Hacia la República Europea. ¿Por qué República?
Luis Barcenilla Cubillo
UCR
10 de Septiembre de 2009
De los veintisiete países que componen la Unión Europea, veinte son
repúblicas. Sólo siete conservan, más o menos cuestionada, la medieval y
folclórica institución monárquica, denunciada hasta ante el propio Parlamento
Europeo por atentar contra la Declaración Universal de los Derechos Humanos que
prohíbe los privilegios por razón de nacimiento.
Por eso la UE será república y no monarquía, aunque sería chusco ver cabalgar,
con yelmo, armadura, y lanza en ristre, a los Sajonia, Windsor, Borbón…,
disputándose un dominio tan tentador en la palestra de un colorido torneo
gótico, orlado de oriflamas, “tamborradas” y fanfarrias trompeteras.
¿Y España? Aquí parece haberse sellado un obsceno pacto con las enquistadas
oligarquías clásicas, los sórdidos partidos dinásticos y los banales y venales
noticieros para encubrir las cosas y casos del
fraticida monarca impuesto. Todos ellos obtienen ventajas de algún tipo… menos
el pueblo llano. A su pesar, la república vendrá cuando se pueda explicar, sin
autocensuras corruptas y en igualdad de condiciones, que ésta, es la mejor, más
racional y más madura forma de organizar España, porque sólo la
república permite:
1º.-
que la voluntad del pueblo legitime la autoridad de la
Primera Magistratura del Estado. (Lo que quiere decir legalidad y ética).
2º.- que los
ciudadanos elijan directamente, mediante elecciones libres y periódicas,
a la persona que vaya a ocupar la Jefatura del Estado. (Lo que quiere
decir libertad, dignidad… y cohesión territorial).
3º.-
que todos los ciudadanos, sin ningún tipo de discriminación
basada en el origen social, sexo, creencias, o nacimiento, tengan acceso
a la condición de Jefe del Estado. (Lo que quiere decir igualdad y
democracia plena).
4º.-…
que los ciudadanos puedan someter las funciones de
la Jefatura del Estado a un control democrático regular, así como a su sanción
electoral o judicial. (Lo que quiere decir integridad, corresponsabilidad y
justicia).
Asimismo, la república vendrá a pesar de los propios republicanos,
dispersos en innumeras organizaciones, a su vez enfrentadas en dos bloques que
se ridiculizan con epítetos manoseados. Por un lado están los radicales de ultra
izquierda, más visibles al estar mejor organizados y disciplinados, y por otro,
menos evidente, está la mayoría ortodoxa o pura, que sólo verá florecer los
valores republicanos en el inminente futuro si adopta estas tres medidas:
1ª Fusión
de las organizaciones republicanas democráticas estipulada según las ideas
básicas, soslayando el aldeanismo, y el ego de los cabecillas endémicos.
2ª Forjar
una amplia acción republicana estatal, regeneradora, cohesiva y laica.
3ª
Denunciar y deslindar los postulados totalitarios que desacreditan y desvirtúan
la República. Ésta, debe ser universal, neutra, objetiva, arbitral… y no
sectaria, ni el apéndice de un partido, ni un trasnochado artificio soviético.
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Luis Barcenilla Cubillo
Ex
presidente del Colectivo
Republicano Tercer Milenio
Se
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