Correo

Alameda, 5. 2º Izda. Madrid   28014 Teléfono:  91 420 13 88 Fax: 91 420 20 04     

 

No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Reflexiones sobre el  estado actual del republicanismo en España.

César Alfonso Viñas.

UCR  2 de Enero de 2010

 

     Existen dos claras escapatorias a la caduca monarquía en España. Por un lado, estaría la corriente burguesa, que sencillamente apostaría por cambiar la nomenclatura (monarquía por república) manteniendo la misma estructura política, cultural social y económica en el país y un pobre estado de bienestar con una polarización amplia entre la burguesía y clase trabajadora, frente a una postura democrática revolucionaria.  

      En un lado hay republicanos de “pensamiento” en la derecha, es decir, en el PSOE y el PP, que solamente apostarían por una tímida reforma de la Constitución, con la bandera roja y gualda, cambiando en el escudo la corona por la muralla (recordando esto a los inicios de la dictadura fascista antes de colocar el águila), manteniendo el sistema canovista bipartidista, la ley de partidos, conservando sus intereses de clase, diciendo no al derecho de autodeterminación de los pueblos, defendiendo las autonomías (en vez de el federalismo) y la alianza con el imperialismo de los Estados Unidos y la integración en la OTAN, esto último es lo que más ha determinado la historia contemporánea española en los últimos cincuenta años, además de las zancadillas al laicismo. Eso sí, el Jefe de Estado se votaría en la urnas cada determinado tiempo fijado en la reforma constitucional, el principio más básico de toda república, sea capitalista (Francia) o camino hacia el socialismo (Bolivia). Pero estos republicanos del PSOE y del PP se han dado cuenta de que sus intereses están más salvaguardados con la monarquía que defienden a ultranza y se han inventado aquello del “juancarlismo” para decir que no son monárquicos, pero que el rey actual es el único que ha conseguido unir a las dos Españas (otra vez la teoría de los dos bandos equitativos) y que por ello, este rey les cae simpático. Muerto el Borbón, a todos nos llega la hora por ley de la Naturaleza, aún los elegidos por gracia de Dios, los militantes de estos partidos sacarán la foto de su tío abuelo que era republicano para decir que España debe formar parte de la gran familia republicana junto a Alemania y Estados Unidos, pero sin cambiar demasiado la estructura del país. A esto va contribuyendo el diario Público que regala el día posterior al cumpleaños de la Constitución monárquica un DVD realizado por la Fox sobre el gobierno provisional de la II República, pero que oculta las fotos de la manifestación contra dicha Constitución reclamando una verdadera democracia con una nueva Constitución: La III República Federal, Laica y Popular.

        Hay algunos en la derecha, como el señor Bono, que parecen de izquierdas ante la opinión pública debido a que la derecha española sigue anclada en el siglo XIX y muy vinculada al poder de la Iglesia. Están en el PSOE los que se esfuerzan por recuperar la memoria histórica, con una ley se ha quedado muy corta pues no condena el genocidio perpetrado por el fascismo al pueblo español, pero no luchan por un proyecto de III República.

        Hay republicanos en el PSOE, en los pueblos de España, que reclaman una III República Federal, desde el laicismo, con una nueva Constitución pero con la vigente ley de partidos, en contra del derecho de autodeterminación (por considerarlos solamente legales en los procesos de descolonización) y quieren seguir integrados en la OTAN para ver a la Ministra Chacón, títere de Obama, mandar tropas a Afganistán o donde haga falta controlar recursos naturales o avances socialistas para salvaguardar  los intereses de la oligarquía imperial, la plutocracia.

        También hay mensajes disfrazados de republicanismo construidos por el capitalismo  en la extrema derecha. Algunos de estos partidos  parecen tener un discurso de izquierdas, critican el bipartidismo, otros claman la salida de la UE. Pero son grupos xenófobos con los inmigrantes y los más desfavorecidos socialmente. El fascismo es un martillo utilizado por el capitalismo cuando más le conviene (España en el 36). Solo en situaciones de crisis, cuando los grupos y partidos obreros pueden atraer a sus líneas a grandes masas de trabajadores, el fascismo en un mensaje simple y seductor para los sectores más perjudicados de la sociedad por el paro, los bajos salarios  y la precariedad laboral consigue crear las condiciones para instaurar una dictadura atroz.

       En el otro lado está la izquierda. También formada por un mosaico de ideologías y partidos e intenciones. En el PCE y en Izquierda Unida tienen un buen problema gracias a la herencia de la “carrillada”: La desvinculación, sí o no, de la dichosa, caduca, borbónica y antidemocrática Constitución de 1.978. Un avance, la rotura con los pactos de la Moncloa y la ruptura con la carta magna actual, en este sentido es importante para caminar hacia un proceso constituyente, un referéndum monarquía o república, la creación de una nueva Constitución democrática con la participación amplia y plural de la ciudadanía pues la democracia se construye desde la base, desde el pueblo, organizado en asambleas en diferentes niveles (barrios, vecinos, escuelas, sindicatos, ayuntamientos, etc.) y la llegada por fin de la democracia a España: la III República.

       Sin embargo, el PCE ha mostrado signos de cambios, criticando la constitución del 78 en su última conferencia de organización.

       Además del PCE, que en sus postulados y líneas estratégicas e ideológicas ven en la lucha por la III República un frente para democratizar el país, haciendo avanzar posturas democráticas y populares, hay otros partidos comunistas que también trabajan por la soberanía nacional pidiendo la salida de las bases militares norteamericanas de nuestro país, plataformas para los intereses capitalistas, imperialistas y oligárquicos de Estados Unidos con guerras, golpes de Estado, atentados y mal llamadas revoluciones de colores en todo el mundo de los que la aliada España es cómplice, recogiendo la oligarquía y burguesía española las migajas una vez repartido el pastel de recursos energéticos por las multinacionales. No hay que olvidar tampoco las asociaciones, plataformas de ciudadanos y ateneos republicanos que trabajan por traer la III República a este país.

      Habría que pensar también qué se entiende por democracia. Democracia, como es sabido por todos, es el gobierno del pueblo. En Atenas la ciudadanía en la Polis era política sin cobrar un salario por ello y se reunía en asamblea para decidir los asuntos políticos, económicos, éticos y culturales. Fueron los romanos los que introdujeron la representatividad, elegir a nuestros representantes con la res publica, la cosa publica, la República. Será con la Revolución Francesa y con la Independencia de los Estados Unidos cuando se consolide la República como forma de gobierno progresivamente en la mayoría de los estados. En contra de lo que la gente piensa en este país, la República ha estado muy vinculada en la historia al capitalismo. Ejemplos paradigmáticos son la República de Francia y Estados Unidos que es una República Federal. Tradicionalmente, estos países,  han intentado vincular democracia a capitalismo. En el capitalismo, ciertamente la democratización de la vida no es completa. 

        Estados Unidos en los últimos años ha financiado, dirigido lo golpes blandos en diversos países bajo las mal llamadas revoluciones de colores bajo el lema de la democracia involucrando a jóvenes universitarios y ONGs: Derrocamiento de Milosevic en Yugoslavia, año 2000.  Revolución de las rosas, salida del poder de Eduard Shevardnadze en Georgia el 2003. Revolución Naranja, elección de Víktor Yushchenko en Ucrania el año 2004. Revolución de los tulipanes, salida del gobierno de Askar Akayev en Kirguistán el año 2005. Revolución del cedro, salida de las fuerzas de Siria del Líbano en el año 2005. Entre las revoluciones fracasadas está la Revolución Verde, protestas en Irán contra el presunto fraude electoral y en apoyo del candidato de la oposición Mir-Hossein Mousavi. Se hacen bajo el lema de la democracia y la libertad pero detrás están los intereses imperialistas de las multinacionales de los Estados Unidos y el acoso de las fronteras de Rusia y China.

       Hay que recordar también este verano el golpe de Estado en Honduras, con el apoyo de Obama, y con posterioridad las elecciones ilegítimas y las siete bases militares estadounidenses en Colombia para frenar el avance de Repúblicas que avanzan hacia el socialismo.

       En Venezuela también hubo algún intento estudiantil organizado y parecido a los anteriores pero el gobierno de la República Bilivariana de Venezuela es fuerte y no se han atrevido a intentar el golpe suave financiado por el Imperio porque fracasaría.

      Pero la República no es patrimonio del capitalismo. La República también puede ser socialista, popular, construida desde abajo por el pueblo y ejemplos de ello es la Revolución socialista del siglo XXI con Venezuela, Ecuador, Bolivia, Estados que caminan hacia el socialismo dando más participación al pueblo, pero que todavía no son socialistas. Lenin decía que la República burguesa ideal no existía, por más libertades, derechos y grado de democratización del Estado, mientras la economía, la producción del país no esté democratizada, no dejará de ser una dictadura burguesa.

       España vivió su transición nada modélica, junto a Portugal y Grecia, dentro de un mismo proceso imperialista y programa diseñado por el Pentágono y la CIA  con golpe de estado (23 F), atentados (Carrero Blanco, abogados de Atocha), Constitución elaborada a puerta cerrada por siete “iluminados” que son “los padres de la democracia”.

      En abril del 74 la llamada Revolución de los Claveles en Portugal derriba el régimen militar al tiempo que en Grecia caía también la dictadura militar. Franco estaba ya en estado de debilidad alarmante. Para agosto la CIA, visitaba Portugal para tomar las riendas. Ni el Departamento de Estado ni la CIA iban a permitir que los procesos de “liberalización y democratización” en  Portugal, España y Grecia (modelos por otro lado de transición democrática, según los  transitólogos) se salieran de los matemáticos límites establecidos por el imperialismo estadounidense.

        Las revoluciones de colores son hechos que buscan un fin similar a las transiciones dentro del diseño geopolítico de Estados Unidos, pero el origen es diferente. Mientras en las transiciones las élites de los países dictatoriales fueron decisivas para instaurar la peudodemocracia (ahora es de actualidad en la derecha decir en canales como Intereconomía que la democracia la trajo Franco, y no les falta razón en parte, ya que el actual Borbón es el heredero de Franco y la transición fue el proceso de la supervivencia de las estructuras franquistas ), en las revoluciones de colores es esa oligarquía la que no se acomoda al dictamen de EEUU, Israel, la UE o cualquier potencia imperialista.

 

  Página de inicio