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Italia. Epicentro del Crimen, la Mafia y el Catolicismo

Ulises Casas Jerez 

Escuela ideológica 16 de Diciembre  de 2009
 

       Desde un análisis histórico objetivo, materialista, la situación histórica de Italia actualmente, no es sino la continuidad de su particular proceso econónomico, social y político, en el contexto de la Europa de los primeros tiempos.

       El acontecimiento último responde a ese proceso dentro del cual podemos enumerar hechos como la corrupción del Vaticano en la época de los Borgia; el Vaticano se convirtió, bajo la dirección de esos Papas, en un lugar en donde se llevaba a cabo lo más execrable de la condición humana y todo ello por la cabeza de la Iglesia católica. Lutero se atreve a denunciar semejante situación y se rebela contra el Papa y su centro de corrupción. La aparición del protestantismo tiene en la corrupción del Vaticano uno de sus principales elementos de existencia; el principal fue el proceso del desarrollo de las fuerzas mercantiles y precapitalistas del modo de producción capitalista.

En la era moderna, en Italia se han generado las más poderosas fuerzas de la mafia y el crimen organizado. Al sur del país, en Sicilia, se ha producido un fenómeno económico, social y político, consistente en el empobrecimiento de la Isla a manos de terratenientes semifeudales que robándole la tierra a los campesinos los han llevado no solo a la ruina sino a que algunos de ellos se conviertan en bandidos pagados por esos terratenientes a fin de sostener ese robo. Cuando esos bandidos ya no le sirven a los terratenientes, éstos pagan para que los asesinen.

        En una valiosa investigación, el historiador Giuseppe Carlo Marino ( Historia de la Mafia- un poder en las sombras-Ediciones B, S. A.- 2002), pone de presente la alianza entre latifundistas y organizaciones criminales y luego de los partidos políticos con las mismas para hacer frente al crecimiento de las organizaciones comunistas de mediados del siglo pasado. La Socialdemocracia Cristiana se destaca en esa alianza. Entre la Iglesia católica y el Partido de la Socialdemocracia Cristiana se hizo un frente político y criminal contra las fuerzas políticas de los comunistas y los socialistas italianos. En esa dirección el dirigente socialdemócrata cristiano Giulio Andreotti hace de agente político del crimen y la mafia en sus cinco períodos como Primer Ministro del gobierno italiano; en la misma forma actúa Bettino Craxi, presidente del Partido Socialista Italiano. Los dos sirven los intereses de la mafia más violenta de Italia. El dirigente Aldo Moro, también de la socialdemocracia, dejó consignado, cuando estuvo secuestrado por las Brigadas Rojas, que Andreotti era “un hombre nacido para hacer el mal”.

       En ese proceso histórico italiano se llega al actual Primer Ministro a quien un individuo le asesta un golpe en la cara y que ha dado para noticias diversas en el mundo. Quien llevó a cabo ese acto no obedece a orientaciones políticas de clase alguna pero sí es una situación a la que se llega debido a esa misma historia de los italianos. En efecto, el actual Primer Ministro es la continuación de esos otros que venimos reseñando. En su posición política se ha adueñado de los medios de comunicación, del poder judicial, del poder legislativo que dicta leyes en provecho individual del mismo. El Primer Ministro ha llegado al poder en similar forma a como lo hicieron Andreotti y similares, de manos del poder criminal de la mafia italiana, hoy más poderosa que nunca gracias al enriquecimiento que produce el tráfico de la droga.

       La justicia italiana, en cabeza de algunos de sus miembros honestos, procesó a Andreotti y Betino Craxi, pero los altos tribunales absolvieron al primero; al segundo lo condenaron a 5 y 3 años de prisión, pero logró huir de Italia y posteriormente murió al norte de Africa.

      Refiriéndose a Andreotti, el historiador Marino afirma: “¿quién se imaginaria de verdad al catoliquísimo Andreotti apostado detrás de un muro, con la gorra en la cabeza y la “lupara” al hombro?. Sin embargo, su situación es objetivamente tal que de muy poco le serviría incluso una eventual absolución de los tribunales por una benévola consideración, en el ámbito de un juicio histórico, de su papel de primer plano entre las fuerzas nacionales e internacionales que, en aquellos años, en un país de soberanía limitada como Italia, que era también uno de los más expuestos campos de batalla de Occidente, estimaban que la mafia era un instrumento decisivo e imprescindible para batir al comunismo y ganar la guerra fría“. Sin embargo, también muchos dirigentes “comunistas” imitaron a los de la socialdemocracia y el socialismo italianos.

      Los políticos que representan la fuerza y los intereses del capitalismo siempre irán de la mano del crimen y las grandes mafias: todos ellos son capitalistas o son sus representantes. Cuando escribimos “La Propiedad Privada ante la Delincuencia” no pensamos que ahora mismo siguirían vigentes nuestros análisis. El método del materialismo dialéctico es algo de profunda validez indefinida.

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Ulises Casas Jerez  casasulises@hotmail.com

 

 

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