Elecciones en Honduras: Un lobo sin piel de oveja
Giovanni Beluche
Argen Press
2
de Diciembre de 2009
El nuevo hijo
de la dictadura hondureña se llama Porfirio Lobo, un
hacendado oligarca cuyo ilegítimo mandato surge del
circo electoral organizado por la dictadura cívico
militar. Este Lobo sin piel de oveja, fue partícipe
directo del golpe de Estado que derrocó al presidente
Manuel Zelaya y con su apoyo a la dictadura respaldó los
asesinatos y desapariciones de activistas de la
resistencia popular.
A
diferencia de este agente de los militares, el
candidato independiente a la presidencia Carlos H.
Reyes, al igual que decenas de aspirantes a puestos
de elección, renunció a la candidatura por no
haberse restablecido el orden constitucional que
garantizara elecciones libres y democráticas
La farsa
electoral celebrada el domingo 29 de noviembre, fue
fraudulenta desde sus inicios, en un entorno marcado
por allanamientos de organizaciones sociales, presos
políticos, muertos, desapariciones, cierre de radio
emisoras y atropellos constantes a los derechos
humanos. El Tribunal Supremo de Elecciones está
dirigido por títeres de los golpistas, el Congreso
es una cárcel donde los diputados de oposición no
pueden acercarse por amenazas de que serán
detenidos, las calles están tomadas por el ejército
y reprimen brutalmente cualquier intento de
protesta. El propio domingo de las votaciones se
denunció que el gobierno trajo militantes de ARENA
de El Salvador a votar en Honduras. El TSE
desapareció la tinta indeleble de muchos recintos
electorales, por lo que una persona podía votar
varias veces en diferentes mesas y extendió el
horario de votaciones, en su desesperación por la
falta de concurrencia de electores.
Este es el
escenario de la pantomima electoral avalada por
míster Obama y sus cachorritos Oscar Arias, Álvaro
Uribe, Ricardo Martinelli y Alán García. El resto de
América Latina ha reiterado que no reconocerá al
ilegítimo gobierno surgido de las armas y no de las
urnas.
A pesar de
las amenazas y de los casi 31.7 millones de dólares
gastados por el régimen para convencer a los
hondureños de que fueran a votar, el pueblo del
hermano país le respondió con un 65% de
abstencionismo, sin contar los 110,000 votos nulos o
en blanco. El Frente Nacional de Resistencia contra
el golpe puede sentirse satisfecho por el trabajo
realizado durante cinco meses de oscurantismo. Toca
ahora reafirmar la solidaridad internacional,
redoblar la denuncia del gobierno ilegítimo y en
Honduras encaminarse hacia una asamblea nacional
constituyente, libremente elegida, que reconstruya
el país sobre bases de justicia social y plena
vigencia de las libertades democráticas.
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