El Rey de España y la guerra: Llamazares se equivoca

Ramón Cánovas
Rebelión

Con ocasión de la entrega de los Premios Nacionales del Deporte, el Rey de España se ha pronunciado sobre la guerra de Irak formulando su deseo de que ésta termine cuanto antes y con el mínimo de pérdidas humanas. A la vez que pedía a los partidos políticos españoles, un esfuerzo para el dialogo y el entendimiento. IU por boca de Llamazares, se ha apresurado a elogiar la intervención de la Corona contraponiéndolas con la posición del gobierno español.

Pero esta apreciación de Llamazares no la comparto y seguro que la inmensa mayoría de los que están saliendo a la calle contra la guerra, tampoco.

El Rey Juan Carlos, no dice nada que no este diciendo el gobierno. No ha dicho nada de la intervención unilateral, ni ha puesto en duda la legalidad al margen del Consejo de Seguridad; y mucho menos, de la posible ilegalidad Constitucional española. Todo lo que ha dicho el Rey lo repite el gobierno todos los días: Que ellos quieren la paz (de los vencedores). Que quieren que la guerra acabe cuanto antes (que se rinda el ejército de Irak). Y que tenga el menos coste posible de vidas. Con todo ello se intentaría legitimar la irregularidad criminal de partida. Y como guinda, pide un esfuerzo de los partidos políticos para el entendimiento. Entre las dos posiciones que había en el Consejo de Seguridad de NN.UU. no puede haber término medio. Por un lado intervenir a toda costa y por el otro, seguir con las inspecciones. He llegado a oír a un economista en la cadena SER decir, que la intervención se tenía que haber hecho en diciembre pasado, pasando del engorro de la ONU. Pues cuanto antes se hiciese la ocupación de Irak, antes empezaría la recuperación económica de Occidente. Esto una vez más deja bien a las claras el interés económico y la falacia del desarme y la liberación. Luego consenso pluripartidista en dos posiciones tan radicalmente contrarias es imposible. El rey a balón pasado, lo único que hace es falsa retórica y pedir que copiemos lo que está pasando en el Consejo de la Unión Europea. Es decir, lo hecho, hecho está, y volvamos a la normalidad parlamentaria. Algo inaceptable para cualquier ciudano minimamente racional. La posición de todas las fuerzas políticas parlamentarias que se han opuesto a la invasión de Irak, debería de ser de radicalidad democrática, a saber: Después de las masivas manifestaciones de los españoles y teniendo en cuenta que el PP, partido mayoritario, se ha colocado en la ilegalidad del derecho internacional, no podemos reconocer la representatividad de este parlamento. Por lo tanto, o se convocan elecciones generales anticipadas o abandonamos las funciones parlamentarias y seguimos convocando a movilizaciones ciudadanas. ¿Serian capaces los del PP de estar haciendo funcionar durante un año a un parlamento con la asistencia de un solo partido? Pero aunque no se llegue a tanto, simplemente con que los partidos de centro izquierda lo hiciesen, el Parlamento quedaría deslegitimado.

Volviendo al tema central del Rey, no podemos olvidar su discurso del 6 de enero por la Pascua Militar, en el que sus principales argumentos fueron la supuesta inseguridad de las "naciones libres" y el terrorismo. Los mismos argumentos que machaconamente viene repitiendo la administración Bush y el gobierno de España en cada una de sus intervenciones. De esta forma a través del gobierno y el rey de España, tenemos los altavoces de la extrema derecha Norteamericana.

Y a todo esto va Gaspar Llamazares, Coordinador general de IU, y le parece aceptable políticamente las últimas declaraciones del Monarca. IU ya debería de haber denunciado el discurso del Rey de la Pascua Militar por pro-partidista, pro-gubernamental (¿neutralidad?) y seguidísimo de intereses económicos extranjeros. Porque no cabe duda que el discurso estaba en la línea de ir preparando a la opinión pública para la intervención militar que ya se tenía pensada. Ya que IU no lo hizo la denuncia en la primera ocasión, si debería de haber levantado la voz contra la última intervención del Rey. Porque también éste debe ser objeto de estudio para la posibilidad de exigirle responsabilidad judicial. Por su silencio como mando supremo de las fuerzas armadas (art. 62. h de la Constitución española) en una guerra al margen de la Carta de Derechos de NN.UU. También tenemos el artículo 63.3 por la que el Rey declara la guerra y hace la paz, previa autorización de las Cortes Generales. Si el rey entiende que el gobierno le está usurpando una función formal, pero constitucional, o se opone o está avalando una irregularidad. Y si esto fuese así, también sería susceptible de responsabilidad judicial.

En las manifestaciones contra la guerra, hay una creciente posición republicana que se nota en el auge de banderas. Y que apoco a que impulsáramos el debate racional, la opción republicana ganaría posiciones. 25 años son más que suficientes de Constitución pre-democrática. Se nos metió la monarquía y otras deficiencias constitucionales, como si fuese un convenio de empresa. Esto de bueno, esto de malo, lo tomas o lo dejas. En una sociedad democrática no cabe una institución hereditaria. Y en la sociedad española, debemos lanzar el debate racional de la solución a las deficiencias democráticas.

Y por último, la neutralidad institucional que se le supone a la Monarquía parlamentaria, deja mucho que desear. Sus posiciones en cantidad de ocasiones en temas importantes, son claramente conservadoras y partidistas. Y el único que le llamaba la atención de vez en cuando, era Julio Anguita. La monarquía se comporta como lo que es de origen, una institución conservadora, absolutista y a veces, reaccionaria.

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