Correo

Alameda, 5. 2º Izda. Madrid   28014 Teléfono:  91 420 13 88 Fax: 91 420 20 04     

 

No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Plomo Fundido 2

Uri Avnery

Rebelión (Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.)  29 de Diciembre de 2009

    

      ¿Vencimos? Se cumple el primer aniversario de la Guerra de Gaza, alias Operación Plomo Fundido, y esta pregunta llena el espacio público.

      Dentro del consenso Israelí, la respuesta ya se ha dado: Ciertamente, hemos ganado, los Qassam han dejado de llegar.

      Una respuesta simple, por no decir primitiva. Pero eso es lo que le parece a un observador superficial. Estaban los Qassam, hicimos la guerra, no más Qassam. Sderot prospera, los habitantes de Beersheba van al teatro. Todo lo demás es para los profesores de filosofía.

     Pero alguien que quiera comprender los resultados de esta guerra tiene que plantear algunas cuestiones difíciles.

     ¿Fue la verdadera finalidad de la guerra parar los Qassam? ¿Pudo lograrse por otros medios? Si había otros fines, ¿cuáles eran? ¿Es el balance final positivo o negativo, en lo que concierne a los intereses de Israel?

      Compadezco a los historiadores. Tienen que escudriñar documentos, leer con atención protocolos, desenredar textos tortuosos.

      Los documentos desorientan. Si Talleyrand (o quienquiera que fuera) tenía razón al decir que las palabras se inventaron para ocultar los pensamientos, esto es aún más cierto para los documentos. Los documentos falsean los hechos, los ocultan, los inventan; todo según los intereses del escritor. Revelan un poco para ocultar el resto. Alguien que haya andado metido en asuntos públicos lo sabe.

       Por lo tanto, ignoremos los protocolos. ¿Cuales fueron las verdaderas metas de quienes empezaron la guerra? Creo que fueron las que se indican a continuación, en orden de prioridad decreciente:

1. Derrocar el régimen de Gaza, convirtiendo la vida de sus habitantes tal infierno que se levantaran contra Hamás.

2. Devolver al gobierno y al ejército israelíes autorrespeto, que resultó dañado gravemente en la II Guerra de Líbano.

3. Restaurar el poder disuasivo del ejército israelí.

4. Detener los Qassam.

5. Liberar al soldado cautivo, Gilad Shalit.

Examinemos los resultados, uno a uno.

        Esta semana se reunieron cientos de miles de personas en la Franja de Gaza en una manifestación en apoyo de Hamás. A juzgar por las fotos, había entre 200.000 y 400.000 personas. Considerando que hay sobre 1,5 millones de habitantes en la Franja, la mayoría niños, fue una concurrencia totalmente impresionante -especialmente en vista de la miseria ocasionada por el bloqueo israelí que ha continuado a lo largo del año y de los hogares arruinados que no pueden reconstruirse. Quienes creyeron que la presión sobre la población ocasionaría una sublevación contra el gobierno de Hamás han probado su equivocación.

        Los expertos en historia no se sorprendieron. Cuando son atacados por un enemigo extranjero, todos los pueblos se agrupan detrás de sus líderes, quienquiera que sean. Lástima que nuestros políticos y generales no lean libros.

        Nuestros comentaristas retratan a los habitantes de Gaza "mirando con anhelo los florecientes comercios de Ramala". Estos comentaristas también deducen esperanzas de las encuestas de opinión públicas que pretenden mostrar que la popularidad de Hamás en Cisjordania declina. Si es así, ¿por qué teme Fatah celebrar elecciones, incluso después de que todos los activistas de Hamás han sido arrojados a la cárcel?

     Parece que la mayoría de la gente en la Franja de Gaza está más o menos satisfecha con el funcionamiento del gobierno de Hamás. A pesar de la miseria de sus vidas, pueden también estar orgullosos de su determinación, hay orden en que las calles, el crimen y las drogas disminuyen. Hamás trata cuidadosamente de promocionar una agenda religiosa en la vida diaria, y parece que al público no le importa.

El objetivo principal de la operación ha fracasado completamente.

        El segundo fin, por otra parte, se ha logrado. El gobierno de Olmert, que perdió la confianza pública en la II Guerra de Líbano, ganó respaldo en la Guerra de Gaza. Esto no ayudó al propio Olmert, que tuvo que dimitir a causa de la nube de asuntos de corrupción que revoloteaba sobre su cabeza.

        El ejército ha restaurado su autoconfianza. Ha probado que las deficiencias militares, que salieron a la luz en cada paso de la Guerra de Líbano, eran superficiales. El público cree que en Gaza el ejército funcionó bien. El hecho de que un total de seis soldados israelíes murieran por el fuego enemigo, mientras murieron más de mil en el otro lado, ha reforzado esta creencia. Tan sólo unos pocos están molestos por escrúpulos morales.

        La pregunta de si se ha logrado el tercer objetivo, la disuasión, está íntimamente vinculada con otra pregunta: ¿Quien ganó la guerra militarmente?

        En una guerra entre un ejército regular y una guerrilla, es difícil decidir qué significa "la victoria”. En una batalla clásica entre ejércitos, la victoria pertenece al lado que se queda con el control del campo de batalla una vez acaban los combates. Obviamente esto no se aplica en un contexto asimétrico. El ejército israelí no quería permanecer en la Franja de Gaza, por el contrario, estaba ansioso por evitar tal posibilidad.

       Algunos argumentan que Hamás ganó la guerra: si una banda de guerrilla mal armada resiste durante tres semanas enteras contra uno de los ejércitos más fuertes del mundo, esto constituye una victoria. Hay mucha verdad en ello.

        Por otra parte, la fuerza disuasiva del ejército seguramente se ha restaurado. Todas las facciones palestinas y todas las fuerzas árabes en general saben ahora que el ejército Israelí está dispuesto a matar y destruir sin la restricción de cualquier enfrentamiento militar. De ahora en adelante, los líderes de Hamás así como los jefes de Hezbolá se lo pensarán dos veces antes de provocarlo.

       Los Qassam han parado casi completamente. Hamás ha impuesto su autoridad incluso sobre las pequeñas facciones extremistas que querían continuar.

       No hay ninguna duda de que la fuerza de disuasión del ejército recientemente restaurada está relacionada con esto. Pero es también cierto que el ejército lleva un gran cuidado en no ocasionar incidentes con regularidad, como era su costumbre antes de Plomo Fundido. Por lo menos por ahora, la disuasión en el escenario de Gaza es mutua.

        Puede preguntarse si podrían haberse hallado unos medios para detener los Qassam que no fueran la guerra. ¿Si el gobierno israelí hubiera reconocido a las autoridades de Hamás en la Franja de Gaza, por lo menos de facto, y mantenido relaciones prácticas con ellos, y si no hubiera impuesto el bloqueo, podrían haber parado los cohetes? Yo lo creo.

        La liberación de Shalit; un objetivo secundario pero importante en sí, no se ha logrado. Si se libera a Shalit, sucederá únicamente como parte de un intercambio de presos, y esto se verá como una victoria enorme para Hamás.

        Tomando en consideración todos estos resultados, uno puede sacar la conclusión de que la guerra ha terminado en una especie de empate.

A excepción de Goldstone.

       Esta guerra ha asestado un golpe mortal al lugar de Israel en el mundo.

       ¿Esto es importante? David Ben-Gurion dijo célebremente que "no es importante lo qué los gentiles digan sino lo que los judíos hacen". Thomas Jefferson, por otra parte, dijo que ninguna nación se puede permitir comportarse sin "un respeto decente por las opiniones de la humanidad". Jefferson tenía razón. "Lo que el gentil dice" tiene un inmenso impacto en todas las esferas de nuestra vida -desde la arena política a los asuntos de seguridad-. La posición de nuestro Estado en el mundo es un factor vital en nuestra seguridad nacional.

        La Guerra de Gaza, desde la decisión de arrojar el ejército a un área densamente poblada al empleo de fósforo blanco y munición de dardos fragmentados, ha levantado una nube oscura sobre Israel. El Informe Goldstone llegando, como lo hizo, después de la horrible emisión de imágenes a lo largo de la guerra por todas las cadenas de televisión del mundo, ha producido una impresión terrible. Cientos de millones de personas vieron y oyeron, y su actitud hacia Israel ha cambiado para peor. Esto tendrá un impacto de largo alcance sobre las decisiones de gobiernos, la actitud de los medios de comunicación y en millares de decisiones grandes y pequeñas en lo que concierne a Israel.

        Casi todos nuestros portavoces y periodistas, desde el presidente hasta el último anfitrión de programa de entrevistas de la televisión, continúan repitiendo como loros que el Informe Goldstone es "unilateral, vil y mentiroso". Pero la gente de todo el mundo sabe que es un informe tan honrado como podría esperarse después de la decisión de nuestro gobierno de boicotear la investigación. El daño aumenta de día en día. Alguno es irreversible.

        Es imposible medir los resultados de la guerra sin colocar este hecho en la balanza. La conclusión es que el daño que la guerra nos ha hecho excede a cualquier beneficio.

        Alguna persona de nuestro liderazgo acepta silenciosamente esta conclusión. Pero no hay una carencia de voces, tanto en el liderazgo como en la calle, que hablen abiertamente de una operación "Plomo Fundido 2" como de un asunto simplemente de tiempo.

        Un dicho atribuido a Bismarck dice: Los tontos aprenden de su propia experiencia, la gente inteligente aprende de la experiencia de otros. ¿Dónde nos deja esto?

 

 

  Página de inicio