“La monarquía es el mayor obstáculo para la regeneración democrática”
En
su ponencia de junio en Getafe1 dentro de las Jornadas Republicanas,
habla de radicalidad democrática. ¿A qué se refería?
‘Hoy
en día, se habla de democracia sólo a efectos electorales, es decir, que la
democracia es sinónimo de elecciones. Para mi, radicalidad democrática es la
intervención de toda la ciudadanía en todos los aspectos que le afecta. En
la democracia hay que decidir, sobre economía, política exterior, política
interior, etc. El concepto de democracia no es posible sin sujetos iguales, si
hay gente que no puede participar en igualdad de condiciones porque no tiene
acceso a la información o porque considera más perentorio buscarse la vida
para poder comer. La democracia se establece entre ciudadanos y es un ente
libre de las ataduras de lo perentorio.
¿Estamos
lejos de la III República?
“En
principio si, pero en estas cuestiones basta una chispa para que el concepto de
‘democracia’ se entienda como algo revolucionario. Esto que hay no es
democracia; algunos dirán: “¡oiga usted!, con Franco...” y sí, esto es
mejor que lo de Franco. Pero aquello era la dictadura fascista y lo que tenemos
ahora es solo un régimen de libertades muy restringidas, donde la separación
de poderes no existe; el ejecutivo manda e impone al judicial y al legislativo,
no hay garantía de igualdad pura todos ante las leyes, la corrupción anida sin
problemas. Este país necesita una regeneración democrática y su obstáculo
mayor es la monarquía, que es la institución que permite a los de la
dictadura fascista seguir mandando”
¿Cuál
ha sido la principal aportación de la Constitución del 78 a la historia
reciente de España?
“Si
enlazamos los dos últimos periodos democráticos (la II República y la etapa
actual tras la. muerte de Franco), yo diría. que ninguna, porque esto es sólo
una restauración alfonsina; hay un bipartidismo, se restaura una monarquía
declarada ilegítima e ilegal por las Cortes Constituyentes de la II República
el 21 de noviembre de 1931 -dejaba sin ningún derecho a Alfonso de Borbón y
sus sucesores-, más lo dicho antes de la separación de poderes, la concentración
de los medios de comunicación, la desigualdad en la aplicación de la
Justicia, el discurso de la España Etema, etc Por eso, esta Constitución es un
retroceso respecto a la Constitución republicana Claro que si lo comparas con
la dictadura se avanza; eso es lógico”.
¿Y
cuál ha sido la evolución de la Constitución de 1978 desde sus tus inicios
hasta hoy?
“En
los primeros años todos los partidos podían hablar, habla manifestaciones,
huelgas... Era un momento en que nos hacía pensar que estábamos recibiendo
aire purísimo Pero, con los años, se impuso la Constitución real española,
la clase dominante, los prejuicios, las sinergias, la vuelta de la iglesia católica...”
¿Está
justificado el miedo a tocar el texto constitucional?
“Yo
no entiendo ese miedo que algunos justifican diciendo que se puede imponer una
Constitución más de derechas. Eso es absurdo, cuando ya el actual texto está
degenerando en una práctica de derechas. De qué sirve que diga el texto que
los españoles tienen derecho al trabajo, que hable del valor vinculante de los
convenios colectivos o que especifique que sólo las Cortes Generales son las
que dan permiso y declaran la guerra, etc., si todo eso se lo pasan por
las narices cuando quieren. De qué sirve que esté escrito, si luego no se
cumple”.
¿Podría
llegar el cambio de la mano de tas actuales manifestaciones antiglobalización?
“Yo
defiendo la lucha contra la globalización neocapitalista en nombre de los
derechos humanos, pero eso implica instaurar en España una democracia real y
eso es incompatible con la actual Constitución. Y no nos engañemos, cuando
llegaron las elecciones municipales, el PP ha resistido y muy bien. En las
manifestaciones, las calles se llenan de gente, pero hay muchos más ciudadanos
que se quedan en sus casas y que no se movilizan. Por ejemplo, la guerra en
Iraq debe ser cuestión de todos los días, no se puede pasar página; pero
también la izquierda cae en eso de ‘ahora, a otra cosa’. No se puede pasar
página osando tenemos un gobierno que ha engañado al país. La izquierda no
puede someterse a los ritos y métodos que marcan los demás. Los medios de
comunicación no señalan el pulso de la actualidad; tan sólo reflejan la
opinión de los poderosos. Ese es el problema. Hay que volver a la denuncia
con lenguaje y valores propios, y
con orden del día propio”.
¿La tensión principal para la Carta Magna proviene de la armonización de intereses de las comunidades autónomas?
“Somos un Estado plural, y eso se ha de reconocer, se ha de dialogar con los nacionalismo sin imponer el nacionalismo castellano-español. Construir es diálogo en busca del acuerdo. Por ejemplo, al País Vasco no se le han transferido 40 competencias, se quiere contundir el PNV con ETA y muchas cosas más. A mí me gustaría saber quién está detrás de ETA”.