Los muros que
no han caído
BBC Mundo
3 de Noviembre de 2009
Dos
décadas después de la caída del muro de Berlín, el mundo sigue
plagado de barreras que dividen a países, pueblos y familias de
Brasil a Uzbekistán, de Cisjordania a México.
Las
razones son múltiples: combatir la violencia, la inmigración
ilegal o incluso la aftosa, pero el resultado es siempre el
mismo: separar y atemorizar.
BBC
Mundo le presenta una panorámica de 14 muros que aún siguen en
pie, cuando muchos celebran que el 9 de noviembre de 1989 el más
simbólico de todos fue derribado en la capital alemana.
Estados Unidos-México: familias y vidas divididas
La
frontera entre México y Estados Unidos tiene 3.200 kilómetros.
El gobierno estadounidense ha construido un muro metálico en un
tercio de su extensión y se estima que ha invertido más de US$2.400
millones en él para evitar el ingreso de inmigrantes
indocumentados provenientes de México y Centroamérica.
Las
primeras láminas del muro fronterizo comenzaron a aparecer en
1991, pero fue en 1994, cuando Estados Unidos decidió fortalecer
la vigilancia bajo la denominada "Operación Guardián".
Han
pasado 15 años desde aquel entonces y según la Comisión Nacional
de Derechos Humanos de México han muerto más de 5.600
inmigrantes indocumentados en su intento por cruzar la frontera.
La mayoría debido a las altas temperaturas del desierto.
En
algunas zonas de la frontera no sólo hay un muro, sino tres
vallas metálicas que impiden cualquier tipo de contacto a través
del mismo. Su altura promedio bordea los 4 o 5 metros de altura
y recientemente ha avanzado la construcción del llamado "muro
virtual", una serie de dispositivos tecnológicos como detectores
infrarrojos, cámaras, radares, torres de control y sensores de
tierra que han hecho más eficiente el control del límite entre
ambos países.
Cisjordania: una barrera en territorio ocupado
La
barrera que divide el territorio entre Israel y Cisjordania está
formada por vallas, alambradas, zanjas y placas de cemento de
hasta 8 metros de alto. Algunas secciones tienen también
sensores, arena para identificar huellas fácilmente, carreteras
de patrullaje y zonas de separación o "buffer zones", de hasta
60 metros.
El
gobierno israelí inició la construcción de la barrera de
separación en 2002 con el objetivo de proteger a sus ciudadanos
de ataques palestinos.
Lo
que para Israel es una "valla de seguridad" se interpreta desde
el lado palestino como un "muro de apartheid".
Una
vez finalizada, aproximadamente el 85% de la barrera divisoria
estará sobre territorio palestino ocupado, en el que se incluye
Cisjordania y Jerusalén oriental. Sólo el 15% de la estructura
sigue la llamada "línea verde", que es la demarcación del
armisticio de 1949 entre Israel y Cisjordania, hoy reconocida
internacionalmente como frontera entre ambos territorios.
Según cifras de Naciones Unidas de julio de 2009 el 58,3% de la
barrera está completo, un 10% está en vías de construcción y un
31,5% todavía está pendiente de ejecución.
La
estructura se adentra con frecuencia en Cisjordania zigzagueando
el territorio para proteger asentamientos judíos, de manera que
la longitud total de la barrera es de 709 kilómetros.