Correo  

Alameda, 5. 2º Izda. Madrid   28014 Teléfono:  91 420 13 88 Fax: 91 420 20 04     

No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   

¿Libertad de expresión acerca de la Monarquía? 

 

Milagros Rubio *

 

Deia 17 de Noviembre de 2007

 

quema de fotografías, humor crítico, separación matrimonial, incidente diplomático… Coinciden estos días diversas noticias sobre la monarquía española, que nos llevan a hacernos una pregunta sin fácil respuesta: ¿Existe libertad de expresión acerca de la monarquía?

Este año han tenido lugar algunas expresiones públicas, algunas de ellas a mi juicio poco afortunadas en las formas, en contra de la monarquía española, incluyendo quemas de fotografías. Más allá de la discrepancia de las formas, hemos podido constatar en algunos medios de comunicación un tratamiento pacato del fondo de la cuestión. El tema fue motivo de escándalo, no tanto por el hecho de quemar fotografías, que es lo que personalmente me produce rechazo, sino por quemar fotografías de miembros de la Casa Real. En otras ocasiones, manifestaciones más numerosas, habían quemado fotografías de significados políticos, y la noticia, si lo fue, apenas adquirió relieve. Al margen de cualquier debate sobre monarquía o república, que no tiene cabida en un tratamiento tan manido de cuestiones anecdóticas, lo sucedido fue respondido con una magnificación de los hechos y con una exageración mediática de las virtudes de la monarquía española.

¿Qué decir de la condena de dos periodistas por el hecho de sacar una viñeta supuestamente erótica de los príncipes de Asturias aludiendo a una medida gubernamental de fomento de la natalidad? Aprovecho estas líneas para mostrar mi solidaridad con dichos periodistas, por lo que tiene de ataque a su libertad de expresión, pues, por lo demás, creo que se habrán visto beneficiados de tanta propaganda gratuita.

Posteriormente, no hace demasiado tiempo, una periodista sugirió la posibilidad de que los duques de Lugo se separasen. Las desavenencias de la pareja eran un secreto a voces, pero el adelanto de lo que ahora ha resultado ser una comunicación real de separación, también provocó encendidos debates y salvaguardas monárquicas. Debates que, en todo caso, amén de mantener el intocable pedestal de la realeza, mostraban la timorata posición respecto a un hecho tan cotidiano y nada censurable como es el divorcio o la separación matrimonial.

Pero quizás ha sido en el incidente habido entre el Rey y el presidente de Venezuela en la Cumbre Iberoamericana, donde la reacción ha sido, a mi entender, más desmedida. Y donde puede observarse con más nitidez una actitud exenta de toda objetividad y naturaleza informadora. ¿Alguien que no lo supiese previamente, ha podido enterarse estos días de cuáles eran las críticas del presidente de Venezuela o del ex presidente de Nicaragua a las multinacionales españolas en Latinoamérica, si son ciertas las cuestiones que decían o no? ¿Alguien ha obtenido datos a través de los medios de comunicación, del fondo del debate? Lo único que ha obtenido relevancia, ha sido la actitud del monarca español. Actitud, cuya censura es tabú. Al monarca no se le puede tratar, por lo visto, como a un ser humano aunque su reacción haya demostrado que lo es.

Y para ello, para evitar que se pueda juzgar correcta o incorrecta diplomáticamente la actitud del Rey, los que se quejan de recibir insultos vilipendian al contrario que, en este caso, es Chávez. Y mi consideración al respecto, está al margen de la opinión sobre el rumbo del gobierno populista del mandatario venezolano. Pero el hecho es que a raíz del incidente, se está fomentando el antichavismo por el antichavismo, sin entrar a explicar qué y quiénes gobernaban Venezuela antes de Chávez. En todo caso, sería preciso debatir cuáles son las alternativas con las que cuentan las ciudadanas y ciudadanos de dicho país, para tener criterio al respecto. Sin embargo, no. Que sin análisis de ningún tipo se tire a dar en el Partido Popular, no llama la atención. Si el que era su líder pretendió que la Unión Europea validara el intento de golpe de Estado contra Chávez, no van a andarse ahora con análisis finos. Pero, ¿a qué obedece la actitud del gobierno socialista y de la mayoría de medios de comunicación? No creo que sea a una repentina visión sobre el país venezolano que precisan trasladar al conjunto de la ciudadanía. Al igual que con la quema de fotografías y con la separación de los duques, parece deberse a una irracional posición ultraprotectora de la intachable actitud en todo tipo de materias de la monarquía española. Olvidando, por otro lado, que parte de la simpatía que algunos miembros de la familia real proyectan socialmente, incluso en sectores manifiestamente republicanos, se debe, precisamente, a que venían ofreciendo una imagen más de gente normal, digamos, que otras monarquías. Pero vayamos al fondo de la cuestión, ¿cuál es?

El artículo 56.3 del título II de la Constitución Española, nos ofrece la respuesta en su primera frase: La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Ahí está el fondo de la cuestión. El Rey, no es como el resto de ciudadanos y ciudadanas españoles. La igualdad de los ciudadanos ante la ley, que ya queda en entredicho por el mero hecho de que la corona es hereditaria, se resiente ante este articulado constitucional. Y crea mentalidad que unida a miedos e inmovilismos, conlleva actitudes tan poco sinceras como muchas de las que escuchamos y leemos estos días. Con este proceder, además de poner en entredicho la libertad de expresión acerca de la monarquía, a quienes somos republicanos, nos confirman nuestros argumentos.
-----------------


* Es miembro de Batzarre y concejala de NaBai en el Ayuntamiento de Tudela

 

  Página de inicio 

 

 

Webstats4U - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares