Polémicas "rondas ciudadanas"
Clarín
10 de
Agosto de 2009
La
nueva ley de seguridad oficializó desde ayer las
"rondas ciudadanas", que patrullarán las calles
a la búsqueda de clandestinos y en defensa del
orden público. Los que salgan en Bérgamo no
encontrarán a Fátima Aicardi, una chica marroquí
de 27 años, que se arrojó el jueves al río
Brembo. Sus familiares contaron que Fátima
estaba aterrorizada porque no lograba obtener su
documentación regular y temía ser humillada,
arrestada y expulsada.
La chica marroquí, una "extracomunitaria", de
acuerdo al odioso término que se usa aquí, es la
primera víctima del clima que se vive en Italia,
donde todas las semanas se leen las agresiones
físicas que sufren los inmigrantes, muchas veces
con los papeles en orden, por parte de italianos
partidarios de las limpiezas étnicas. |
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El ministro
del Interior, Roberto Maroni, firmó ayer un decreto con
el reglamento de actuación de las patrullas, cuya
actividad ha sido redimensionada en los últimos tiempos
después que aparecieron "Guardias Nacionales" de extrema
derecha, con uniformes que evocaban a las SS nazis, que
pretendían incorporarse a las rondas de los campeones
del orden.
Según el decreto de Maroni, cada patrulla no podrá tener
más de tres miembros y se colocará solo una chaqueta
amarilla que los identifica. No podrán utilizar
vehículos ni animales, después de que se estaban
preparando perros y coches semiblindados. Los
patrulladores podrán sólo avisar a la policía y los
carabineros si observan violaciones al orden público.
Las rondas existen desde hace más de un año en las
regiones del norte. Las de la Liga Norte se llaman
Guardias Padanos. En Verona y Treviso, ciudades
gobernadas por alcaldes acusados de xenofobia y racismo,
se llaman "asistentes cívicos". Su misión es que la
ciudad "esté más limpia y segura", dijo el alcalde
Flavio Tosi.
En la región de Varese, la ciudad del líder máximo
liguista, Umberto Bossi, grupos de vecinos han puesto en
vigor un sistema de control de "movimientos sospechosos"
para garantizar el control del territorio.
Policías y carabineros no ocultan su disgusto por el
crecimiento del fenómeno de los "observadores
voluntarios", el nombre oficial de las rondas. El
secretario del gremio de los policías, Enzo Letizia,
reiteró que la defensa del orden público debe estar a
cargo de las fuerzas públicas del Estado. Pero policías
y carabineros sostienen que en lugar de recibir
refuerzos y más medios para combatir el crimen, han
sufrido recortes en los presupuestos.
En el centro y sur italianos las patrullas ciudadanas
son impopulares. Gobernantes regionales y locales, junto
con los dirigentes opositores, reiteraron su apoyo a
policías y carabineros como únicos delegados al uso de
la fuerza pública.
La entrada en
vigor de la nueva Ley de Seguridad aprobada el mes
pasado por el Parlamento, que establece normas muy
restrictivas para los cinco millones de inmigrantes
residentes, la mayoría regulares. Ya se produjeron los
primeros arrestos -dos norafricanos en San Remo y otros
dos en Pescara- y fueron presentadas las primeras de las
muchas denuncias que se están preparando. La mayor parte
están siendo tramitadas en las prósperas regiones
septentrionales de Italia, donde crece un clima de
hostilidad, racismo y xenofobia contra los inmigrantes,
sobre todo si tienen la piel oscura y provienen de
países pobres.
En la Unión Europea es evidente el recelo frente a la
nueva vuelta de tuerca de las medidas represivas en
Italia, que ya originaron objeciones y denuncias en
Bruselas y en el Parlamento Europeo.
Motor de las iniciativas es la Liga Norte de Umberto
Bossi, que va ganando hegemonía en las regiones ricas
septentrionales: Lombardía Véneto, Piamonte, Liguria
(Génova) y Friuli, aunque la influencia liguista
comienza a extenderse hacia el sur, en la Emilia Romagna
(Bolonia) y las Marcas (Ancona).
La Liga Norte es el principal aliado externo del partido
de la Libertad del premier Silvio Berlusconi. La Liga ha
impuesto medidas cada vez más duras para reducir el
número de inmigrantes.
Las primeras iniciativas de hacer una ley fuertemente
restrictiva de la inmigración incluían como castigo la
prisión de los inmigrantes irregulares, pero las
protestas aliviaron la pena hasta convertirla en multas
de hasta 14 mil dólares.
Algunos países latinoamericanos expresaron su
preocupación por la ley. Ecuador, que cuenta con una
fuerte comunidad de trabajadores radicados en Italia,
manifestó un "profundo rechazo", afirmando que "alimenta
la violencia xenófoba. El gobierno de Quito dijo que
responsabilizará al gobierno de Berlusconi por las
agresiones que puedan sufrir los inmigrantes
ecuatorianos en Italia.
Ayer, además de los dos arrestados en San Remo, dos
marroquíes fueron detenidos en Pescara y se anunció que
ambos serán procesados. Además de las multas, la sanción
inevitable es la expulsión. En Bolonia, Milán, Turín y
Génova se registraron numerosas denuncias contra
inmigrantes ilegales por parte de ciudadanos italianos.
Las nuevas normas amplían hasta seis meses el tiempo de
retención de los indocumentados que deban ser
identificados. El extranjero que carezca de papeles en
regla no podrá realizar ningún trámite en las oficinas
públicas. Muchos inmigrantes asiáticos, africanos y
latinoamericanos explicaron que el futuro es sombrío
para sus familias: muchos niños no podrán ir a la
escuela, muchos extranjeros tienen ahora miedo de ir a
un hospital o a realizar un trámite por temor de
resultar expulsados.
En un siglo, desde 1870, muchos millones de italianos
emigraron al exterior y hoy en el mundo son más
numerosos los miembros de las comunidades italianas que
los 60 millones que residen en la madre patria. A la
Argentina fueron tres millones de peninsulares y que 24
de los 40 millones de habitantes de nuestro país tienen
al menos en parte sangre italiana. Sin embargo, sobre
los argentinos caerá sin piedad todo el peso de las
sanciones previstas por La ley de Seguridad.
Los italianos que alquilen viviendas a los inmigrantes
irregulares corren el riesgo de ir a la cárcel entre
seis meses y tres años. También será más arduo para un
extranjero "extracomunitario" casarse con un o una
italiana.
Ayer se cumplió un nuevo aniversario de la tragedia de
Marcinelle, en Bélgica, cuando los estallidos de gas en
una mina causaron en 1956 la muerte de 263 mineros, de
los cuales 136 eran italianos. El presidente Giorgio
Napolitano envió un mensaje en nombre de la mejor
Italia, que aún es numerosa. Dijo que "la integración es
un derecho fundamental y los trabajadores deben ser
siempre respetados aunque no tengan documentos".
"Debemos reflexionar sobre la plena integración de los
inmigrantes", señaló Napolitano. El presidente recordó a
las generaciones de italianos "que vivieron el
angustioso período de las migraciones de las regiones
más pobres del país y afrontaron condiciones de trabajo
pesadas y extremadamente riesgosas".
La ceremonia en Marcinelle fue presidida por el
presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini,
que es el segundo líder del partido de Berlusconi como
"capo" de los ex neofascistas. Fini está cada día más
lejos del premier y de la Liga Norte. Ayer dijo que
tratar a los inmigrantes como "huéspedes momentáneos"
significa "no haber comprendido nada". Agregó que la
historia futura de Italia será escrita por italianos con
pleno derecho aunque hayan nacido más allá de sus
fronteras.
Las posiciones de Fini coinciden cada vez más con la
oposición y son muchos los que creen que esta nueva Ley
de Seguridad puede convertirse en un revulsivo pleno de
complicaciones para Berlusconi.
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