Madrid y el
Movimiento Republicano
Pedro Casas
Alejandría
Revolucionaria
1
de Enero de 2009
Ha bastado una viñeta en una revista, y
unas decenas de personas quemando un retrato del rey, para que
la monarquía, y los poderes económicos y políticos que la
sustentan, se echen a temblar.
Bien es verdad que llueve sobre mojado,
y el nerviosismo viene de atrás. Ya hubo otra viñeta publicada
meses atrás en diarios vascos, objeto también de proceso
judicial. Y desde hace años se está levantando todo un
movimiento que va cada vez a más, con manifestaciones masivas y
otras no tanto, pero de gran simbolismo, como ocurrió en la
visita de los príncipes a poblaciones del sur madrileño, en las
que el número de ciudadanos con banderitas rojigualdas era menor
que el de los que enarbolaban la tricolor.
Se avecinan procesos judiciales que sin
duda tendrán un efecto simbólico importante, para mal o para
bien; sea porque consigan criminalizar la protesta, con la
consiguiente atemorización de la población, o bien porque
logremos que el coste político y deslegitimación consecuente, a
través de la movilización, sea superior a las penas que traten
de imponer.
Pero hay un aspecto importante en todo
esto. Están tratando de asimilar el movimiento anti-monárquico
con el independentismo, con la ruptura de la “indivisible unidad
de la patria”. Sin negar, por supuesto, el derecho de quien
lucha por ambos objetivos a la vez, es el momento de dejar bien
claro que el movimiento anti-monárquico va mucho más allá de los
sentimientos nacionalistas de algunos territorios de la
geografía española.
Es aquí donde adquiere vital
importancia que Madrid se incorpore a la iniciativa con su
propia personalidad. En Madrid existe un importante movimiento
republicano explicitado en los últimos años, pero que no parece
estar a la altura de las actuales circunstancias, al menos en lo
que yo conozca y trascienda públicamente. Sin ir más lejos, el
otro día que declaraba en Madrid un acusado de quemar un retrato
del rey, no habría seguramente ni 10 personas de la capital
entre el grupo de ciudadanos que acudieron a la Audiencia
Nacional a expresar su solidaridad.
Resulta URGENTE articular una
contestación también desde aquí, desde la capital del estado,
que exprese que el rechazo a la monarquía no es sólo por
reivindicaciones territoriales (que evidentemente la república
debe respetar y resolver), sino además por lo obsoleto de su
existencia, por su herencia del franquismo, por su carácter
explotador y especulativo en lo económico y profundamente
antidemocrático en lo político.
Desearía equivocarme y rectificar
públicamente, pero no podemos esperar de las organizaciones
institucionalizadas que hagan más que aquello a lo que nos
tienen acostumbrados (una moción o proposición para la galería).
Es el momento de dar un paso más, y, ante el vacío de
iniciativas, que sean las organizaciones de base, que se van
formando a lo largo y ancho de nuestra comunidad, las que
impulsen una propuesta de acción decidida y contundente. O
estamos a la altura de las circunstancias y damos un paso
decisivo adelante, o de lo contrario dejaremos que nuestras
legítimas aspiraciones sean pisoteadas y ninguneadas, para
quedar relegadas, una vez más, a las profundidades de nuestro
sentimiento individual.
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Pedro Casas es miembro
del Ateneo Republicano de Carabanchel
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