El Periódico 18 de Octubre de 2009
Una vez más, Marruecos ha efectuado un gran despliegue policial y militar en el Sáhara Occidental, la antigua colonia española que ocupa desde 1975. En esta ocasión, el objetivo es impedir que se celebren manifestaciones de apoyo a los siete destacados militantes saharauis detenidos el pasado día 8 por haber viajado a los campamentos de refugiados del Frente Polisario en Tinduf (Argelia).
Los activistas están acusados de «conspirar contra el
Estado» marroquí y de «atentar contra los
intereses de la nación», según un comunicado del
Ministerio del Interior que ponía claramente de
manifiesto el enfado mayúsculo de las
autoridades del reino por el encuentro que
mantuvieron con los líderes del Polisario, algo
visto desde Rabat como un desafío intolerable.
Los militantes, entre ellos conocidas figuras como Brahim
Dahán y Alí Salem Tamek, fueron arrestados tras
desembarcar en el aeropuerto de Casablanca,
desde donde pretendían tomar un segundo vuelo
con dirección a El Aiún (Sáhara Occidental).
Según fuentes saharauis, fueron sometidos a
duros interrogatorios policiales hasta el pasado
viernes, cuando fueron transferidos a la prisión
de Salé, junto a Rabat.
Fuentes del Frente Polisario en Madrid afirmaron que los
activistas detenidos deberán responder ante la
justicia militar marroquí porque «las
autoridades no hallan en la legislación civil
ninguna acusación para condenarlos». Asimismo,
Rabat extrema el celo en sus fronteras para
evitar nuevas salidas de independentistas al
exterior.