Publicidad
de la OTAN
(encubierta) del máximo mandatario otánico en Público.
Salvador López
Arnal
UCR
28 de Enero de
2010
Como
muchas otras cosas, también aprendimos de Manuel
Sacristán la distinción entre propaganda y publicidad.
No hay nada criticable en difundir y dar a conocer
ideas, en propagar posiciones políticas y filosóficas
documenta y verazmente; sí que es criticable, en cambio,
publicitar, engañar a la ciudadanía, dorar píldoras
venenosas, envolver con vestidos de seda y música de
Bach y Mozart territorios e intereses insertados en las
profundidades del mal social y de los grupos que lo
controlan y dirigen.
Un ejemplo de estos tiempos, malos, muy malos para la
lírica y el sentido común ilustrado.
Espero
equivocarme pero los indicios se acumulan con escasa
posibilidad de errar: Público parece querer
recorrer el mismo sendero que recorrió el antiguo diario
independiente de las mañanas antes de devenir global y
apoyar sin vacilación ni temblores toda causa neoliberal
que se ponga por delante y mostrar bien a las claras que
primero hay que alimentar el estómago insaciable
-negocios latinoamericanos por ejemplo- y después ya se
hablará un nanosegundo de moral y otras delicatessen si
la ocasión llegase: apoyos a golpes de Estado: pongamos
que hablamos de Venezuela.
El marco
bifronte del sendero que parece que se desea proseguir:
artículos de interés e incluso rebeldes (pienso, por
ejemplo, en el que publicó José A. González Casanova
glosando la inolvidable figura de Alfonso Carlos Comín
el pasado lunes, 25 de enero) junto a escritos
publicitarios firmados (y no siempre escritos desde
luego) por intelectuales orgánicos de las aristas más
duras y menos recomendables del establishment.
¿Recuerdan el artículo de finales de diciembre del
embajador de Israel defendiendo falsaria y falazmente la
justicia del Estado étnico judío de Israel? ¿Tienen en
mente el panfleto anticastrista de Luis Yánez que
aprovechando que el Tajo pasa por Moldavia y que su
viaje cubano no logró consumarse arremetió contra la
historia de los comunismos, sin matices ni distinciones?
Hoy Público nos regala otra joya más, ésta es
inolvidable.
El artículo se titula –tomen nota- “Mujer, paz y
seguridad” y aparece en la página 7, la página central
de la sección “Opinión”. Está firmado por Catherine
Ashton, la alta representante y vicepresidenta de la
Comisión Europea; Anders Fogh Rasmussen, el secretario
general de la OTAN y Margot Wallström, vicepresidenta de
la Comisión Europea. He escrito bien: una tríada en la
que asoma, como figura destacada, el máximo
representante de la alianza militar imperial.
No vale la pena analizar con
detalle ninguna de sus “reflexiones”. No pierdan el
tiempo. Reproduzco uno de los fragmentos para que oteen
la insidia que puede alcanzarse después de señalar, en
las líneas iniciales del artículo, que:
La violencia
sexual se ha convertido en un instrumento de la guerra
moderna. La mayoría de las víctimas son mujeres de todas
las edades, pero a menudo muy jóvenes; los resultados
son embarazos no deseados, infección por VIH y
estigmatización social.
¡Denuncia de
la violencia sexual como instrumento de la guerra
moderna! ¡La obertura está firmada por el máximo
representante de la OTAN! Luego continúa, claro está,
por el mismo sendero falsario:
[…] Junto con sus países socios, la
OTAN también está examinando sus políticas y programas y
procura intensificar su cooperación con otros agentes
internacionales. Los mandos estratégicos de la OTAN han
publicado recientemente una directiva militar para la
aplicación de la resolución nº 1325 [una resolución del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las
mujeres, la paz y la seguridad] en todas las operaciones
dirigidas por la OTAN. Se han creado asesores en materia
de género para asistir a los mandos militares de alto
rango en Afganistán. Sobre el terreno, los equipos de
mujeres especialistas han tenido mucho éxito a la hora
de crear confianza mutua entre las fuerzas dirigidas por
la OTAN y las comunidades locales. Sin embargo, la OTAN
también debe hacer más por crear las capacidades
necesarias e integrar plenamente las perspectivas de
género.
¡Confianza entre las fuerzas
otánicas y las comunidades locales! Pero ¿de qué mundo
están hablando?
El artículo,
si queremos llamarlo así, finaliza con las siguientes
palabras:
El último término, si no reforzamos
los derechos y las responsabilidades de las mujeres a
escala mundial, muchos de nuestros objetivos en el
ámbito de la política exterior seguirán siendo
inalcanzables, y aquellos que cumplamos resultarán
insostenibles. Sólo si trabajamos juntos, a escala
internacional, regional y con la sociedad civil,
podremos combatir la marginación de la mujer, que es una
amenaza real a la seguridad mundial.
Cemento en el rostro, cara impenetrable. ¡La OTAN, esa
alianza militar agresiva, ese brazo armado del Imperio,
trabajando para combatir la marginación de las mujeres!
Y Público, una publicación de centroizquierda,
cediendo una página, una página entera, para publicar un
abyecto cuento de horror que produce náuseas y vómitos
incluso entre mentes confiadas dispuestas a tragarse
cualquier narración, por inverosímil que esta pueda
parecer
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