaciones, aguantando díganle lo que le digan (asumiendo que yo le había provocado) y que él no había tenido la profesionalidad de controlarse. Terminaba que ya se había disculpado conmigo y que yo había aceptado la invitación de ir de nuevo a su programa, lo cual no es del todo cierto.

Repito lo que le dije a él entonces, y a su coordinador:

1)    En mis cincuenta años de vida académica nunca, en los distintos países en los que he vivido durante mi exilio, ningún programa radiofónico me había tratado de esta manera.
2)    Mi respuesta –que por lo visto él había interpretado como provocación- “haga otras preguntas más interesantes”, se debió a lo que interpreté era su línea de preguntas intentando desacreditar el tamaño de la manifestación en la que yo participé. No era una provocación, sino un intento de cambiar el tema.
3)    Las disculpas las tenía que hacer en público, no en privado.
4)    Que mi aceptación de la invitación estaba condicionada, no sólo a que se respetaran las mínimas normas debidas en una entrevista, sino también a que se corrigieran el sesgo tan notable de las tertulias, de manera que las opiniones reflejen la diversidad ideológica, corrigiéndose la clara discriminación contra las izquierdas, que no se resuelven teniendo uno de cada cuatro o cinco invitados de vez en cuando. Le indiqué que le enviaría una lista de contertulianos que pudieran cambiar este ratio o sub-representación.

En cuando a aceptar su invitación, dependería de las condiciones indicadas que, en caso de realizarse (y de lo cual soy escéptico) mejoraría la democracia limitada que existía en su programa, discriminando a las izquierdas.

Una última observación. La entrevista fue sumamente desagradable. Pero me alegró enormemente  la gran movilización de personas con sensibilidad democrática que, indignados, se movilizaron organizando una enorme protesta, forzando al establishment de Catalunya Ràdio a tener que responder. Esta respuesta es insuficiente. Pero es importantísimo que para mejorar la enormemente limitada democracia catalana y española, que haya una gran movilización para presionar cambios sustanciales en nuestras instituciones públicas, incluyendo las mediáticas, para que reflejen la realidad que nos rodea, que sean medios de información y no, como ahora, medios de persuasión, y que reflejen toda la diversidad de puntos de vista de los que hoy carecen. Sin tal presión, resultado de la indignación, fruto del compromiso con el bienestar de la ciudadanía, esto

no ocurrirá.

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