Ramón J. Campo
Heraldo de
Soria
4 de Febrero de 2010
En 2010, le tocaba cumplir 90 años.
O quizá fueran 65. Según lo que él
quisiera celebrar. Porque Mariano
había nacido en 1920, pero fue en
1945 cuando logró salir del campo de
concentración de Mauthausen. Son
muchas las cifras que se amontonan
en tan larga trayectoria, pero quizá
una nunca podría olvidarla: el
4.584, su número como prisionero
allí.
El dicho de las siete vidas le iba
como un guante. Aunque las suyas
fueron ocho. Porque, además de los
sufrimientos que tuvo que padecer
por la sinrazón nazi, fue condenado
a seis penas de muerte en su país,
en la España franquista, donde no
pudo regresar hasta 1963.
El oscense Mariano Constante hizo
honor a su apellido durante toda su
vida. Nacido en Capdesaso, combatió
en la Guerra Civil en la 43 División
del Ejército Republicano Español,
que estuvo en el paso de Bielsa, y
fue militante de las Juventudes
Socialistas Unificadas (JSU). Se
exilió a Francia en febrero de 1939
y, tras estar enrolado en una
Compañía de Trabajadores Extranjeros
al servicio del Ejército francés,
cayó prisionero de los alemanes
cerca de la línea Maginot una vez
que cayó París, en junio de 1940. Su
llegada a Mauthausen fue el 7 de
abril de 1941. Pero él decía no
recodarlo bien. Prefería acordarse
de la liberación. "Era muy duro
saber que acababa nuestro
holocausto, pero que muchos no
estaban presentes", diría en una
entrevista a HERALDO. Además de los
horribles trabajos que soportó, tuvo
que despedirse de muchos compañeros.
A Mauthausen entraron 841
republicanos aragoneses, de los que
murieron 474. Su subsistencia allí
tuvo mucho que ver con la
organización clandestina que logró
organizar, sin contar la solidaridad
entre los presos españoles y, aunque
parezca mentira, el sentido del
humor. "Era una de las cosas que nos
impusimos", contó. Salió el 5 de
mayo de 1945. Pero fue difícil
olvidar. Es más, nunca lo pretendió.
El histórico preso fue el más
prolífico y notario de lo que
ocurrió en aquellos siniestros
barracones. Sus libros, como
Triángulo Azul. Los republicanos
españoles en Mauthausen, Los años
rojos o Yo fui ordenanza de los SS,
se convirtieron en la memoria viva
del terror nazi.
Constante fue condecorado con la
Medalla a los Valores Humanos por el
Gobierno aragonés en 2002 al
reconocer su papel como "ejemplo
vivo de la lucha del hombre contra
la intolerancia y por conseguir un
mundo en el que los seres humanos
podamos convivir en paz". Su labor
también mereció diversos
reconocimientos nacionales e
internacionales.
"A veces me dicen si es preciso que
siga contando lo que pasó. Pues sí",
declaró hace unos años. Y así hizo
siempre. De hecho, iba a ser
entrevistado por un equipo de
Factoría Plural que está elaborando
un documental sobre los aragoneses
en Mauthausen. Pero una afección
cardiaca que le tuvo hospitalizado
varios meses consiguió el pasado 20
de enero en su casa de Montpellier
lo que ni el franquismo ni el
nazismo hicieron: apagar su voz. Sin
embargo, su mensaje sigue vivo.