La "provocación" de seguir desalojando palestinos en
Jerusalén Este
Laura
Villena
Agencia DPA 6 de Agosto de 2009
El desalojo de
dos familias palestinas de sus casas situadas en el Este de
Jerusalén ha saltado a la arena pública como una nueva
"provocación" del gobierno israelí. A las inmediatas
condenas de Washington y Bruselas se sumaron hoy las del
presidente palestino, Mahmoud Abbas, que volvió a reclamar
"el carácter árabe" de Jerusalén.
Vivían allí
desde hace más de 50 años y la madrugada de este domingo
tuvieron que abandonar sus casas por la fuerza rodeados de
uniformes del ejército israelí y ver con sus propios ojos
cómo los colonos judíos sacaban uno por uno sus muebles y el
resto de sus pertenencias.
No son los
primeros y seguramente no serán los últimos, pero los 70
miembros de las familias Al Ghawi y Hanoun que viven en el
barrio árabe de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este, son las
nuevas víctimas del avance por la fuerza que el gobierno de
Israel lleva a cabo en los territorios palestinos desoyendo
las llamadas y condenas de la comunidad internacional.
Abbas aprovechó
la apertura de la primera convención de su partido Al Fatah
hoy en Belén para referirse a la ciudad y recordar que
Jerusalén "ha estado sufriendo desde el inicio de la
ocupación las consecuencias de la campaña (israelí) para
eliminar su carácter árabe".
"Los desalojos
se han incrementado durante los últimos meses" desde que el
nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu subió al poder en marzo
y el nuevo alcalde de Jerusalén -el secular y nacionalista
Nir Barkat- fue elegido el año pasado, recordó Abbas.
"Lamentamos
mucho" la expulsión de las familias palestinas de sus casas,
dijo este lunes la secretaria de Estado norteamericana,
Hillary Clinton, que tachó la iniciativa israelí de
"provocación" antes de reunirse con el minsitro de Asunto
Exteriores jordano Nasser Yudeh.
"He repetido en
varias ocasiones que los desalojos y la demolición de casas
en Jerusalén Este no responden a una obligación de Israel",
dijo Clinton después de que la Corte de Justicia israelí
declarase en marzo que los judíos son los verdaderos
propietarios del territorio.
Este tipo de
iniciativas "no sólo no son bienvenidas, sino que las
condenamos y esperamos que se paralicen inmeditamente", dijo
por su parte el ministro jordano.
La presidencia
de la UE reiteró también su "seria preocupación sobre las
constantes e inaceptables expulsiones en Jerusalén
oriental", especialmente la de este domingo.
Las dos
familias, refugiados de la guerra árabe-isrelí de 1948,
vivían en las casas desde mitad de los años 50 después de
que el gobierno jordano y la Agencia de las Naciones Unidas
para los refugiados palestinos se las concediera en base a
un proyecto de asistencia a los refugiados del conflicto.
El asunto se
enquista, una vez más, en el reclamo de los colonos judíos
de los derechos de propiedad anteriores a 1948, año en el
que Jerusalén Este pasó a ser administrada por Jordania
después la guerra. En 1967 la ciudad pasó a estar bajo
administración israelí lo que ha favorecido hasta hoy el
avance judío sobre las barriadas árabes.
En esta ocasión
ha sido una organización judía la que acudió a la Corte de
Justicia israelí para reclamar la propiedad de las casas
alegando que les pertenecían desde antes de 1948. De nuevo,
la justicia volvió a apoyarse en "órdenes de construcción
ilegales" para arrebatar las propiedades a los palestinos.
La de este
domingo fue sólo una de las 28 unidades residenciales que
tienen amenaza de desalojo. Varias organizaciones judías
tienen previsto seguir avanzando en lo que la organización
"Coalición por Jerusalén" llama "la campaña del desalojo y
la demolición forzosa" en Sheij Jarrah.
La amenaza de
desalojo pesa hoy en día sobre 51 familias palestinas que
suman en total unos 500 residentes. En su lugar, dice
Coalición por Jerusalén, Israel tiene planes para un nuevo
asentamiento judío: Shimon Hatzadik.
El antiguo
primer ministro israelí Ehud Olmert, que el año pasado
abandonó el cargo por acusaciones de corrupción, defendía la
idea de hacer concesiones en Jerusalén, una política que el
alctual primer ministro ha girado en defensa de la "enterna
indivisible" capital de Israel.
Los palestinos
insisten en que Jerusalén Este es un territorio ocupado y
por tanto Israel tiene la obligación, en base a la cuarta
Convención de Ginebra, de mantener su 'status quo'
geográfico y demográfico.
Desde la
llegada de Netanyahu al poder los desalojos y las
demoliciones se han repetido en numerosas ocasiones. El
pasado 26 de julio colonos judíos invedieron una propiedad
en Sheij Jarrah, mientras varias demoliciones se han llevado
a cabo desde abril en Beit Hanina, la Ciudad Antigua y otras
zonas de Jerusalén Este.