Alfredo Gómez Gil

Por segundo año, en el paraje de Llueves (Cangas de Onís), se conmemora hoy la muerte del rey Favila a manos de un oso. Hecho que supuso el punto de arranque simbólico del sentimiento republicano en Asturias. Por este motivo, Alfredo Gómez Gil se encuentra en Gijón, donde pronunció ayer una conferencia invitado por el Ateneo Republicano de Asturias, que preside Francisco Prendes Quirós.

-¿Cómo ve la situación política actual en el país?

-Está bastante delicada. Hace 25 años era impensable lo que está ocurriendo con los estados de autonomías porque está derivando a un tajante separatismo. Es una situación difícil porque nada de esto estaba previsto.

-¿Ve contradictorio la desunión que hay en España con la aceptación de la Constitución europea?

-Es una reacción por parte de algunos de homologar la poca unidad española y ver su posible salvamento en la Constitución europea. Este planteamiento lo veo erróneo porque algunos políticos que lo propugnan han conseguido mucho para Euskadi o Cataluña.

-Quizás, el principal inconveniente con el que se encuentran es que no haya un concepto claro de República.

-En la actualidad, el pensamiento republicano está más cerca que nunca de una visión real, pues todas las anomalías que están sucediendo en este país con la República se habrían saldado.

-¿Qué opinión le merece la Familia Real?

-Lo que ha hecho la Monarquía es empeorar la situación, pero, como algunos dicen, es inofensiva pero costosa y que da un mal ejemplo de decencia a los ciudadanos. Además, no sirve como familia modélica para los españoles, ya que los gastos son desorbitados. Lo que hoy se acepta con transigencia y se intenta ignorar puede que provoque una chispa y dé un vuelco a la situación.

-¿Cómo se vería un cambio de la Monarquía por la República?

-Si fuese debido a un desastre, el republicano tiene perfecto derecho a culpar ese sistema impuesto de Monarquía. Si hubiera un cambio de solución, el español no le debería nada a la Monarquía, pues no ha hecho nada porque está totalmente obsoleta y realiza un papel testimonial.

-¿Los españoles tienen miedo a un posible cambio?

-La caída de la Monarquía implicaría una hecatombe económica y, como se entiende que hoy se vive bien, cualquier miedo hace que sea mejor dejarlo todo como estaba.

-La situación monárquica de España, ¿es comparable a la de otros países?

-En los casos de Reino Unido, Suecia o Noruega, allí la Monarquía ha hecho cosas por el pueblo. En Japón, si no hubiese sido por el emperador Hirohito, los americanos conscientes del peligro no hubiesen tirado más bombas atómicas.

-Después de tantos años fuera de España, ¿cuál era la visión política que se hacía?

-Desde EE UU, la Monarquía se la tomaban a broma porque es algo que no les entra en la cabeza. Esto no quita para que sean un poco hipócritas y la ilusión de las jovencitas norteamericanas es casarse con un aristócrata europeo.

-Como emigrante que ha sido, ¿qué opina de la situación actual en España?

-La emigración hoy está muy mal organizada, ya que dentro de Europa cada país tiene distintos compromisos. Cuando yo me fui hacía falta tener un contrato de trabajo.