Alameda, 5. 2º Izda.   Madrid   28014   Teléfono:  91 420 13 88    Fax: 91 420 20 04                                                                         Correo   

  No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia. Juan  Carlos «El Rey»   

Carta al príncipe don Felipe de Borbón

Carta al aspirante a jefe del Estado Español y jefe de las Fuerzas Armadas

Miguel Ángel Gómez * Febrero 2005

Es mi intención establecer una comunicación sincera, entre las dos únicas personas que conozco, que aspiran a ser jefes de estado, usted y yo. Por supuesto, no seré yo quien niegue entre l@s español@s su legitimidad a la hora de aspirar a llegar a la jefatura del estado español, ni a usted, ni a ningún otr@ candidat@, como es lógico.

         Esta democracia parlamentaria y monárquica nos la trajeron con muchas concesiones y sufrimientos nuestros padres. Unos, renunciaron al monopolio absoluto y violento del poder y los otros, a no pedir cuentas por la gestión de ese monopolio.

        Nuestros padres, lo definieron como la reconciliación nacional, así lo decidieron y así se ha respetado. Tenían el objetivo común, de abandonar definitivamente una etapa de la historia española, gris y dolorosa. Ellos, trabajaron por abandonar esa etapa, a nosotr@s, nos queda trabajar porque el abandono de esa etapa sea definitivo.

        El NODO con su color gris, con esa turbia síntesis del blanco y negro, no domina la vida de l@s ciudadan@s español@s como en la época de nuestros padres. Nuestras circunstancias, conceden a nuestra generación el privilegio de poder defender con más libertad las ideas propias, y aspirar a tener mas capacidad de elegir y ser elegid@, incluso, a tener capacidad de revocar lo elegido.

        En mi opinión, lo que nuestros padres llamaron transición es una obra inacabada y que corresponde a nuestra generación, llevarla a buen puerto y darle un bonito final.

        En cualquier caso, podrá compartir conmigo que algo quedaba por hacer, cuando siendo adolescente le costaba entender por qué no podían ser alguna de sus hermanas mayores las que cargaran con la pesada tarea de ser jefas de estado. Lógicamente, el acceso de las mujeres de su familia a la jefatura del estado, es una cuestión que apoya sin matices. Vivió en primera persona que era injusto.

        Mientras yo tenga que defender mis derechos como aspirante (espero y deseo contar con su apoyo) a ser elegida jefa de estado, estoy obligada a considerar que la transición esta por cerrar. Nuestros padres dejaron para mañana la consulta popular sobre la España Republicana, sobre la elegibilidad de la jefatura del estado y las garantías de los derechos sociales, para todas y todos sin excepciones. No era el momento, consensuaron casi todos.

        Se consensuó en la época del NODO, en la que muchos padres juraban lealtad al movimiento, en blanco y negro, muchos por obligación, pero siempre rodeados de ese penetrante y turbio manto gris del pasado.

        Usted y yo, somos ese mañana que espera a la desaparición de ese manto gris, a dar el relevo a una generación que creció atenazada por el miedo. Que creció en la guerra fría, que se educó con el miedo a que en cualquier momento viniesen los grises o los rojos, según el caso. Esa realidad, para las nuevas generaciones, forma parte de la historia del siglo pasado. Nos corresponde construir el siglo XXI, con ambición, prudencia, sin aceptar chantajes, ni imposiciones, sin miedo.

        Le pido su apoyo para mi legitima aspiración, se que usted podría ayudarme, su formación y su influencia entre muchos españoles haría que muchos más me escucharan.

        Sepa usted; que comparto su decisión de elegir un modelo familiar menos tradicional, sin interferencias de ningún tipo. No deben repetirse los viejos y recientes sucesos de su homólogo noruego, obligado a renunciar a su condición de aspirante a jefe de estado de su país por elegir a una compañera inadecuada. Me comprometo a defender la eliminación de cualquiera de los actuales obstáculos legales al respecto, que también los hay en España.

        Tengo presente, que ninguno de los dos, hemos elegido con libertad nuestro destino, hemos heredado compromisos de otros, tomados en otras circunstancias y con muchas tareas pendientes por hacer. Además, se nos exige estar a la altura de las nuevas circunstancias.

        Justo en este momento de intimidad, hablando de las tareas pendientes, me surge un fuerte sentimiento corporativista con usted, ya que sea quien sea el elegido, nos han dejado un trabajo muy duro por hacer.

        Está demostrado que trabajar más de 35 horas semanales aumenta la siniestralidad laboral. Sería bueno que evitáramos, por tanto, el estrés en nuestro trabajo, que colaboremos fraternalmente para que avance del tren de la historia. Compañero, le sugiero también que se sindique, yo, ya 10 he hecho. Necesitaremos también protección sindical, que nos respalde ante el más exigente de los jefes, la sociedad.

        Tendremos que ganamos la demostrada generosidad de la sociedad, para que no nos apliquen la creciente lacra del "mobbing". Estoy seguro que sabe de lo que hablo, por eso, en este tramo de la carta le trato con absoluta sinceridad, además de usted, de compañero.

        El tren de la historia, lleva casi treinta años esperando un empujón, para llegar a la estación de la libertad, de la igualdad y la fraternidad solidaria, entre todas las personas y todos los pueblos que conviven en España. Algunos, un tanto ambiciosamente, lo llaman segunda transición. Y no es que yo me oponga a una segunda transición, así que debemos damos prisa, en empezar a terminar lo empezado, por la transición.

        Es debate público, con el apoyo de su familia, de la necesidad de reformas constitucionales, también en lo concerniente al acceso a la jefatura de estado y garantizar el acceso de la mujer a la jefatura, siempre y cuando sea su hija. Comparto con usted, que el hecho de que las mujeres puedan ser aspirantes, es una reforma progresista, pero compartirá conmigo que si solo afecta a sus hijas, es una reforma absolutista.

        No hemos esperado casi treinta años para un paso progresista, tan poco progresista. Si me permite la metáfora: Aunque este treinta años mirando la Torre de Pisa, juraría que la Torre no se mueve. Cierto es, que los entendidos aseguran que el progreso de la inclinación de la Torre continúa. En cualquier caso, de una cosa estoy segura, no tengo tiempo para ver un progreso, tan poco progresista y esperar a que se caiga. Me han dado casi ochenta años de esperanza de vida, así que entenderá que tenga un poco de prisa.

No obstante, existen más reformas constitucionales que podríamos impulsar juntos, hay algunas que no son debate público en estos momentos y que creo de interés impulsarlas, para la cohesión y la igualdad de oportunidades de tod@s l@s ciudadan@s y no sólo hablar de la necesaria cohesión de los pueblos que componen España.

Hablo de la reforma de los artículos constitucionales que se refieren a las cuestiones sociales y que, afortunadamente al menos, usted tiene garantizadas: empleo estable, vivienda publica digna, sanidad personalizada, formación integral... .Creo en definitiva importante una reforma social que de garantías a tod@s l@s español@s, e imponga su cumplimiento a cualquiera (sea usted o yo) que sea elegido como sucesor del actual jefe de estado.

Usted goza de todos los derechos. Considero que en lo que a usted se refiere la transición cumplió su objetivo, es por ello que entiendo que la transición para usted sea una cuestión del pasado, pero no para much@s español@s.

Somos much@s, l@s que aspiramos a que el estado garantice los derechos constitucionales y estoy segura que usted compartirá conmigo que deben extenderse esos derechos de forma plena a tod@s l@s ciudadan@s: vivienda, trabajo, educación, sanidad de calidad, democracia participativa, respeto a la libre decisión a un planeta ecológicamente sostenible y donde la paz sea un medio y un fin.

No obstante, no puedo ocultarle que me gustaría debatir con usted, algunos de los derechos constitucionales que disfruta en exclusividad. Los derechos constitucionales son para tod@s y seguro que comparte conmigo lo peligroso que seria la generalización de alguno de ellos, me refiero por ejemplo, al derecho constitucional para su persona de estar por encima de la ley.

Creo que cualquiera de los dos, el que salga elegido, incluso antes de salir elegidos, podemos firmar un escrito conjunto, y renunciar a estar por encima de la ley. Ser los primeros en respetar la máxima constitucional, de que tod@s l@s español@s somos iguales ante la ley.

Somos más de la mitad los que vivimos en el Reino de España y no votamos la Constitución; no teníamos capacidad de votar y muchos ni uso de razón, incluso ni habían nacido. Tenemos derecho por lo tanto a opinar sobre como dar por finalizada la obra inacabada, conocida como Transición.

Es importante, que temas tan serios como los que nos ocupan, los tratemos de forma distendida, puesto que la pregunta que tengo que realizarle, es muy seria:¿Está dispuesto a apoyar un referéndum en el que los españoles podamos decidir entre elección o sucesión?

Atentamente

 

 Una joven española, la república. Una democracia participativa, solidaria, federal.

 Una constitucionalista, republicana

-------------------------

* Como consecuencia de un error involuntario inicialmente como autor del presente artículo, figuraba Miguel Jordá, cuando realmente el autor del mismo es Miguel Ángel Gómez,  por lo cual, pedimos las disculpas pertinentes, a los lectores y en especial a Miguel  A. Gómez autor del mismo. . 

Página de inicio