AUTOESTIMA         

Miguel Jordá 

          El ideal de la República es un estímulo para conquistar los Derechos individuales y colectivos. No nos podemos conformar con lo que tenemos. No es suficiente lo que concedió el postfranquismo. La Transición  se acabó. El trauma lo superamos, nuevas generaciones emergen y salen republicanos de debajo de las piedras. Los mayores pierden el miedo superando malos recuerdos y los jóvenes descubren un nuevo futuro.

          La República es lo que molesta al P.P y a otros reaccionarios que existen, porque será fruto de los avances, trabajo y conquista de “las gentes”, no resultado de la retórica, ineficacia de los adictos al régimen constitucional, o sea del despotismo ilustrado.

          En este error del despotismo ilustrado, también caen muchos republicanos de toda la vida, que se creen que no haciendo mas que hablar en círculos cerrados de amiguetes que se “auto- quieren y odian” al tiempo esperan disfrutar no se sabe bien cuando, cómo, ni de qué manera  la herencia de Don Manuel Azaña. Se consideran los puros, pero son incapaces de ver y recomponer lo actual y menos el futuro. Para ellos la República no es mas que una ilusión, un regalo que no se sabe como les caerá del cielo. Su esfuerzo de conquista no vá mas allá de una comida, alguna cena u horas de tertulia autescuchándose los tópicos de siempre. Su sacrificio no llega al bolsillo por tanto su acción inútil,  a estas alturas resulta inoperante e ineficaz.

          Es la sociedad civil la que tiene que tomar la iniciativa del proyecto común que será la III República con realizaciones prácticas de solidaridad en el esfuerzo. Reconstruir el edificio colectivo por encima de los poderes fácticos. Se trata de la dedicación de muchos empujando la sociedad, asociaciones, ateneos, partidos, no solo enarbolando la bandera tricolor, que dá sentido visible, representativo, pero no suficiente. Ya no es solo exigible la memoria histórica. El trabajo hoy es la exigencia de la movilización. La República como Justicia y Libertad es tema  prioritario.

          No basta ya la curiosidad intelectual o la búsqueda de la justificación ideológica, es la forma y el fin de la necesidad del esfuerzo y sacrificio para construir el futuro.

          Que muchos españoles se desentiendan de sus responsabilidades sociales republicanas solo se explica por un trauma que no es facil extirpar del imaginario colectivo por el terror de la dictadura criminal que para muchas familias perdura.

          Si con la Constitución actual no existe la separación de poderes, ni  todos somos iguales ante la ley, no queda otra solución, para dejar de ser plebeyos y súbditos, que dar un patadón ideológico a los leguleyos actuales para conquistar la República en el camino de la Justicia y autoestima individual y colectiva para tener la identidad propia que nos lleva a ser distintos,  frente a los que mantienen el juramento que hicieron de los falangistas “Principios del Movimiento” sobre la Biblia con el Ejército y la Iglesia.

          Hemos de promocionar y propulsar la Cultura republicana porque la incultura se promociona sola. No podemos quedarnos con los tópicos de la memoria histórica, como si el 14 de Abril del 31 hubiese sido un acto espontáneo ignorando el trabajo de décadas y vidas sacrificadas de miles de personas  que lucharon contra la borbónica dictadura de Primo de Rivera. Recordar a los grandes que lo fueron como Don Manuel, Maciá, Marcelino Domingo, Estanislao Figueres, Pí i Margall y  Salmerón  de la I República. Hoy, hay que pasar al análisis de la realidad actual, de los 25 años de la Constitución y reivindicar lo que nos pertenece.

          Pensando y expresándonos en términos republicanos dificilmente lo entiendan o asimilen los políticamente correctos, demócratas de toda la vida  porque lo hacemos en una sociedad maniatada en la que impera la corrupción de intereses económicos y politicos, heredados de los pactos consensuados con nocturnidad y alevosía y que hoy no se quieren replantear democráticamente a la luz del día, como si la Constitución fuese algo inamovible, resultando más una losa que un edificio moderno con balcones y ventanas, puertas abiertas por donde entre la luz y el aire.

          Hoy los partidos políticos, en el Parlamento y oficialmente no pueden reivindicar la República, consecuencia de la legalidad concedida para su participación en la formulación de la Constitución del Reino de España.

          Otra cosa es que muchos militantes y ex militantes de partidos históricamente republicanos puedan y deban estar presentes en el esfuerzo y sacrificio para conquistar la Democracia que solo con la III República laica y federada el pueblo pueda conquistar.

          En Unidad Cívica por la República puede asociarse todo aquel que quiere trabajar para conseguirla, aceptando en lo esencial lo que en su manifiesto inicial de Septiembre del 2002 se expresa y el contenido del manifiesto por la III República de 15 de Noviembre de 2003 redactado tras  amplio debate.

          En U.C.R. a nadie se le pregunta de donde viene, estamos abiertos al diálogo siempre .  Intentamos analizar constantemente el porqué y el cómo de tantas cosas que han ocurrido y ocurren en este País llamado España.

          Se puede ser de derechas y republicano. Lo que es imposible es de izquierdas y monárquico.

     Enero 2004                                                                           Miquel Jordá

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 << Ser ciudadano es un asunto ético, antes que político. La democracia no son unas elecciones, unas instituciones. La democracia es antes que nada la ciudadanía; lo demás viene por añadidura.,>> 

<<...el discurso nacional español es una horma fijada y fosilizada que nos ahoga a muchos hasta temer por nuestra supervivencia. Y todo ser vivo preferirá siempre amputarse un miembro a perecer. >>        

<< Porque “Españoles todos” nos decía el viejo asesino, el que se murió en una camilla atormentado por sus propios deudos, al que no conseguimos derrocar, el que no conseguimos llevar a juicio (¿Y qué jueces lo juzgarían y condenarían? ), el amo de nuestra derrota, el que quizá no nos dejó completamente atados, pero sí amedrentados, encogidos. El que nos hizo españoles, como Yagüe amenazaba hacer a los catalanes: “Catalanes, los nacionalistas os vamos a hacer españoles”. Luego les dijeron “Catalanes, hemos fusilado a vuestro presidente”: fueron españoles sin presidente. Derribaban gente contra un paredón al grito de “Arriba España” los bajaban al hoyo en la tierra, siempre humilde; tierra que ellos elevaban a patria soberbia que querían eterna y que ellos renovaban con sangre; patria terrible. 

<< Pí i  Margall, ese chaval.   Poco se ha celebrado en este país de centenarios los cien años de la muerte en Madrid de Pí i Margall el 29 de abril. No es justo, pues fue ministro y Presidente del Gobierno en la I República, un momento apasionante politicamente. Y también es una lástima porque, además de ser un personaje interesantísimo Pí fue un intelectual del siglo XIX, con su reglamentaria barba blanca, pero un varón que sin embargo se conserva estupendamente. Está tan fresco que no vale resumirlo en unas frases, en un resumen de sus ideas, sino que hay que leerlo. Sin embargo, a Pí no se le lee ni se le cita porque no forma parte de la biblioteca de la memoria nacional española, antes al contrario, ni de nuestra democracia.

Su figura merece lugar en la memoria de las figuras más interesantes en la HISTORIA DE LOS HETERODOXOSOS ESPAÑOLES de Menendez Pelayo, y su pensamiento forma parte de la biblioteca del pensamiento democrático más genuíno y sentido, pero choca con el actual encogimiento español.   

Del libro  ESPAÑOLES  TODOS   Autor Suso de Toro      Ed. Penísula / Atalaya.


 
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