Javier Fraiz
Faro de Vigo de Enero de 2010
Ourense va depurando la infamia de la represión franquista. El Concello, servido del marchamo de la Ley de Memoria Histórica, ha desbrozado de manera más diligente que otras ciudades españolas las huellas impresas por la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Simbología del régimen que coronaba edificios oficiales o formaba parte del callejero de la ciudad, han desaparecido sin mácula "ni problemas de aplicación", como explica Isabel Pérez, concejala de Cultura. De contrapeso ha perdido hiel la imagen de las víctimas, enlodada por la inquina del franquismo y enaltecida ahora en actos de homenaje, por "reparación moral y por la recuperación de su memoria personal y familiar", reza la ley.
Coronel Ceano, Capitán Eloy y Xeneral Aranda, que
definieron las
operaciones en el
frente del
Movimiento Nacional,
fueron los últimos
reductos de la
beligerancia
franquista borrados
del callejero. Las
nuevas
denominaciones
-Plaza de Santa
Eufemia, Rúa da
Concordia y Ribeira
de Canedo,
respectivamente-
suprimirían
"elementos de
división entre los
ciudadanos" según
concibe la Ley de
Memoria Histórica.
"No ha habido
conflictos ni
problemas", dice la
edil de cultura. El
cambio no impide,
aún así, que se
retrase su
asimilación en la
calle: "todavía hay
gente que habla de
General Franco por
Rúa do Progreso, y
esta denominación ya
tiene años", señala
Pérez.
Más popular se erige la restauración del
honor de los
represaliados. El
investigador Xulio
Prada afirma que
Ourense vio caer
frente a un fusil,
entre 1936 y 1945, a
más de 700 personas,
de los 4.000 que
fueron paseados en
toda Galicia.
Una veintena fueron ´víctimas silenciosas´, sin
una fosa común donde
poder reconstruir su
fin aciago. Entre
ellos, Víctor Pérez
Bóveda, fusilado en
1937 y, desde el
pasado mes de
noviembre, hijo
predilecto de
Ourense.
En similares
circunstancias, por
ideología contraria
al régimen, fue
asesinado el ex
alcalde de la ciudad
Manuel Suárez. El
Concello homenajeaba
en julio las
contribuciones del
que fue primer
alcalde socialista
de la ciudad.
Acompasados con el
desarrollo de la
ley, algunos
colectivos de
ourensanos, según
explica Isabel
Pérez, trabajan
ahora por la la
memoria de médicos,
abogados, maestros y
ciudadanos quemados
por la rueca del
régimen.
A pesar de todo, hay detalles paradójicos.
El escudo del Banco
de España y una
placa en recuerdo
del doctor Marañón,
ambos de cuño
republicano, han
sobrevivido hasta el
presente los
atropellos del
franquismo.