Las bases militares USA en Colombia.
R retroceso histórico y amenaza a la soberanía nacional
Apolinar Díaz – Callejas
Argenpress.info
El pueblo de Colombia y todos los sectores sociales estamos bajo el
peso de la tremenda angustia y el monstruoso terror que ha originado
el anuncio oficial del gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez de
entregar a los Estados Unidos de Norteamérica, al gobierno del
presidente Barack Obama, espacios e instalaciones y armamentos para
que los Estados Unidos utilicen y ensanchen a su medida de potencia
militar y atómica, para montar modernas bases militares, de tierra,
aire y mar en territorio y mares colombianos, disque para proteger a
los colombianos y al gobierno del presidente Uribe Vélez.
Esto es una repetición vulgar y grosera de la imposición del poderío
militar gringo en Colombia desde el momento mismo de la
independencia. Apenas 30 o 35 años después de nuestra propia
independencia del poderío español Estados Unidos y sus Fuerzas
Militares ya estaban en territorios colombianos, específicamente en
la zona de Panamá en la que se veía técnicamente el espacio para la
construcción del Canal de Panamá.
Los gringos llegaron para pasar del Océano Atlántico al Pacífico, de
su propio territorio y unir por transporte marítimo su población de
la Costa Atlántica con la población de la Costa Pacífica. Desde el
primer momento hubo acuerdo técnico universal de que el mejor sitio
para el canal interoceánico estaba en Panamá, que se había
constituido como República independiente y que luego se incorporó
voluntariamente a Colombia. Los años y la realidad mostraron que
siendo Panamá el territorio adecuado para el canal interoceánico,
debería convertirse desde el principio en nación independiente y
autónoma, vecina y amiga de Colombia, pero independiente totalmente
y autónoma, como realmente lo es ahora.
Las continuas guerras civiles de los terratenientes, comerciantes y
empresarios colombianos, que se expresaron en el Partido Liberal,
Partido Conservador y la Iglesia Católica, llevaron a decenas de
guerras civiles y mantuvieron al país en el más grande atraso y
dificultaron la obra del canal de Panamá que uniría en América a los
dos grandes océanos del mundo. Todo esto culminó, lamentablemente en
la última guerra civil colombiana de fines del siglo XIX, conocida
como la Guerra de los Mil Días, que se inició en los últimos años de
ese siglo y terminó en 1903.
Dada la brevedad de este artículo sobre el propósito manifiesto y en
plena ejecución del presidente Uribe Vélez de entregar siete bases
militares, aéreas y marítimas colombianas a las fuerzas armadas de
los Estados Unidos, para que desde ellas y desde territorio
colombiano ejerzan vigilancia y control militar y aérea sobre
nuestro propio territorio y el de los países de la América Latina y
del Caribe. Es la más vulgar entrega de la soberanía nacional de
Colombia que yo como historiador estoy apenas conociendo. ¿ A cambio
de qué entrega Uribe Vélez a los Estados Unidos el manejo soberano
que tenemos de nuestras fuerzas militares, entregándole territorios
en siete regiones de Colombia para que funcionen bases militares,
aéreas y de guerra que dominaran totalmente a Colombia , liquidaran
su soberanía nacional y servirán de base de ataque militar y
agresión a todas las naciones Sur Americanas y del Caribe y,
posiblemente, hasta a naciones de África que quedará bajo el fuego
de guerra de la aviación norteamericana. Pareciera que la idea de
los militares norteamericanos y de los dirigentes de los dos
partidos de ese país, el Republicano y el Demócrata, es crear un
nuevo imperio norteamericano, unos Estados Unidos tan poderosos que
ocuparán directamente con sus tropas y armamento el territorio de
Colombia y otras naciones del continente, a lo largo y en lo que
queda del siglo XXI, tal como lo hicieron en el siglo XIX y parte
del siglo XX. La política y acuerdos militares de Uribe con el
gobierno de Estados Unidos es que desde ahora, a principios del
siglo XXI, Estados Unidos asuma el control total político y militar
del Continente Americano, el Caribe y de las naciones africanas que
están a todo lo largo del Océano Atlántico en África y Europa. Este
proyecto sería de más poder político, económico y militar de los
Estados Unidos que el que tuvo en el siglo XIX y parte del siglo XX.
Es el anuncio anticipado de que Estados Unidos en el siglo XXI dará
un gran salto en su poder económico, mayor que el que dio en los
siglos XIX y XX para apoderarse de gran parte del territorio mundial
y mantener bajo dominio militar, naval, aéreo, comercial, bancario y
económico en todos los órdenes, a la totalidad de la América del Sur
y del Caribe, así como para controlar la soberanía y desarrollo de
las naciones africanas que están en las costas del Océano Atlántico.
Es, a mi juicio, el alcance secreto del proyecto norteamericano y
del presidente colombiano Álvaro Uribe, que lo más a que podrá
aspirar, realizados los objetivos norteamericanos, es disfrutar los
beneficios económicos que el proyecto le dé o llorar en las montañas
del Departamento de Antioquia su culpa en el desastre continental
que está propiciando.