La Audiencia monárquica condena al primer alcalde republicano

de España

 

Arturo Villar

 

UCR 3 de Mayo de 2009

 

JOSÉ Antonio Barroso, alcalde republicano de Puerto Real, ha sido juzgado y condenado por la Audiencia Nacional del reino de España, a pagar una multa de 6.840 euros, la mitad de la pena solicitada por el fiscal.

   A las puertas de la Audiencia Nacional nos congregamos en la mañana de hoy, 2 de junio, alrededor de medio millar de personas, portando banderas republicanas y pancartas alusivas al acto. Destacaban dos grupos, desplazados desde Sevilla y Asturias para acompañar al alcalde en este día negro para la historia de España. La policía especial de la monarquía nos obligó a concentrarnos en la acera de enfrente, en la que se encuentra la sede del partido autoproclamado Popular. Se juzgó, entre las 10.30 y las 12.30, al primer alcalde republicano de España, José Antonio Barroso, acusado de injuriar al rey en un mitin.     

   A su llegada fue recibido con los gritos de “Barroso, amigo, el pueblo está contigo”, y otros sobre la realidad (nunca mejor dicho) española. Solamente se permitió entrar en la sala a media docena de ciudadanos, pero los demás permanecimos en nuestro puesto, vitoreando sin cesar al alcalde por su valentía al decir lo que todo el mundo piensa de la monarquía española. Muchos automovilistas, al pasar por delante de la concentración, hacían sonar las bocinas, en solidaridad con nosotros, aunque probablemente no conocían el motivo de nuestra reunión, ya que los medios de comunicación de masas no consideran noticiables estos sucesos.

   Los gritos de apoyo al alcalde adelantado de la III República arreciaron cuando salió de la Audiencia. Sin hacer caso de la policía que en todo momento nos rodeó y trató de disolvernos, Barroso pronunció unas breves palabras, en las que dio cuenta de su condena a pagar esos 6.840 euros, lo que no va a hacer. Nos dijo que el juez había ordenado realizar una auditoría de sus posesiones, y el resultado fue que después de treinta años de dedicarse a la política, no tiene nada: vive con su mujer en la casa propiedad de su suegra, y su cuenta corriente lo es tanto que no pasa de los cero euros. Resaltó la diferencia con la fortuna personal de su majestad el rey, automóviles, motocicletas, yates, aviones privados y demás prebendas de las que goza, por el mero hecho de haber sido designado sucesor por el dictador.

   También declaró que no se le había juzgado a él, sino a la ideología republicana, que no puede expresarse libremente en el reino de España. En cualquier otro país de la Unión Europea se critica, acusa o caricaturiza al jefe del Estado, pero en el reino de España se persigue como un delito cualquier comentario sobre la real familia.

   Denunció la actuación vergonzosa de Rodríguez Zapatero, líder del partido presuntamente Socialista, entregado a la defensa de la institución monárquica, con la que le va muy bien. Explicó que no puede engañar a nadie, porque lo que predica en sus mítines contradice lo que lleva a la práctica, y eso es lo real (volvemos a repetir que nunca mejor dicho). Terminó anunciando que pronto volveríamos a reunirnos allí mismo, porque él no va a cambiar de opinión. Fue ovacionadísimo y abrazado, mientras arreciaban los gritos de “Barroso, amigo, el pueblo está contigo”.

 

Madrid, en el día histórico del 2 de junio de 2009.

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Arturo del Villar es Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio