Memorial
Democrático, ¿qué es eso?
Víctor
Díaz-Cardiel
Mundo
Obrero, Noviembre 2004
El
autor de este artículo, Víctor Díaz-Cardiel, miembro del Comité Federal del
PCE, reivindica una verdadera memoria democrática de todas y cada una de las
atrocidades cometidas durante el golpe militar, la guerra civil, la dictadura, y
valorar a fondo también el oscuro tránsito de la transición política.
Había
pensado que la decisión del Gobierno socialista de crear una Comisión
Interministerial para lograr la rehabilitación “moral y jurídica” de los
represaliados del franquismo se aplicaría en serlo, con rigor en la búsqueda
de la verdad (¡queremos saber la verdad!) de lo ocurrido tras larguísimos años
de la dictadura, después del largo período de pacto del olvido de la transición
para que , al cabo de 60 años de la liberación de París y del fin de la
guerra civil, se monte un desfile - Día de la Hispanidad el pasado 12 de
octubre- como el montado por el señor Bono en el que un soldado de la división
Leclaire pase junto al lado de otro soldado de la división azul, que fue a
luchar en defensa del totalitarismo nazi: indignante, sencillamente indignante.
La victoria de los aliados tuvo un sentido muy particular para los españoles,
sr. Bono.
Acaso,
¿no es la liberación de París y el final de la Segunda Guerra Mundial la
victoria de la democracia? Sin embargo, la democracia española no vio ondear al
viento sus banderas en las conmemoraciones oficiales.
Acaso,
sr. Bono ¿no era la derrota del fascismo en Europa? Sí, pero no en España. El
mundo aclamaba la paz, pero en España seguía habiendo dictadura insaciable y
cruel... La alegría de la Liberación de París se detuvo en los Pirineos,
Después, transcurridos 60 años, se homenajea a los españoles que habían
luchado en defensa de la legitimidad de la II República y contra el fascismo en
Europa en París, y el sr. Bono organiza un desfile .... de vergüenza ,indigno
¿Da todo lo mismo? No importa la verdad.
Piensa
el sr. Bono que la democracia y la justicia española se construyen sin memoria.
Había
mandado recientemente mi opinión a cerca de un memorial democrático que sobre
la memoria histórica propiciaban el gobierno de la Generalitat de Cataluña
junto a fundadores y asociaciones catalanas. He repasado esas notas remitidas a
la Fundación Pere Ardiaca y creo que después de ver el desfile, que mis
palabras pueden interesar a los/as lectores/as de “Mundo Obrero”
Memoria
democrática
Si
el mismo nombre lo dice. Y esa es, en efecto, la voluntad de los/as
organizadores, que habría que hacer Una verdadera memoria democrática de todas
y cada una de las atrocidades cometidas durante el golpe militar, la guerra
civil, la dictadura, o sea, llevar a cabo algo que hasta el momento no se ha
hecho; valorar a fondo también, pasados ya suficientes años, el oscuro tránsito
de la transición política.
Esto
debería consistir en el reconocimiento, en una primera instancia, de todos/as y
cada una de las personas que padecieron debido al Golpe de Estado de 1936, en la
guerra civil posterior, en las cárceles de todo tipo, en campos de concentración,
en el exilio, en ese largo y terrible periodo de la historia de este país.
En
el libro “El futuro no es lo que era”, de Felipe González y José Luis
Cabrera, Felipe González reconoce:
“...
que de lo único que se arrepiente – a buenas horas mangas verdes- en sus años
de gobierno, es el no haber rendido el homenaje debido a los exiliados y a las víctimas
del franquismo”. Se siente responsable de no haber suscitado un debate sobre
nuestro pasado histórico y la guerra civil en el momento en que probablemente
era más oportuno
Ni
siquiera lo hubo durante el 50 Aniversario del comienzo y del final de la guerra
civil (1986-1989); además, González dice en el libro citado que no hubo, no ya
exaltación, ni siquiera reconocimiento de las víctimas del franquismo, y por
eso hoy “(...) me siento responsable de parte de la pérdida de nuestra
memoria histórica, que permite ahora que la derecha se niegue”.
Companys,
Grimau…
El
anuncio de restituir el honor del Presidente Companys y la conmemoración del 64
aniversario de su fusilamiento, realizado por el gobierno socialista el pasado día
15 de octubre me parece acertado. Por lo mismo, considero que el mismo gobierno
debería restituir el honor de Julián Grimau que en 1963 era acusado de un
delito de “Rebelión Militar” que se remontaba a la guerra civil.
Julián
Grimau fue sometido el 18 de abril a un consejo de guerra, que dictó pena de
muerte, al día siguiente. El Consejo de Ministros presidido por Franco -en el
que estaba Fraga Iribarne, hoy Presidente de la Xunta de Galicia- ratificó
secretamente la sentencia de muerte de Julián Grimau, que fue ejecutado a las 6
de la mañana del día 20 de Abril. Escarmiento y venganza de Franco y su
gobierno contra un comunista, pero al tiempo contra la libertad y la democracia.
Sesenta
años del final de la guerra mundial transcurridos para “parir” un espectáculo
como el del día 12 de octubre. 26 años no son bastantes para acometer, de
verdad, la rehabilitación, la restitución del honor de estos indomables
luchadores por la libertad y la democracia. No han transcurrido suficientes años
para la constitución de memoriales democráticos que permitan recuperar del
olvido la trágica experiencia de la dictadura y sus consecuencias, así como la
memoria de los millares de hombres y mujeres que lucharon por la libertad, para
que de esta forma se incorporen al conocimiento común de las futuras
generaciones.
¿Cuánto
tiempo tiene que pasar, por cierto, para aclarar, conocer de verdad, las muchas
concesiones que hicimos el PCE, según ha dicho recientemente Santiago Carrillo,
ex secretario del PCE, para “gozar” de tener esta democracia? El pasado no
se puede manipular ni por decreto ni por consenso.