:Cuando
en Afganistán se defendían los derechos de las mujeres.
EHKomunistak
UCNR
7 de
Diciembre de 2009
La prensa y los gobiernos occidentales han encontrado ya
un nuevo "Satán" que sustituye a los obsoletos
Milosevic, Sadam Hussein, Gaddafi...: el terrorista
islámico Bin Laden que les sirve para legitimar nuevas
aventuras militares avivando los bajos instintos y la
ignorancia de la opinión pública ¿Sabe alguien que dicho
terrorista es un colaborador de la siniestra agencia de
espionaje CIA desde 1979? ¿Sabe alguien que en
Afganistán hubo de 1978 a 1992 un régimen progresista
que protegió activamente los derechos de las mujeres?
¿Sabe alguien que para derrocarlo el gobierno USA creó y
armó una corriente fanática integrista a la que hoy
atribuye los atentados del 11 de setiembre?
Queremos que se conozca el drama del pueblo afgano en
las vísperas de una nueva situación dolorosa y que
aparezcan al descubierto todas las maniobras sucias
realizadas por el imperialismo USA para someter y
sojuzgar a dicho pueblo.
Afganistán: su tremendo atraso feudal
Afganistán ha sido y hoy sigue siendo uno de los países
mas atrasados del Mundo caracterizado por la pobreza de
su población, su heterogeneidad étnico cultural, sus
relaciones sociales arcaicas y el dominio ejercido por
una casta de señores feudales que se apoyan en la
religión musulmana para autolegitimarse. Según datos de
UNICEF en 1969 la tasa de mortalidad de niños menores de
5 años era la mayor del mundo: 380; la tasa bruta de
mortalidad infantil era de las mayores: 30; la esperanza
de vida era de 33 años. El atraso era padecido
especialmente por las mujeres: en 1960 el 15 % de los
niños acudía a la escuela pero únicamente el 2 % de las
niñas. En 1970 el 13 % de los hombres estaba
alfabetizado y sólo el 2 % de las mujeres.
El país era una monarquía de tipo medieval que ejercía
un poder escaso y nominal sobre un conjunto de señores
de la guerra y dirigentes étnicos y tribales asimismo
dueños de la tierra.
En 1973 el rey Mohammed Zahir Shah fue derrocado por su
primo Mohammed Daud que estableció un régimen
republicano. Dicho régimen permitió la actividad de un
Partido Comunista llamado Partido Democrático del Pueblo
de Afganistán (PDPA), que tenía su base en la escasa
intelectualidad urbana, los poco numerosos estudiantes y
algunos oficiales del ejército. Su programa se centraba
en la reforma agraria, la liberación de la mujer y la
alfabetización de la población a desarrollar por un
gobierno de ?obreros, campesinos, intelectuales
ilustrados y progresistas, artesanos, la pequeña
burguesía y los capitalistas nacionales?.
El nuevo régimen no sacó al país de su atraso y en 1978
intentó suprimir el PDPA.
La revolución de abril.
Sus partidarios en el ejército contraatacaron y
derrocaron a Daud tomando el poder. El PDPA era un
pequeño partido de 15 mil militantes dividido en varias
fracciones. Una de ellas se hizo con el control del
gobierno y reprimió a sus rivales. El fundador del
partido Mohammed Taraki fue asesinado y varios miles de
sus militantes encarcelados. Sus abusos echaron a los
brazos de la oposición feudal a un sector campesino.
Pero el principal peligro viene de la contrarrevolución
activamente apoyada y armada por la CIA norteamericana.
El gobierno USA y su CIA estimulan la creación de grupos
terroristas formados por señores feudales afectados en
sus privilegios por las reformas progresistas impulsadas
por el PDPA en el gobierno. En 1978 la CIA instala en
Islamabad (Pakistán) un cuartel general encargado de
dirigir la guerra y el terrorismo contra el gobierno
comunista. El asesor del presidente Carter Zbigniew
Brzezinski coordina el suministro de armas a los
terroristas. El agente de la CIA Louis Dupree dirige los
instructores que adistran a terroristas en 120 campos de
entrenamiento creados en Pakistán. La CIA coordina una
coalición de gobiernos reaccionarios involucrados en
esta guerra contra Afganistán: servicios secretos de la
OTAN, Israel, Arabia Saudita y por supuesto la dictadura
pakistaní. La ayuda que reciben las bandas terroristas
era de mil millones de dólares anuales, proporcionados
en su mayoría por los USA. Esta masa de dinero sirve
para crear un fuerte movimiento integrista y extremista.
Ante la magnitud de la ingerencia extranjera la URSS
decide intervenir militarmente para sostener el gobierno
afgano y depurar la camarilla que había cometido graves
abusos.
En 1979 el rico saudí Usama Bin Laden colabora
estrechamente con la CIA en la guerra sucia. Bin Laden
integra las filas del Partido Islámico de Gulbudin
Hekmatyar, antiguo jefe de la organización reaccionaria
Hermanos Musulamanes también conectado con la CIA.
Hekmatyar y sus terroristas se dedican a quemar vivos a
campesinos, a destruir cientos de escuelas y hospitales,
puentes y mezquitas. Otros jefes contrarrevolucionarios
son ricos señores feudales: Mojaddedi era dueño de 2000
hectáreas, Mohammed Nabbi además estaba conectado con el
Mossad sionista, Rabani era además exportador de
alfombras. Son teólogo-terroristas que emplean el Islám
para recuperar sus tierras y volver a explotar a los
campesinos pobres.
Las reformas progresistas de la Revolución.
Los comunistas afganos tomaron medidas para sacar al
Pueblo del atraso y la miseria. En un primer momento
distribuyeron tierra a 250 mil campesinos, abolieron
todas las deudas contraidas por los campesinos con los
terratenientes, liberaron 8 mil presos políticos,
declararon la educación universal para ambos sexos. La
tasa de mortalidad infantil de menores de 5 años pasa de
380 en 1960 a 300 en 1988; el 80 % de la población
urbana accede a servicios de salud; el 63 % de los niños
y niñas realizan integramente el curso escolar en
1985-87; la esperanza de vida pasa de 33 años en 1960 a
42 en 1988. Centenares de miles de personas son
alfabetizadas. Se aumenta en un 50 % el número de
médicos, se dupkica el total de camas en los hospitales;
se crean por primera vez jardines de infancia y casas de
reposo para los trabajadores.
El gobierno comunista se esfuerza en sacar a las mujeres
del tremendo atraso y opresión que sufren: el
analfabetismo femenino es reducido del 98 al 75 % y
miles de mujeres afganas dejan de usar el chador. Se
incorporan a la producción e integran los destacamentos
populares de defensa de la revolución con las armas en
la mano. Los afiliados del PDPA que practican la
poligamia son expulsados del partido. Incluso se
incorporan a la vida política: las mujeres son una
décima parte de la militancia del PDPA, cifra
insuficiente pero que es un gran avance en comparación
con la exclusión absoluta que sufren hoy bajo el régimen
de los talibanes. La vicepresidenta de la Unión de
Mujeres Democráticas Safika Razmiha declaró en 1988:"si
no se logra la igualdad de la mujer en nuestra sociedad,
es imposible avanzar por el camino del progreso social.
Muchos miles de mujeres afganas aún están encerradas en
los harenes, millones ocultan su rostro bajo el chador y
el 75 % de ellas son analfabetas. La revolución afgana
realiza un ingente trabajo para emancipar a la mujer.
Pero la correlación de fuerzas es todavía favorable a
los atrasos feudales".
Pero la prioridad es la guerra.
Pero es la guerra subversiva y terrorista a gran escala
la principal preocupación del gobierno progresista y del
Ejército Soviético que intentan defenderse de las
oleadas de fanáticos que se lanzan desde los campos de
Pakistán. De 1978 a 1986 destruyen casi 2 mil escuelas y
31 hospitales, saquean 906 cooperativas campesinas,
destruyen empresas, centrales eléctricas y 41 mil km. de
líneas de comunicación. Los que el presidente USA Reagan
llama "luchadores de la libertad" entrenados por la CIA,
Bin Laden entre ellos, se dedican a matar sin piedad
mujeres, niños, ancianos, clérigos partidarios del
gobierno, maestros. Matan al superior de la mezquita
central de Kabul Maulan Abdul Hamid. Envenenan a cien
adolescentes de 14 a 18 años de un liceo femenino de
Kabul. Explotan bombas en una plaza comercial llena de
gente, en un cine cuando se proyectaba una película para
niños. Destruyen aviones civiles de la Afgan Airlines y
otras compañias con los misiles Stingers norteamericanos
y Blowpipes ingleses. Mas de 200 pasajeros son
asesinados sin derecho al despliegue propagandistico de
que son objeto los pasajeros de los aviones secuestrados
el 11 de setiembre. La guerra está apoyada por la
propaganda. En relación al pueblo afganos emiten 8
emisoras gubernamentales dirigidas por "Radio Kabul
Libre" filial de la radio de la CIA la "Voz de America"
instalada en Pakistán en lenguas afganas.
Los USA consiguen agotar a la URSS en esta guerra de
desgaste en la que los asesinos integristas matan a
miles de soldados soviéticos. En 1989 el traidor
Gorbachov decide abandonar a su suerte al gobierno
comunista retirando el Ejército Rojo sovietico.
Investigadores norteamericanos reconocen que la CIA y el
servicio secreto pakistaní ISI trabajaron intensamente
codo a codo para derrocar dicho gobierno e instalar un
poder integrista islámico . Para los años 90 miles de
terroristas árabes son veteranos de esta guerra sucia y
están dispuestos a aplicar sus métodos criminales contra
la población campesina y lo soldados de Argelia, los
cristianos coptos de Egipto, los civiles serbios y
croatas y los comunistas de Bosnia-Herzegovina,etc.. La
implicación de la CIA en la creación de ese foco de
fanatismo dirigido contra los progresistas, los
comunistas y la URSS es absoluta. La CIA pagaba los
salarios de 4200 funcionarios de los partidos de
oposición.
Caída de la esperanza y llegada del caos.
La oposición llamada en Occidente, incluso por la
izquierda "de salón" "Resisencia", que no es mas que un
amasijo de 300 comandantes enfrentados entre si y
acostumbrados a llenarse los bolsillos con los dólares
de la CIA, termina en 1992 por derribar el gobierno
comunista. Las conquistas sociales son liquidadas y el
país pasa a un nuevo tipo de guerra civil entre los
diferentes jefes tribales.
La CIA, el régimen saudí y el general pakistaní
Nasrullah Babar forman un grupo integrista aún más
fanático y brutal que toma el poder en Kabul en 1996,
los talibanes. Los USA pretenden que este régimen no
dificulte la instalación de oleoductos que transporten
el petróleo centro-asiático a manos de las petroleras
yankis. Otras vías alternativas por Irán y China no son
posibles. Los talibanes hacen saber mediante dos gestos
lo que va a ser su política: arrastran por las calles de
Kabul y cuelgan al último presidente comunista,
Najibullah, y ordenan a las mujeres a esconderse debajo
de de una espantosa pieza de tela. Sus antiguos amos de
la CIA pensaron seguramente que su operación había
tenido éxito y que Kabul "ya era libre". Poco imaginaban
y tampoco sus aliados de la OTAN que los fanáticos
integristas se iban a volver contra ellos cometiendo los
devastadoras atentados de EEUU y otros lugares.
El pobre pueblo afgano tuvo una oportunidad de obtener
un desarrollo pacífico y construir una sociedad más
justa. La única ayuda que recibieron de Occidente fue
las armas de los bandidos integristas, después las
lágrimas de cocodrilo de algunas feministas
pequeñoburguesas, los misiles de Clinton y hoy una nueva
agresión contra el régimen que los propios occidentales
contribuyeron a instalar. Pobre pueblo. Nuestro recuerdo
para sus valientes hijos comunistas y patriotas.
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