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la Iglesia Católica
TEODORO FERNÁNDEZ
Diario de León
LA PLATAFORMA en defensa de
la Escuela Pública de León considera que los últimos planteamientos de la
Conferencia Episcopal justifican cada vez más nuestra posición de que la
escuela debe ser laica, y advierte que si no se rectifica la Loce, la Iglesia
Católica transmitirá sus ideas discriminatorias a todo el alumnado a través
de la asignatura de religión y su alternativa, que entrarán en vigor el próximo
mes de septiembre.
La disposición Adicional segunda, de la Loce establece un área o asignatura
obligatoria de Sociedad, Cultura y Religión que comprenderá dos opciones:
una, de carácter confesional, y otra, de carácter no confesional que se
refieren íntegramente al estudio del «hecho religioso». Así pues, durante
catorce años, desde la educación infantil hasta 1.º de bachillerato
inclusive, todos los alumnos y alumnas estudiarán obligatoriamente religión,
en una de las dos opciones. En adelante, la alternativa a la clase de religión
será también religión.
El pasado 17 de diciembre se publicó en el BOE el currículo de la asignatura
de religión en su versión confesional, con las directrices y contenidos
fijados por la Conferencia Episcopal Española. En él se establece que se
estudiarán, desde el punto de vista de la moral católica, asuntos como el
divorcio y su problemática, a los doce años.
De la vida actual: manipulación genética, aborto, eutanasia, pena de muerte,
drogas y alcoholismo, entre los 14 y 15 años; y en otros cursos, por ejemplo,
el fin básico de la sexualidad. Todo ello con unos contenidos que condenan
comportamientos perfectamente legítimos y legales en nuestra sociedad y
difundiendo contravalores como la discriminación de la mujer, la intolerancia
hacia otras opciones sexuales y una concepción estrecha de la familia, que
margina a cientos de miles de familias. Resulta inadmisible que en el siglo
XXI todo eso se pueda impartir en las escuelas.
En los decretos de desarrollo de la nueva Ley donde se fijan los currículos
de las enseñanzas comunes, se concretan los de la opción no confesional de
Sociedad, Cultura y Religión, y la Conferencia Episcopal, también ha
intervenido de manera directa en la elaboración de sus contenidos, porque
aunque en asuntos de guerra y paz el Gobierno del Partido Popular no parece
muy dado a secundar las directrices de la Iglesia Católica, en estos temas,
se adhiere con entusiasmo a las posiciones más nacional católicas de la
jerarquía eclesiástica. Entre otros, se tratarán temas como: La oración,
la actitud religiosa, los lugares de culto, las fiestas religiosas, los ritos
y sus formas, la estructura básica de la religión, el temor y fascinación
de lo religioso...
En esa opción no confesional se defienden y exaltan los valores religiosos
por encima de cualquier otro pensamiento, presentando el hecho religioso como
una fuente -la única fuente- que da sentido al mundo y a la existencia
humana. Se valora positivamente todo lo relacionado con las religiones y sus
opciones éticas y, al contrario, todas las demás opciones ideológicas, como
la moral ilustrada, el humanismo secularizado, el cosmopolitismo y la aspiración
a la paz universal... que cuentan con un importante acervo en la lucha por la
emancipación y los derechos humanos, de las que apenas se habla, quedan casi
siempre asociadas, cuando aparecen a conceptos negativos: «Intentos
totalitarios de abolir la religión, manipulación totalitaria de las
conciencias... destruyendo las creencias religiosas», «el ateísmo de
Estado. La catástrofe moral de los totalitarismos».... Al estudio del
laicismo se le dedica tan sólo un breve apartado, y únicamente en el primer
curso de bachillerato.
La alternativa que se propone, y tal como se propone, dando la misma finalidad
educativa a un estudio supuestamente laico, y a una enseñanza confesional,
por definitición catequética y dogmática, constituye un atentado a la
libertad ideológica o de conciencia y vulneran gravemente la Constitución
Española. No es de recibo para nadie, sea o no creyente, que el Estado haga
dejación de sus funciones aceptando en sus centros la intervención de las
autoridades religiosas en la elaboración del currículo y la elección del
profesorado-catequista, los tribunales de Justicia lo vienen reiterando con
sentencias que ruborizan a propios y extraños. Por todo ello, rechazamos,
rotundamente el área de sociedad, cultura y religión, y exigimos al
Gobierno, una vez más, que recitifique la Ley Orgánica de Calidad,
eliminando la asignatura de religión del currículum escolar. Estamos de
acuerdo con las conclusiones del artículo de Jorge Volpi, publicado el 26 de
enero en El País :«Una de las obligaciones del Estado consiste en
defender la libertad religiosa de sus ciudadanos, pero ello no sólo implica
respetar las ideas de cada uno, sino impedir que un individuo o un grupo
intente imponer sus creencias a los demás». «Tal y como Jesús expulsó a
los mercaderes del Templo, nosotros debemos expulsar a los dioses de las
escuelas... el único ámbito posible para la religión debe ser el privado:
el de los hogares, los templos y las organizaciones confesionales». «La única
forma de convivir pacíficamente en nuestro tiempo, a pesar de nuestras
diferencias, consiste en mantener un espacio público laico -libre de dogmas
absolutos- donde cada uno acepte que solo posee una verdad parcial que
necesita confrontar y armonizar cada día con las verdades parciales de los
otros».
En la escuela pública deben fomentarse los valores cívicos y democráticos,
que pongan a todas las personas en plano de igualdad, que enseñen a defender
y respetar los derechos individuales, y que contribuyan a cumplir las
obligaciones ciudadanas. La escuela pública debe ser laica para que pueda ser
lugar de encuentro de todas las culturas e ideologías, sin prevalencia de
ninguna: debe servir para inculcar el verdadero respeto hacia las ideas de los
otros, la verdadera tolerancia, la verdadera búsqueda de la igualdad
defendiendo cada uno sus intereses por medio del diálogo y la razón.
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