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No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia. Juan Carlos «El Rey»
El
príncipe tonto
Eduardo Haro Tecglen
El País 15/01/05,
Hablo de Harry, tercero en la línea de sucesión al trono en Gran Bretaña. Todos los periódicos han reproducido la foto del tonto vestido con uniforme alemán, cruz gamada en el brazo, en una fiesta. Como la gente es mala con los de sangre real, dicen que no fue una broma, sino una nostalgia.
Es verdad que los Windsor fueron siempre germanófilos, y que Eduardo VIII, rey por unos días, propiciaba la alianza con Hitler para combatir a Stalin; le quitaron de rey diciendo que "estaba" con una divorciada y se quería casar con ella, Wallis Simpson, americana: pero el fondo de la cuestión estaba en que ella había sido amante de Von Ribbentrop, y trabajaba para ellos.
Cuentan que
una vez desposeído del mundo y casi exiliado, conforme con su título de duque
de Windsor, aún conspiraron él y su esposa, que ni siquiera pudo ser morganática,
para que cuando Hitler invadiera Gran Bretaña le colocase de rey. Como Pétain
en Francia. Hay más Windsor casados con nazis, pero todo eso se tenía más o
menos olvidado en el cajón de las vergüenzas hasta que este principillo de
veinte años ha salido del armario. Fastidiosa casa real británica.
Siendo tan inútil profetizar el pasado, se puede imaginar, aunque sea tan
mentira como la de quienes nos explican el presente. Si Eduardo VIII hubiera
conseguido la alianza del Reino Unido con Hitler y Pétain hubiera prosperado en
Francia, la alianza contra Stalin hubiera prosperado; las batallas podrían
haber sido triunfales, y hubieran conseguido dominar toda Europa, con una
princesa Anastasia cualquiera -hubo varias optantes, todas falsas; pero en estos
casos siempre se puede elegir la menos falsa, la más nazi-, sería la Zarina de
Todas las Rusias, Ucrania incluida, y Chechenia y todo lo demás.
Hubieran
desposeído a Roosevelt de la presidencia; Truman, que le heredó, hubiera sido
muy favorable a una Europa nazificada, que le dejaba sin el problema del
comunismo, que era su único y verdadero enemigo -los 14 puntos del presidente
Wilson se hicieron frente a los planes globales de Lenin, a partir de la Primera
Guerra Mundial-; y España hubiera sido franquista. Es posible que en estas
fechas estuviéramos en una Europa unida, con otra constitución, o declaración;
y que en el Pardo, y en palacio real, nos gobernase el führer, o caudillo,
Aznar.
Ufff, no fue así. Pero, en el fondo, ha salido muy parecido.