El
Parlament de Catalunya de 1932
Albert
Manent
La Vanguardia
2 de abril de 2005
Recientemente una sesión solemne del actual Parlament conmemoró el vigésimo
quinto aniversario de su constitución. En conjunto me pareció un acto
malogrado porque no se puso el énfasis necesario sobre la importancia que tuvo,
entre avatares adversos, el Parlamento catalán que se constituyó el 5 de
diciembre de 1932 y donde el presidente, Francesc Macià, pronunció aquellas
fervorosas palabras: "Sentiu-la, la joia d´aquest moment. Hi ha un poble
alçat al voltant vostre". De los ochenta y dos diputados, cuarenta y ocho
eran de Esquerra Republicana de Catalunya, catorce de Lliga Catalana, cinco de
la Unió Socialista de Catalunya (coaligada con ERC), cinco del Partit Nacional
Republicà d´Esquerra, próximo a ERC pero que acabó formando minoría propia,
uno de Unió Democràtica y el resto de grupos que se proclamaban republicanos.
Aparte el mítico Avi,el venerable Macià, como presidente, por la mayoría
fueron elegidos personajes conocidos: Martí Barrera, Pere Coromines, Lluís
Companys, Ventura Gassol, Rovira i Virgili, Carles Pi i Sunyer, Manuel Serra i
Moret, Humbert Torres, etcétera. Por la minoría de la Lliga, Raimon d´Abadal,
Lluís Duran i Ventosa, Antoni Martínez Domingo, Romà Sol, Ferran Valls
iTaberner o Joan Ventosa i Calvell. Había caras desconocidas y algunos
diputados muy jóvenes como Josep Andreu i Abelló o Josep Tarradellas. Éste
fue conseller del primer gobierno, pero duró unas semanas, ya que Macià
durante su breve mandato provocó dos crisis. Companys fue el primer presidente
del Parlament, del que dimitió en junio de 1933 para entrar en el gobierno español
como ministro de Marina. Fue sustituido en la presidencia por Joan Casanovas i
Maristany, quien, como Companys, también fue votado por la Lliga. En aquel
periodo apareció el conseller delegat del presidente. En Navidad de 1933 murió
Macià, y Companys le sustituyó como presidente.
El Parlament trabajó con ahínco y promulgó muchas leyes, a pesar de que la
Lliga, desde enero de 1934 hasta después del verano, se retiró del Parlament
en desacuerdo principalmente por la Llei de Contractes de Correu. Muchas
transferencias -como cultura y educación- fueron simbólicas, pero Gassol dio
un paso adelante y creó escuelas de elite y la Universitat Autònoma de
Barcelona. Además, mejoró la prestigiosa constelación de bibliotecas, museos
y archivos, amén del patrimonio histórico. Sería prolijo enumerar los logros
del Parlament, aunque subrayaremos las leyes sanitarias o el instituto del atur
forçós.Pero el 6 de octubre de 1934 el levantamiento de Companys y la
Generalitat contra el gobierno de Madrid provocó la intervención del ejército
y el ingreso en prisión de todo el gobierno catalán. Naturalmente se suspendió
la autonomía y algunas penas de muerte se cambiaron por indultos. Aquel grave
error político fue preludio de la Guerra Civil... El Parlament se paralizó y
en el ínterin el gobierno nombró a gobernadores generales o presidentes de la
Generalitat tan diferentes como Joan Pich i Pon, el banquero Ignacio Villalonga
o el financiero Fèlix Escalas.
El Parlament catalán fue un centro de debates, generalmente civilizados, aunque
se escucharon también alguna violenta diatriba e incluso insultos por parte de
dos diputados jabalíes,uno de ERC y otro de la Unió Socialista. El
nombre de jabalíes se aplicaba a unos pocos parlamentarios de las Cortes
de la República, de Balbontín a Pérez Madrigal...
El Parlament no se restableció hasta febrero de 1936, después del triunfo de
las izquierdas en toda España y la vuelta triunfal del gobierno catalán de las
cárceles de fuera de Catalunya. El mismo mes nombró otro consell executiu que
aquel año -y antes del estallido de la guerra- pasaría de siete consellers a
ocho. Los parlamentarios hicieron un debate monográfico sobre las causas y
consecuencias del 6 de octubre, que vale la pena repasar en el diario de
sesiones. Pero llegó el alzamiento militar de 1936, la revolución en la calle,
la debilidad del Gobierno de la Generalitat frente a unos poderosos anarquistas,
los asesinatos de gente de derecha, la quema de iglesias, el exilio de miles de
perseguidos (provistos de pasaportes de la Generalitat) y la valentía de
quienes, críticos con el momento de marasmo y de desgobierno, iban a luchar al
frente contra el llamado globalmente fascismo o mantenían su fidelidad muy crítica
a la República como Unió Democràtica de Catalunya.
En el periodo bélico el Parlament se reunió pocas veces. Destaquemos la reunión
de 1937, en la que Joan Casanovas (que había tenido que huir, amenazado, en
noviembre de 1936) justificó su actitud, y a finales de 1938, cuando Josep
Irla, presidente en funciones, sustituyó a Casanovas al ser nombrado presidente
del Parlament.
Después del ignominioso fusilamiento de Companys, Irla asumió la presidencia
de la Generalitat de Catalunya en el exilio y Antoni Rovira i Virgili le
sustituyó como presidente del Parlament. Al morir éste en el año 1949, como
vicepresidente primero correspondía asumir la presidencia a Manuel Serra i
Moret, dirigente de la Unió Socialista de Catalunya, adscrita entonces al PSUC,
pero no fue reconocido por el tándem Irla-Tarradellas. En 1954, Tarradellas fue
elegido en México presidente de la Generalitat en el exilio y entonces Francesc
Farreras y Duran asumió la presidencia del Parlament. Después de la liberación
de Francia del yugo nazi, ¿por qué Irla no convocó el Parlament en el exilio?
Se le ha hecho este reproche, pero los que lo vivieron me dijeron que la mayoría
de los diputados estaban en América, una parte había muerto y los de la Lliga
habían regresado a Catalunya. La dispersión era importante y las arcas de la
Generalitat en el exilio no podían pagar viajes. Fue, pues, un Parlament simbólico
de continuidad.
El acto que recordaba el 25.º aniversario del actual Parlament hubiera podido
poner énfasis en algunos puntos que resumo en este artículo y, sobre todo,
rendir homenaje a dos parlamentarios, víctimas de la Guerra Civil. En verano de
1936, en Lleida fue asesinado el diputado de la Lliga Joan Rovira i Roure (padre
del político de la UCD Rovira Tarazona) y en 1939 el franquismo fusiló en
Girona al diputado de ERC Josep Fàbrega i Pou, de setenta y un años. La
historia a menudo merece ser más recordada para evitar que perdamos la memoria
de hechos importantes.
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