Vargas Llosa & asociados en Caracas
José Steinsleger
La Jornada 4 de Junio de 2009
Entre los
"demasiados libros" que circulan, sería fantástico encontrar algún
estudio que trate acerca de escritores con obra perdurable, pero
alineados con las peores causas de la humanidad: Ezra Pound, fascista;
Louis F. Celine, antijudío; Camilo J. Cela, franquista; Knut Hamsun,
nazi; Mario Vargas Llosa… ¿Liberal? ¿Derechista? No estoy para elogios.
Algunos tratan al peruano de "mercenario". Negativo. La ética de Vargas
Llosa se cotiza por debajo de los que, al menos, arriesgan la vida por
la causa fascista, el aristocratismo guerrero, aventuras, o dinero sin
más. ¿Egocentrismo literario? Aun en su lado enfermizo, lo egocéntrico
no quita lo sensible. ¿Entonces?
Cuando el 12 de octubre de 1936, en la Universidad de Salamanca, Millán
Astray gritó "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!", las cosas eran
más claras. Sin temor a las hordas fascistas que acompañaban al coronel
gallego, el rector Miguel de Unamuno le respondió: “… venceréis porque
tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis porque convencer
significa persuadir; y para poder persuadir, necesitaréis lo que no
tenéis: la razón y el derecho en la lucha. Considero fútil exhortaros a
pensar en España”.
Unamuno, el trágico. Pilar Franco, presente en el aquelarre, lo salvó
del linchamiento. Sin embargo, las izquierdas mantienen aún posiciones
encontradas. Se entiende: hasta julio de aquel año, el filósofo vasco
creía que el pasado liberal y socialista de algunos falangistas
ilustrados podía incidir en lo que él veía como "revuelta de la
civilización". No fue así. Dos meses después, Unamuno murió de tristeza.
¿Dónde hubiera estado don Mario en aquel momento que, como nunca, puso
en su lugar a las bestias? ¿En el baño?
Naturalizado español para sortear la causa judicial abierta en Perú por
encubrir el asesinato de ocho periodistas, panegirista del terrorismo de
Estado en América del Sur y las masacres de Washington en América
Central, exégeta de la invasión a Irak, socio de la terrorista Fundación
Hispano-Cubana, hay que reconocer que Vargas Llosa es un tipo tenaz: sus
declaraciones en aquella entrevista de 1970… ¿no son idénticas a las de
1980, 1990, 2000, o las del fin de semana pasado en Caracas?
En "Tres héroes" (La edad de oro, 1889), José Martí cuenta del viajero
que apenas llegado a Caracas “… sin sacudirse el polvo del camino no
preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la
estatua de Bolívar”.
Con afanes distintos, Vargas Llosa declaró en el aeropuerto de
Maiquetía: "Un funcionario me dijo, con mucha amabilidad, que como
extranjero no tenía derecho a hacer declaraciones políticas. Y yo
también, con mucha amabilidad, le respondí que en la tierra de Bolívar
nadie podía poner cortapisas al libre pensamiento" (Afp, 27/5/09).
¿A cuál Bolívar tenía en mente el autor de La ciudad y los perros?
Martí enseñó a los niños: “… libertad es el derecho que todo hombre
tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía”. Como fuere,
resulta interesante que un vocero del golpismo y el terrorismo de Estado
no pueda ignorar a Bolívar.
La primera independencia se frustró con el asesinato y ostracismo de los
libertadores. Luego, los señores de horca y cuchillo interpretaron a
modo su legado político. En Miami, la mafia cubana habla de Martí, y en
México los "desmitificadores" de la historia deploran que el cura
Hidalgo haya alzado a los indios, en lugar de haber celebrado un
seminario sobre gobernabilidad y democracia en el pueblo de Dolores.
En Caracas, Vargas Llosa fue el invitado estrella a otro aquelarre como
el de Salamanca, organizado por el Centro de Divulgación del
Conocimiento Económico por la Libertad (Cedice), brazo empresarial del
Departamento de Estado. Basta recordar que Rocío Guijarro, titular del
Cedice, fue el personaje que en la intentona golpista de abril de 2002
firmó el decreto que disolvió las instituciones democráticas de
Venezuela.
En acuerdo con sus anfitriones (Globovisión, embajada de Washington), el
rebaño de "intelectuales libres" que entregan su prestigio a cuanta
causa antipopular aparece en nuestra geografía política sólo cuenta con
lo que no existía en la época de Unamuno: los grandes medios de
comunicación, que han sustituido el antiguo fascismo de masas.
¿Y qué les subleva de Hugo Chávez? En los umbrales del bicentenario,
Vargas Llosa & asociados andan preocupados porque el presidente de
Venezuela consulta la brújula de Martí: "Lo que Bolívar no hizo, está
todavía por hacer en América". Por esto, creer (como los grandes medios
dijeron a coro) que fueron a Caracas invitados por la "oposición"
equivale a ver la realidad con ojos estrábicos.
Vargas Llosa & asociados representan al golpismo y son correa de
transmisión del neofascismo. Ubicar a estos personajes en la "derecha"
del arco político sería cumplido ideológico. No es grave que haya
oposición y escritores de derecha. Lo grave es que la abyección sea
plataforma de sus principios.