Oscuro papel de
la Iglesia en el genocidio de Ruanda de 1994
Antonio Castro
Dada la asombrosa
la importancia de este tema del cual reconozco no sabía gran
cosa hasta hace un par de días, parecería lo más prudente
medir las palabras, y ampliar las fuentes consultadas.
Muchas de las fuentes consultadas son decididamente hostiles
a La Iglesia. Por eso me esforcé en buscar otras fuentes, me
costó bastante localizar una fuente de reconocido prestigio,
parece que se trata de un tema Tabú en todo occidente.
Finalmente, localicé como fuente a la BBC, que es para mí es
suficientemente fiable, y por ello me atrevo a decir, por
desagradable que resulte, que… |
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Algunos hechos relativos a
la responsabilidad de La Iglesia en el genocidio de Ruanda de
1994 están suficientemente acreditados, y son de extraordinaria
gravedad. Pese a ello ni La Wikipedia ni casi nadie los
menciona. La protección sistemática de La Iglesia en occidente
me parece una barbaridad. Algunos creen solo en la parte que les
interesa y olvidan aquello de … “La verdad os hará libres”.
La responsabilidad de La Iglesia en el genocidio es un Tabú:
No hay
muchas fuentes que metan el dedo en esa herida del cristianismo.
(Las menciono al final del artículo). Es difícil llegar a enterarse
de este tipo de implicaciones de La Iglesia en este tipo de asuntos
porque son un tremendo Tabú en occidente.
He
decidido volver a ver la película “Hotel Ruanda”. Sé que no es un
documental, pero está basada en hechos reales y a pesar de eso, no
se menciona a La Iglesia salvo en una escena en la que unos
sacerdotes aparecen ayudando a escapar a unos refugiados tutsis.
La
Wikipedia tampoco menciona la responsabilidad de La Iglesia, pero
eso para mí no es concluyente tratándose de un tema tan feo como
este. De hecho, dada la importancia de estos hechos y con la
cantidad de testimonios recogidos en la Wikipedia, como medio
neutral debería haber incluido alguna referencia en este sentido.
Sabemos que ofrecer una referencia a una opinión distinta o
discordante, no supone afirmar ni desmentir nada. La Wikipedia no
debería tomar partido, pero este es un capítulo muy vergonzoso para
occidente, no solo por la responsabilidad que pueda tener la
iglesia, sino porque todo occidente así como La ONU abandonó a su
suerte a los tutsis que fueron masacrados a machetazo limpio en una
auténtica orgía de odio y de sangre.
Lo dice
la película. No solo eran negros, eran africanos y no importaron a
occidente. Todo el mundo tiene derecho a conocer las diferentes
versiones y por ello he dejado en las referencias a las fuentes, un
documento, preparado por la curia general de los misioneros de
África (Padres Blancos) que conciernen al también padre blanco Guy
Theunis
Antecedentes:
En un
principio el territorio ruandés estaba habitado por los pigmeos de
origen twa, que se dedicaban especialmente a la caza. En el siglo XI,
estos recibieron a los hutus, que se establecieron de forma
sedentaria y convivieron con ellos en paz. En el siglo XIV llegaron
granjeros tutsis. Aparentemente fueron los colonizadores belgas
quienes crearon esta noción de dos razas diferentes de hutus y
tutsis. Al parecer eligieron a los nativos más altos, con nariz
fina, y piel más clara para que fueran una minoría privilegiada que
les ayudaran a controlar al resto de la población.
A
partir del siglo XVI, los hutus, han sido súbditos de una minoría
tutsi. A pesar del dominio de la minoría tutsi, las diferencias
socioeconómicas no estaban muy pronunciadas. Aunque el pertenecer a
una u otra etnia definía el status social, un hutu, por ejemplo,
podía ascender de clase si poseía las suficientes propiedades; sin
embargo, ya había comenzado una relación de vasallaje dominada por
la etnia menos significativa en la zona, los tutsis, con un solo 14%
de la población.
En el
año 1989 el precio mundial del café se redujo en un 50% lo que hizo
que Ruanda perdiera el 40% de sus ingresos por exportación. El país
se enfrentó a la peor crisis alimentaria de los últimos 50 años al
mismo tiempo que aumentaba el gasto militar en detrimento de los
servicios públicos.
La responsabilidad de La Iglesia en la matanza:
1) Guy
Theunis, un cura católico belga de 60 años, perteneciente a la orden
católica romana Padres Blancos muy implantada en Ruanda, fue
detenido el 6 de setiembre de 2005 por las autoridades ruandesas por
su participación en el genocidio de 1994 como inspirador y
responsable principal y directo. El secretario general del
Ministerio de Justicia ruandés dijo que este caso debía ser juzgado
por los tribunales ordinarios, ya que los tribunales populares solo
juzgaban a los ejecutores, y por tanto carecían de competencias para
juzgarle. Eso parece indicar que el cura católico fue uno de los
máximos dirigentes del genocidio. Por lo tanto, el sacerdote fue
catalogado como número 1 entre los dirigentes del genocidio. La
providencial extradición fue solicitada por Bélgica que se
comprometió a hacerse cargo de toda la investigación. Pese a la
relación de Ruanda con Bélica como excolonia la extradición en un
caso tan grave resulta difícil de comprender.
El
padre Guy Theunis está acusado de 10 cargos de genocidio. Era
responsable de la revista “Diálogo” en la cual se publicaron
artículos incitando a cometer matanzas contra los Tutsis. El cura
dijo que seguía órdenes de sus superiores cuando firmó los
documentos y que las decisiones eran tomadas por el jefe de la
congregación, el también belga Jef Vleugles. El fiscal Emmanuel
Rukangira dijo que Theunis incitó al genocidio al publicar en su
revista Dialogo artículos que originalmente fueron publicados en la
revista extremista Kangura. El ex editor de la misma, Hassan Ngeze,
ya fue sentenciado a cadena perpetua por la corte de Naciones Unidas
por el genocidio ruandés.
2) Dos
monjas católicas ruandesas, Consolata Mukangango (Sor Gertrudis) y
Julienne Mukabutera (Sor María Kisito), de la orden de las
benedictinas, cooperaron directamente con los exterminadores de las
milicias hutus. Una de las monjas llamó a los asesinos hutus y los
llevó hacia el monasterio. Estos, fueron sacados a la fuerza a la
puerta de la iglesia y asesinados ante sus ojos. Los testigos la
vieron presenciar la masacre a sangre fría sin conmoverse. Ambas
fueron juzgadas y condenadas en Bélgica por estos hechos el año
2001. A sor Gertrudis también la condenaron por comprar el
combustible usado por los genocidas para quemar vivas entre 500 y
700 personas que se escondieron en un garaje. (Unas hermanitas de la
caridad)
3) En
febrero de 2003, el TPIR condenó a 10 años de prisión por genocidio
al pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Elizaphan
Ntakirutimana, y otros cuatro religiosos están detenidos por el
Tribunal Internacional y a la espera de juicio, entre ellos, dos
párrocos católicos, Hormisdas Nsengimana y Emmanuel Rukundo. Un
tercero es el obispo anglicano Samuel Musabyimana, que murió por
enfermedad en 2003 en el Centro de Detención de Arusha.
4)
Miembros de la jerarquía católica en Ruanda tenían estrechos
vínculos con los políticos ultras y apoyaron a las milicias hutus en
la matanza de 1994. Muchas de las matanzas en Ruanda, que es el país
con más cristianos de África y donde un 60 por ciento de la
población abrazaba el catolicismo, se produjeron en las iglesias
católicas, donde la gente buscó refugio.
5)
Según testigos oculares, algunos sacerdotes católicos denunciaron
los escondites de los tutsis y se los entregaron a los machetes de
las milicias hutus.
6)
Según la organización African Rights, hay una evidencia abrumadora
de que líderes de las iglesias anglicana, metodista, presbiteriana y
católica, estuvieron implicados en el genocidio. En el informe esta
organización humanitaria afirma que no sólo muchos cristianos
cometieron atrocidades sino que muchas masacres tuvieron lugar en
las parroquias.
7) En
los 11 años posteriores al genocidio algunos ruandeses optaron por
convertirse al Islam, tras afirmar que fueron traicionados por la
iglesia.
Todo fue perfectamente planeado:
Según
Linda Melvern, una reportera británica que tuvo acceso a documentos
oficiales, el genocidio estuvo bien planeado. En el momento del
inicio de la matanza la milicia ruandesa estaba compuesta por 30.000
hombres (un miembro por cada diez familias) y organizados a lo largo
del país con representantes en cada vecindario. Algunos miembros de
la milicia podían adquirir rifles de asalto Ak-47 con sólo rellenar
un formulario. Otras armas, como granadas no requirieron ningún
papeleo y se distribuyeron masivamente.
El
genocidio fue financiado, por lo menos en parte, con el dinero
sacado de programas de ayuda internacionales, tales como la
financiación proporcionada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional bajo un Programa de Ajuste Estructural. Se estima que
se gastaron 134 millones de dólares en la preparación del genocidio
— ya de por sí una de las naciones más pobres de la Tierra — con
unos 4,6 millones de dólares gastados sólo en machetes, azadas,
hachas, cuchillos y martillos. Se estima que tal gasto permitió que
uno de cada tres varones hutus tuviera un machete nuevo.
En 1994
las milicias hutus, llamadas Interahamwe (que significa “golpeemos
juntos”), fueron entrenadas y equipadas por el ejército ruandés
entre arengas y ánimos a la confrontación con los tutsis por parte
de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM) dirigida por
las facciones hutus más extremas.
El 9 de
abril los radicales hutus, por lo tanto, habían tomado el poder
gubernamental y además, contaban con milicias organizadas: jóvenes
del partido MRND, los Interahamwe, que se ocupaban de la población
civil y que destacaron en las primeras matanzas masivas. Ese mismo
día Bélgica y Francia, sacan del país a todos sus nacionales, sin
preocuparse de los ruandeses, ni siquiera de los que trabajaban en
sus empresas. El día 11 de abril, un comunicado de la Cruz Roja
Internacional estima que decenas de miles de ruandeses fueron
asesinados en tan solo unos días. Mientras tanto, la misión de
pacificación de Naciones Unidas UNAMIR, no hacía nada.
La emisora de
radio católica “Mil Colinas” incitaba día y noche a quemar
las casas con las personas dentro. Por eso se refugiaron en
las misiones de todo el país. Unas ochocientas mil (800.000)
personas fueron asesinadas en las iglesias y lugares
sagrados a golpe de machete. También asesinaron a muchos
hutus moderados, más o menos fue asesinada el 11% del total
de la población y el 80% de los tutsis ruandeses. |
Extensos
campos de refugiados posteriores al genocidio Ruandes |
Más de 800.000
personas fueron asesinadas y casi cada una de las mujeres que
sobrevivieron al genocidio fueron violadas. Muchos de los 5.000
niños nacidos fruto de esas violaciones fueron asesinados. En estas
matanzas los niños también eran un objetivo porque se intentó
aniquilar a la siguiente generación de tutsis.
¿Podemos sacar
alguna lección de todo esto?
A los
asuntos feos, se suele contestar desde La Iglesia que en todos los
grupos humanos, incluida en La Iglesia, hay gente mala, o que el
Papa ya pidió perdón por ello, etc. pero … ¿Es eso suficiente?
Lo que
más me ha impresionado, es que las actividades de siembra de odio
del padre Belga católico Guy Theunis, se hicieron por escrito en un
medio público. En una revista “Diálogo” de la que él era el editor.
¿Pueden sus inmediatos superiores jerárquicos en La Iglesia y la
misma santa sede alegar ignorancia? Eso sería una falta de interés
asombrosa ¿no?
No solo
los medios de comunicación se arrugan ante el poder de La Iglesia,
también se arruga la justicia. Entre las referencias aportadas al
final del artículo, he puesto una justo al final que comenta un auto
de la Audiencia Nacional Española. Todo el mundo cree que su fe es
excusa para obrar anteponiendo sus creencias a cualquier otra cosa y
los jueces no son una excepción.
Lo que
yo opino es que el fanatismo religioso no es cosa del pasado ni cosa
de otras religiones, sino de siempre y de la mayoría de las
religiones y muy en especial de las más poderosas. El cristianismo
(especialmente el católico) en las altas jerarquías de La Iglesia es
puro fanatismo.