Dicen que la Historia
siempre lleva la firma de los vencedores. Bien lo saben personas como Ana Viéitez
o Félix Rodríguez. Ambos desde sus respectivas asociaciones , –Afar II
REP, Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el
franquismo, y Manuel Azaña–, luchan para que las nuevas generaciones no
pierdan la memoria de los derrotados. Con este objetivo, desde hace dos años,
reclaman la construcción de un monumento homenaje a los, al menos, 2.663
hombres y mujeres, fusilados, entre 1939 y 1945, en las tapias del cementerio
de La Almudena.
“Hay un trozo de tapia, al lado de la puerta de O’Donnnell del cementerio,
que queremos que se conserve, que no se cubra de nichos. Está reconstruida y
ahí es dónde se fusiló a estas personas. Hemos enviado cartas para que se
conserve la tapia al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid y hemos pedido
que se la declare Bien de Interés Cultural. Nos han contestado que han
recibido la documentación y que está en estudio”, explica Félix.
Tras ese paso previo de la conservación, el siguiente sería la construcción
del monumento en sí, “un monolito, por ejemplo, con un libro metálico con
todos los nombres de los fusilados inscritos. Al ser una propuesta privada de
entidades civiles, la idea, en un principio, es que se lleve a cabo por
suscripción popular”, apunta Rodríguez, quien vuelve a remarcar el
objetivo de “recordar a todas las víctimas, todos ellos de diferentes
tendencias políticas. Que se recuerde porqué murieron y que lo hicieron
atrozmente después de pasar por diferentes cárceles de Madrid”.
La misma opinión comparte Ana Viéitez, forjada desde una infancia en la que
otros niños se negaban a jugar con ella por ser hija de “rojos”. “Llama
poderosamente la atención que en una ciudad como Madrid, no haya, por parte
del Ayuntamiento, ningún reconocimiento a los represaliados, cuando hay 69
calles con nombres franquistas. Conocemos mejor lo que pasó en dictaduras
como la argentina o la chilena que en la nuestra y la picana ya se utilizó
antes en nuestras cárceles. La idea de que hay que reparar a las víctimas de
los dos bandos es una estupidez, porque uno de ellos ya ha sido reparado,
homenajeado y distinguido durante los 40 años de dictadura”.
Reparación y memoria también piden desde la asociación de Mayores
Ecologistas de Ciudad Lineal, entidad que también recoge firmas para lograr
que “ la calle que pasa justo al lado de la puerta, que se llama actualmente
Arroyo de la Media Legua, pase a denominarse paseo de las 13 Rosas”, en
recuerdo a las jóvenes pertenecientes a las Juventudes Socialistas
Unificadas, que fueron fusiladas el 5 de agosto de 1939 en ese mismo punto.
Una iniciativa que, en definitiva, busca cumplir una de sus últimas
voluntades, expresadas por una de ellas a su madre en una carta de despedida:
“Que mi nombre no se borre en la historia”.
Raquel Cuenca