La
memoria histórica, una memoria necesaria
José
Ramón Villanueva Herrero
Diario
de Teruel 16
de Junio de 2006
Se
han celebrado recientemente en la provincia de Teruel distintos actos en
recuerdo de la II República Española y en honor de todos los ciudadanos
que, leales a ella, sufrieron y murieron durante la Guerra Civil y la
posterior dictadura franquista. Este es el caso de diversas Jornadas como
las organizadas por la Asociación Pozos de Caudé, las que bajo el título
de “Los valores de la II República” han tenido lugar en Teruel y Alcañiz o
las de la Comarca del Bajo Martín, en las que se homenajeó en Urrea de Gaén a
los deportados republicanos y también se presentó en Híjar el libro de Cándido
Marquesán que honra la memoria de José Gálvez Oliver, “el Tío Rullo”. No
olvido tampoco los actos celebrados en Alcorisa y, de forma especial, la
inauguración por parte de su Ayuntamiento, de un monumento en memoria de todos
los alcorisanos deportados a los campos de exterminio nazis. Todo ello demuestra
que, desde diversos ámbitos políticos y sociales turolenses, se asume con
valentía la necesidad de recuperar la memoria histórica. Este actitud, de
impecable dignidad democrática, resulta imprescindible para hacer
justicia a todos los que lucharon por los valores de libertad, progreso y
emancipación social que representaba la II República y ello nos debe de llenar
de satisfacción, máxime en este año que ha sido declarado por el Congreso y
el Senado como el Año de la Memoria Histórica.
El
eminente historiador Paul Preston recordaba el pasado día 19 de mayo en
Teruel que “la recuperación de la memoria es crucial”, no sólo por lo que
supone de rehabilitación de las víctimas, sino, también, para reafirmar los
principios cívicos de nuestra democracia. Por ello, Preston nos insta a
hacer frente al llamado “revisionismo histórico”, el cual se ha
convertido en los últimos años en un valioso aliado de los sectores e
intereses de la más rancia derecha española. Este revisionismo histórico
minimiza la auténtica magnitud de la represión franquista, tiene una actitud
benevolente hacia la dictadura (cuando no una abierta reivindicación de
la misma), y critica de forma global al conjunto de las fuerzas políticas y
sociales antifranquistas.
Las ideas revisionistas, cargadas de manipulación histórica, han sido
jaleadas por sectores de la derecha para convertirlas en un ariete
político contra el actual Gobierno de España y, de forma especial, contra el
Presidente Zapatero, el cual, con todo orgullo y dignidad, se define como
“heredero de los valores de la II República”. Un ejemplo: el 29 de enero
pasado, hablando de la memoria histórica en una tertulia nocturna de la Cadena
COPE, escuché al eurodiputado del PP Aleix Vidal-Quadras aludir a la “obsesión
morbosa” y al “impulso diabólico” (es textual) del Presidente Zapatero
por este tema, cuyo objetivo último, según el político popular, era llevar a
España al “totalitarismo”, un tema del que, por cierto, tanto sabe la
derecha (reciclada) franquista.
El
tema de la recuperación de la memoria histórica es visto con recelo, cuando no
con abierta oposición por parte de la derecha. Así, en un acto de la Fundación
FAES celebrado el 27 de noviembre de 2005, José María Aznar se refería con
desdén a "eso que engañosamente se llama recuperación de la memoria histórica"
y que, según su opinión, no era otra cosa que "la utilización del pasado
como arma política". Ello demuestra que, en el fondo, la
derecha sigue sin asumir nuestro triste pasado colectivo, pues ello le supondría
reconocer sus poco democráticos orígenes ideológicos así como su
connivencia con la dictadura franquista.
Esta
actitud no nos debe de extrañar si tenemos en cuenta que el franquismo
sociológico se halla políticamente encuadrado en las filas del PP. En la
encuesta realizada con motivo del 30º aniversario de la muerte de Franco, sólo
el 13 % de los encuestados valoraba positivamente la dictadura... pero, de
ellos, el 29 % se definían como votantes del PP. De igual
modo, a la pregunta de si el 18 de julio fue un golpe de estado, sólo un 15 %
lo negaban...pero el 24 % de los que así pensaban votaban al PP, lo cual
resulta muy significativo.
Considero
que hoy más que nunca resulta imprescindible recuperar nuestra memoria
colectiva, esa que unos nos ocultaron y que otros quisieron que olvidásemos
por medio de una amnesia colectiva. Reivindicarla es un compromiso ético que
debe asumir toda nuestra sociedad: instituciones, colectivos sociales y
políticos, medios de comunicación, historiadores y, sobre todo, la
ciudadanía. Confiemos en que la futura Ley de la Memoria Histórica tenga la
valentía democrática de lograr el imprescindible reconocimiento jurídico
y moral de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura y, de este modo,
reconciliarnos, de verdad, con nuestro pasado, por triste y doloroso que haya
sido. A este compromiso moral personal e institucional, debe sumarse con
convicción la derecha política para que, de una vez por todas, rompa amarras
(ideológicas y emocionales) con el franquismo.
En
recuerdo de las víctimas, tantos años olvidadas y, también como justo
homenaje a los valores republicanos que dieron razón de ser a su compromiso
social y político, la memoria histórica es, y será, siempre, una memoria
necesaria.